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Esa noche solo tuve pesadillas con mis padres yéndose sin mirar atrás y con Mabel riéndose de mí mientras Ford y Stan sólo me miran con desprecio.

Me despierto agitado, miro la hora, aún es muy temprano. Sin deseos de volver a dormir, salgo de la cama, me visto con la misma ropa de ayer y subo hasta el techo.

Con la aparición tan repentina de Bill olvide el mal rato que pase con Ford y Mabel el día de ayer, pero ese sueño me hizo recordar todo. Limpio una lágrima solitaria que cae por mi mejilla.

Levanto la cabeza y miro el cielo nocturno, siempre me gusto escarparme de noche para ver las estrellas, me hace sentir que formo parte de un todo, de alguna forma no me siento solo al verlas.

Muchas preguntas invaden mi mente, ¿por qué Mabel cambio tanto? ¿cuándo dejó de quererme? ¿por qué tío Ford me trató así? ¡¿qué demonios pasa con Bill?! ¿es verdad que es mi culpa el que haya vuelto? ¿y qué es eso de que soy su compañero?

Me paso las manos por el pelo con frustración, no tengo la respuesta a ninguna de esas preguntas, lo único que tengo seguro es que no importa que planes tenga Bill, no voy a dejar que dañe a nadie.

Meto las manos en los bolsillos de mi chaqueta para resguardarlas un poco del frío, saco la cadena que encontré antes, la observo mejor ahora, más de cerca y a detalle.

- ¿Qué significarán esos símbolos? – pienso en voz baja – no parece ningún idioma humano, al menos alguno que se hable hoy en día.

Debería tratar de buscar a su dueño y devolvérsela, pero no quiero, la sensación que me da es muy parecida a la que tengo en mis sueños con mi amigo misterioso. Me hace sentir tranquilo y protegido, de cierta forma hasta querido, y no entiendo por qué. Para no perderla decido colocármela en el cuello, oculta con la ropa. Hoy fue la primera noche que no soñé con él, hasta me hace extrañarlo.

- Qué patético soy, extrañando a una fantasía – me recrimino ahogando un bostezo.

Mientras sigo mirando las estrellas y escucho el viento mover las ramas de los árboles, mis ojos se van cerrando hasta quedar dormido en el techo de la cabaña.

"- Hola querido, había decidido dejarte tranquilo hoy, pero me fue imposible estar lejos de ti – sale una voz desde detrás de un árbol lleno de flores.

Me quedo mirando en esa dirección sorprendido, es la primera vez que puedo oír su voz, aunque nunca la escuché, sé que es la de él.

- Eso es porque ahora nuestra conexión es un poco más fuerte – responde a mi pregunta no echa, sorprendiéndome más, ¿puede saber lo que pienso?

- Si puedo cariño – me responde de nuevo.

Por alguna razón eso no me molesta como debería hacerlo.

- ¿Por qué dices que nuestra conexión es más fuerte ahora? ¿Qué cambió? – le pregunto.

- Tu me diste algo que era tuyo y yo lo acepté, eso inició la conexión, yo te di algo mío y lo acabas de aceptar, eso hizo que se fortalezca un poco más.

No recuerdo haberle regalado nada, ni mucho menos que él me haya dado algo.

- ¡Oh! Aunque no lo recuerdes pasó, creeme.

Rodeo el árbol para poder verlo.

- ¿Estás seguro de eso? Podrías arrepentirte – me freno con esa pregunta.

- ¿Por qué habría de no querer verte? ¿quién eres?

- Ya sabes quien soy, sólo que aún no lo aceptas.

MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora