Descubierta

129K 7.6K 650
                                    

Ya era viernes, llevaba tres días en el instituto, después de lo que paso el primer día Jonathan me pide siempre de acompañarme a casa, pero el no pude saber donde vivo ¿Y si me deja al saber que no tengo nada? Pero también me gustaría quedar con el por las tardes... Y mañana es sábado ¿Tendré que estar dos días sin el?

Estaba en la salida, ya había acabo el día en el instituto y me despedí de Jonathan con dos besos en la mejilla, ya que no me atrevía a dárselos en la boca, aun no nos hemos dado ningún beso, sin contra el de cuando éramos lobos. Mientras me alejaba de el notaba su mirada posada en mi, me observaba fijamente. Estaba haciendo el recorrido de siempre hasta que note que alguien me seguía, y me desvié del camino, sabia quien era el que estaba atrás pero para asegurarme me metí en un centro comercial, parándome justo delante de una tienda con un escaparate de cristal en el exterior. Aproveche el reflejo para mirar quien era y la duda estaba resuelta, el estaba al otro lado mirándome, con medio cuerpo escondido detrás de un cartel publicitario.

-Anda sal de hay.-dije un poco molesta. No tendría que pasar esto.

-Como lo has... Sabido?-respondió confundido.

-Jonathan te recuerdo que eres mi mate, puedo olerte fácilmente.

-Es verdad.-parece que se acaba de acordar.-Bueno pues ya que estamos juntos te acompaño a casa. Así me la enseñas.-esto es lo que no quería que pasara...-Y no voy a aceptar un no por respuesta.-dijo serio.

Me agarro del brazo antes de que yo respondiera, tirando de mi hasta la salida del centro comercial.

-Ahora guíame. No te voy a dejar hasta que me lleves, como si me tengo que pasar dos días esperando.-¿Porque lo dice serio?

-¿Porque te interesa tanto?-no lo entiendo.

-Porque cada día solo logro notar tu presencia en mi territorio por las mañanas.-Trago saliva.-Y mi territorio es toda esta zona.

-Bue-eno yo... E...-.Estoy muy nerviosa, no me queda otra, tendré que enseñársela.-Vale, sígueme.

Le agarre de la mano, me encanta las emociones que me provoca tener su mano junto a la mía, y lo fui guiando hasta la parte del bosque, hasta los límites de su territorio, dejándolo atrás hasta llegar a una casa vieja, un poco rota, tenia agujeros en el tejado, además de que no llegaba agua, ni gas y luz a esa casa. El estaba callado, no sabia que decir pero yo rompí el silencio.

-Por eso no quería que vinieras, tengo miedo que me dejes al saber que no tengo nada...-Dije un poco asustada.

-Yo... No te dejaría por nada del mundo.-Dijo con dulzura, haciendo que mi corazón se acelerará.-Pero que quede claro que ahora mismo te vas a mudar a mi casa.-dijo serio.

Asentí con la cabeza, el junto su frente con la mía. Pude notar su respiración, su aliento, ver mejor sus ojos que miran fijamente los míos, se fue acercando mas, poco a poco hasta juntar nuestros labios, un beso lento pero apasionado, note su lengua en mis labios pidiéndome paso para entrar, pero no la deje, a lo que el reacciono rodeándome con sus brazos, apretándome contra el, lo que me hizo soltar un leve ¿Gemido? Que el aprovechó para conseguir el paso, recorrió cada rincón de mi boca hasta que al rato nos separamos para poder coge, mi primer beso...

-Ahora vamos a comprarte ropa, todo lo que necesites, quiero que no te falte nada.-Susurra.

Pasemos una buena tarde de compras, pero de alguna ropa que yo elegía el soltaba un gruñido, solo porque enseñaba obligo o eran unos pantalones cortos. Lleguemos a su casa cuando era de noche, vivía solo ya que sus padres estaban en otra casa, tenía dos habitaciones, de las cuales me ofreció una, deje las cosas en ese cuarto y me duche, sentaba bien volver a usar una ducha, me seque y me puse el pijama. Tenía mucho sueño, así que después de cenar me fui a dormir. Pasando hoy uno de los mejores días de mi vida, que me hizo volver a sentirme viva, obtener un trocito de felicidad que tenía cuando estaba con mi madre, una felicidad que desde hacía años no había vuelto a tener, esa de tener a alguien que quieres a tu lado, cuidándote y preocupándose por ti.

Al fin te encuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora