-6-

1.6K 146 34
                                    

Lo primero que noto al abrir mis ojos es que el techo es de piedra, lo segundo es que estoy en una cama con solo mi ropa interior puesta y lo tercero es que no me duele nada.

Me levanto de la cama y muevo mi cuerpo para probarlo, las heridas que tenía se curaron del todo, y me siento bien descansado. Busco con la mirada algo de ropa y de paso observo el dormitorio, además de la cama hay una gran alfombra negra y una mesita, las paredes y suelo también son de piedra, y para mi suerte hay ropa doblada en la mesita.

Una vez vestido con una camisa azul, pantalón de vestir negro y zapatos negros también, me aventuro fuera de la habitación, no es mi vestimenta usual pero me agrada, se siente bien.

Camino por un pasillo, al parecer estoy dentro de una cueva, pero una llena de lujos al juzgar la decoración. Llego hasta otra habitación, pero esta es muy distinta de la que me desperté, tiene unos cuantos estantes llenos de libros y algunas pinturas muy raras, también hay una alfombra, pero de color roja, hay una chimenea con fuego crepitando en su interior, unos sillones con una mesita frente a ellos, y Bill sentado en uno leyendo un libro.

- Hola querido, que bueno que ya despertaste, has dormido todo el día – me dice, dejando el libro a un lado y mirándome.

¿Todo el día? No es de extrañar que me sienta tan bien ahora.

- Hola – digo con timidez, buen momento elijo para quedarme sin palabras.

- Ven siéntate y come algo, seguro estás hambriento – mi estómago gruñe al verlo aparecer una fuente con trozos de frutas, quesos y una copa con lo que supongo es vino por su color.

- Gracias – le digo sentándome frente a él con algo de vergüenza por el sonido de mi estómago – ¿dónde estamos? – le pregunto mientras empiezo a comer un trozo de mango extremadamente dulce y jugoso.

- En una residencia temporal, está en el interior de un acantilado, la entrada está bien oculta y es casi inaccesible por lo que los humanos no saben de su existencia, ¿cómo están tus heridas?

- Mucho mejor, no siento ninguna molestia, ¿tú me curaste?

- No sólo te curé, con mi poder las eliminé del todo.

- Gracias, pero ¿hacía falta que me quitaras toda la ropa? – digo con vergüenza.

- No, realmente no, pero necesitaba algo para distraerme de pensamientos asesinos al ver lo que te hicieron – dice con una media sonrisa algo siniestra.

Mi cara se pone roja al escucharlo, con él nunca se cómo tomar lo que dice.

- Y, ¿qué va a pasar ahora?

- ¿Qué deseas tú que pase pine tree?

Pienso un momento en su pregunta, ¿qué deseo yo? A mi mente vienen todos y cada uno de los momentos en que con mucho esfuerzo conseguí algún logro y en cada uno de ellos mi hermana, padres o tíos lo ignoraron, todas las veces que me menospreciaron, humillaron y causaron dolor, incluso los que se hacían llamar mis amigos me dieron la espalda, y lo peor es que yo los defendí y justifiqué a todos, negándome a ver a la verdad. Soy patético, pienso con tristeza.

- No lo eres, ellos lo son, ellos son los que traicionaron tu confianza, ¿qué clase de familia hace eso? Y después de todo lo que siempre hiciste por ellos – se inclina hacia adelante en el sillón – corta todos tus lazos con ellos.

- ¿Cortar mis lazos? Si, creo que tienes razón, siempre los puse en primer lugar y mira cómo me lo pagaron – le respondo enojado – si son capaces de darme la espalda de esta manera, yo lo haré también con ellos.

- Es la mejor decisión, ¿quién querría a su lado a personas que no te valoran y no hacen más que causarte daño?

- Si, ya no quiero tener nada que ver con ellos, jamás volveré a llamarlos familia, de ahora en más son unos extraños para mí.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 09, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora