- ¡Maldición Ford! ¡mira la cabaña!
- ¿Qué fue ese ruido? – me pregunta Mabel.
Al llegar a la cabaña con nuestras maletas, escuchamos una pequeña explosión seguido del grito furioso de tío Stan. Nos apuramos a entrar para saber que es lo que pasó.
- ¡Te dije que no tocaras eso! – grita Ford.
- ¡Es tu culpa por colocar algo tan peligroso ahí en primer lugar! – responde Stan.
- ¡Lo puse en ese lugar mientras construía algo para resguardarlo! ¡Sólo era un día!
- ¡¿Un día?! ¡Lleva ahí una maldita semana!
Los gritos de la pelea nos condujeron hasta la sala del televisor, a la cual le falta una gran parte de una de las paredes, permitiéndome ver el bosque, el televisor tiene la pantalla rota y si no me equivoco esa masa ennegrecida en una esquina es el sillón, o lo era antes. Toso falsamente para hacerles notar nuestra presencia.
- Oh niños, bienvenidos, disculpen el desastre – nos dice tío Stan mirándonos.
- Hola Dipper, Hola Mabel, ¿qué tal su viaje? – pregunta tío Ford.
- Aburrido y largo, ya quería llegar – responde Mabel – ¿no les molesta que suba a dejar mis cosas y salga a saludar a mis amigas?
- Por supuesto que no princesa, ve.
Ante la respuesta de tío Stan mi hermana sale corriendo.
- Mejor salgo a conseguir tablas de madera para reparar la pared – dice Ford yéndose.
- Y yo iré a comprar muebles nuevos, Dipper ayudame un poco y limpia esto – me dice tío Stan.
- ¿Pero por qué yo? – me quejo, acabo de llegar y ya me ponen a trabajar, también quería ir a ver el pueblo.
- Porque yo te lo digo, ya estás grande para andar quejándote como niño – me dice yéndose enojado.
Genial pienso mientras dejo mi maleta en un costado y voy en busca de unos guantes y la escoba.
Me llevó un buen tiempo, pero pude recoger todos los trozos de madera, el televisor y el sillón, y tirarlos fuera de la cabaña.
- Haaaa, estoy agotado.
Guardo la escoba, guantes y pala, la cual necesite para despegar el sillón del suelo, recojo mi maleta y subo al dormitorio para guardar mi ropa.
- Agg Mabel – ocupó todo el armario, casi ni tengo espacio para guardar mis cosas.
Guardo lo que puedo y el resto lo dejo en la maleta debajo de mi cama. Hace años que no compartimos la habitación para dormir, se va a sentir raro.
Me quedo pensando un momento que hacer ahora.
- Ya es algo tarde para ir al pueblo, pero si puedo ir a dar una vuelta por el bosque para ver con que criaturas me encuentro – pienso en voz alta.
Agarro mi cámara de fotos y la grabadora, para registrar luego todo lo que encuentre en mi propio diario, éste va a ser un gran proyecto para este verano.
- Tío Ford, voy a salir un rato – le digo al encontrármelo ya arreglando la pared de abajo.
- ¿A dónde vas?
- Sólo voy a dar una vuelta al bosque y ver que me encuentro, tengo pensado comenzar...
Dejo de hablar al ver que ya no me está prestando atención, bueno está ocupado en este momento, luego le contaré bien. Sin dejar que eso baje mi ánimo, me adentro en el bosque, caminando al azar, sin prestar mucha atención por dónde voy.
Logré encontrarme con los gnomos aún buscando una reina, a los hombretauros entrenando y al multioso leyendo un libro con una de sus cabezas y escuchando música con otra. Es nostálgico, me trae tantos recuerdos, recuerdos de una etapa buena y feliz.
- Ayy.
Perfecto, por andar distraído me tropecé con algo y tiré todo al suelo. Refunfuñando, me pongo de pie y busco con la vista mis cosas.
- Pero qué...éste ¿no es Bill?
Al parecer el culpable de mi caída es Bill, o mejor dicho su estatua de piedra. Acerco una mano para limpiar un poco la tierra que lo cubre, y poder verlo bien, pero en vez de eso solo dejo un rastro de sangre.
- Haaa vaaamosss, lo que me faltaba – miro mi mano y efectivamente tengo un gran corte en la palma – genial – digo sarcásticamente.
Levanto la cámara y la grabadora para regresar a la cabaña a curarme, antes que el universo decida empeorar mi vida y hacer que se me infecte. Luego voy a volver a investigar mejor este lugar.
"Gracias mi pine tree"
Giro asustado al escuchar un susurro en mi oído.
- No hay nada – miro para todos lados – debe haber sido el sonido del viento, mi imaginación sumada con este lugar no ayuda.
De camino a la cabaña tengo la sensación de ser observado, más de lo normal en este bosque, pero por más que busque no encuentro la fuente. La presión de ser vigilado es tan fuerte que siento que si no me apuro eso me va a atrapar.
Respiro aliviado al llegar a la cabaña, se que ahí estoy seguro.
Estoy tan cansado, que comeré algo rápido después de darme una ducha y vendar mi herida, e iré a dormir.
"Alguien me abraza muy fuerte contra sí, no puedo ver su rostro ni su apariencia, mi cara está pegada a su camisa y mantengo los ojos cerrados. Se que me está hablando, pero no entiendo lo que dice, aún así sé que son palabras dulces y llenas de cariño. Deseo abrir los ojos y mirar quien es, pero la sensación de confort es tan grande, hace mucho que no me sentía tan bien, quiero permanecer así un poco más"
- ¡Arriba! A levantarse que hoy empiezan su trabajo en la tienda – me siento en la cama de golpe con el grito repentino de tío Stan.
Gruño frustrado, todo fue un simple sueño. Me vuelvo a acostar ignorando a tío Stan, tal vez si me duermo rápido pueda volver a ver a esa persona de mi sueño.
- ¡Voy a abrir la tienda en media hora y uno de ustedes me va a ayudar! – vuelve a gritar Stan.
Giro la cabeza para ver a mi hermana, se puso la almohada sobre la cabeza para amortiguar el ruido.
- Dipper ve tú, yo estoy demasiado cansada, anoche me acosté tarde, pooorfiss – me dice con cara de cachorro regañado.
- Aggg, bueno, pero en la tarde lo haces tú – le digo.
- ¡Gracias! Eres el mejor – me dice mientras se acomoda para seguir durmiendo.
Resignado me pongo en pie y estiro mi cuerpo, me asomo un poco por las escaleras levanto la voz.
- ¡Ya voy! – le digo a tío Stan antes de que se le ocurra subir y gritarnos más fuerte.
Busco algo de ropa para cambiarme, saco un jean desgastado por el constante uso, una camiseta blanca con detalles en azul, y mis zapatillas blancas y negras favoritas. Antes de ir a la cocina a desayunar paso por el baño para echarme agua en la cara y poder comenzar bien el día.
- Buenos días – saludo a tío Stan que está sentado en la mesa terminando ya su desayuno.
- Buenos días Dipper, mejor apurate con eso – me dice levantándose y yendo a abrir la tienda.
- Si tío – le respondo bostezando aún con sueño.
Me preparo un café con leche y saco unas galletas saladas de la despensa, para luego sentarme y comer.
ESTÁS LEYENDO
Mio
FanfictionSiempre fuiste mio, solo ríndete y entrégame tu alma. Nadie más te merece. Contenido adulto. Los personajes no me pertenecen.