Capitulo 5

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Riv se tambaleó al dudar de sus propios oídos.

"¿Quitarme la ropa?"

"Sí, es la única manera de poder medirte. Después de todo, necesitabas un vestido".

"Bueno, eso es cierto".

Anna insistió despreocupadamente: "Se te notaría más si llevaras un vestido a tu medida".

Riv respiró profundamente. Necesitaba estar preparada mentalmente para enfrentarse a su verdadero yo.

Hacía más de cinco años que no se veía realmente a sí misma.

"Dame un minuto, por favor".

Riv cerró todas las puertas, cubrió las ventanas, encendió las luces y agarró con fuerza los dobladillos de su gigantesco vestido.

Lentamente, se lo quitó. Como era voluminoso, no se lo quitó demasiado rápido.

Los ojos de Anna se abrieron de par en par cuando Riv se quitó la ropa que llevaba en capas bajo el vestido.

Riv salió del enorme caparazón negro de Madame Katana y le preguntó a Anna tímidamente: "¿Me quito más?".

"R-Riv, ¿qué llevas puesto? ¿Aún te quedan capas?"

Anna se quedó sorprendida y sin palabras.

"Riv, ¿cuántas capas llevas? Quítatelo todo por ahora".

La ropa de Riv se amontonaba como granos de arena formando una duna.

Anna se horrorizó aún más cuando Riv se liberó completamente de las capas que antes ocultaban su forma.

"Riv, ¿qué demonios es esto?"

Riv, que emergió del montón de ropa, tenía una estructura esquelética grande, pero su cuerpo estaba lejos de ser gordo. Sin embargo, no se la podía llamar perfecta, su cuerpo era delgado.

Riv nunca ganó peso, ya que arrastraba constantemente un montón de ropa pesada.

"Esto... esto es así", murmuró Riv, negándose a dar más explicaciones. "Fui la criada de la Reina Selina".

Las criadas de la reina Selina solían llamarse payasas debido a su infame y extraño maquillaje. La reina había ordenado tal cosa porque el rey había tomado a una de sus bonitas doncellas como amante.

"Así que por eso", Riv intentó sonreír, aunque en su lugar parecía una mueca.

"¿Cuánto tiempo llevas así?"

"Creo que desde que entré en este palacio".

Fue hace tanto tiempo que Riv ni siquiera podía recordar con claridad.

Seducir A Un Duque De Sangre FríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora