17🚬

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Me despierto con un terrible dolor de cabeza y descubro que mí seguridad ahora es una mujer, porque si me lo folle como olvidar esa noche....

Flashback..

Llovía y yo estaba en un hotel con algunos archivos que tenía que terminar de ordenar, y tenía ganas muchas ganas, más sabiendo que tenía a un soldado de élite al lado mío que yo misma había elegido, parecía un modelo de revista, ojos azules, pelo rubio ceniza, boca adorable, cuerpo de infarto.
Estaba con mí bata y el salía de bañarse, estaba con una toalla alrededor de su cintura, entonces voy y lo abrazo por atrás, el sabía que yo siempre le hacía eso, siempre me marcaba las reglas, pero esta vez el sabía que era distinto.

-Wil: porfavor bella no hagas las cosas más difíciles!-dijo el alemán.
-solo será está noche, y tu podrás volver con tu ex!-beso su espalda.
-Wil: y si el lo descubre? Tengo una familia sabes? Tengo hijos, por más que me esté por divorciar.
-esta bien, tienes razón lo siento! No sé que me pasó hace tanto tiempo que estoy sola sabes y .....-me estaba besando.

El alemán me tomo por la cintura, me puso en la cama y poco a poco, fue sacando mí bata, que por suerte yo estaba desnuda y el al verlo solo sonríe, besa mí cuello, mis pechos, pierde en ellos mientras masajeaba mis clítoris, se sentía tan bien, este hombre sabía lo que hacía, vuelve a mis labios, y sin darme cuenta baja de nuevo y besa mis labios vaginales, lo hacía tan delicioso, que no podía meter ruido, asique silencie con una almohada, mientras el no paraba de hacerlo.

-Wil: vente para mí nena por favor!

Y así lo hice, hasta que el entro en mí sin protección, pues no podíamos dejar evidencias, yo tenía mí pastilla, en la cartera después de esto por más que tenía el diu, quería estar segura.
El entro suave, y luego fue subiendo el ritmo, yo me perdí en su cuello, sabía que no podía dejar marcas y el tampoco, gemir fuerte no se podía, asique el así como estaba, me llevo al baño había una alfombra, puso seguro, los dos estábamos en el piso, solo una alfombra nos acompañaba, y sus movimientos eran salvajes, como a mí me gustaban, se escuchaban nuestros gemidos, claro esta mientras mí respiración y la de el no daban a basto, el se había corrido dentro de mí sin piedad, y eso me había encantado.

Ahora....

Estaba con un dolor de cabeza que me explotaba, tomé unas pastillas y baje, ahí estaba el con un arma apuntándole a mí seguridad.

¿UNA GORDITA? ¿EN LA MAFIA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora