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El castillo seguía igual que siempre, pero cubierto de nieve. Un viento helador recorre cada pasillo, los estudiantes se cubren cada escaso trozo de piel, evitando con todas sus fuerzas sentir frío.

En las mazmorras parece que no se aprecia el calor del fuego de las antorchas en las paredes, Bella y Albus están justo al lado de una, intentando entrar en calor mientras esperan a Scorpius y Rose que se habían quedado preguntando dudas al señor Slurghon.

— Por Merlín, que frío hace.— Los dientes de la chica se golpeaban entre ellos, produciendo un ruidito continuo. — Scorpius sal de ahí ya, joder.

— Me he puesto la túnica más abrigada de todas y parece que no me haya puesto nada. — Albus lloriqueaba, nunca se le había dado bien el frío, de hecho se pasaba todo el invierno constipado.

Bella había amenazado a su hermano con irse a sabiendas que: 1, su hermano no le oía; y 2, no se iba a ir.

Albus frotaba sus manos, las de Bella y las suyas, para entra en calor mutuo. La gente que pasaba por allí ni les miraba, demasiados concentrados en buscar calor, estaban seguros que fuera de allí haría menos frío.
El rubio y la pelirroja salieron del aula, los otros dos dieron las gracias al techo de las mazmorras.

Salieron de la parte subterránea del castillo corriendo. La temperatura de sus cuerpos aumentó considerablemente cuando el calor del Gran Comedor les abrigó haciéndoles suspirar.

La sala estaba totalmente llena, los estudiantes llevaban túnicas, bufandas y algunos llevaban incluso guantes.

— Aquí se está mucho mejor.

Los tres slytherins se sentaron en su mesa, Rose dijo hola a sus primos y a la demás gente que estaba sentada alrededor suya.  Los colores que dividían el comedor le parecía gracioso y enigmático.

Rojo, amarillo, verde y azul. Valentía, lealtad, ambición e inteligencia. Leones, tejones, serpientes y águilas. 

Sus tres mejores amigos comían sin parar mientras ella los observaba de lejos, le gustaría estar allí con ellos y aunque no le tomara mucha importancia a lo que la gente dijera o pensara sobre ella, la opinión de su familia le afectaba más de lo ella quisiera.

Familia ante todo, o eso tenia escrito en un post-it pegado en el espejo que guardaba en la maleta. A Rose le gustan las galletas de mantequilla que su abuela se toma con el té, le gustan los gatos y le asustan las arañas, es una chica estudiosa y poco interesada en el amor, quiere ser exitosa como su madre y no decepcionar a nadie en su familia. Quiere que su hermano le vea como un ejemplo a seguir y ser una amiga excepcional para todos, quiere verse libre como Bella y que todos sepan su nombre por algo mas que ser la hija de Hermione Granger y Ron Weasley.

Estaba harta de estudiar y de que nadie se interesara amorosamente en ella, de que su pelo mal arreglado  la hiciera ver como una persona a la que no le importara como se viera cuando en realidad tiene una rutina para que no le salga acné. Se ponía furiosa cuando sacaba menos de ocho en los trabajos y le ponía nerviosa las risas de sus amigos, lejos de ella.

Rose Weasley queria sobresalir entre las personas por si misma.

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Hogsmade era hermoso en cada estación del año, en invierno estaba lleno de nieve, en primavera de flores con abejas posadas en su núcleo, en verano estaba casi vacío por la falta de estudiantes y en otoño se llenaba de hojas marrones que caían de los árboles cerca de allí.

Bella y Rose caminaban unidas por sus brazos, hablando sobre los nuevos cotilleos mientras que los otros dos chicos habían desaparecido para ir a comprar golosinas.

Bella MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora