Prólogo

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Hace tiempo, cuando aún existían los reinos; la pareja de reyes que dominaban el reino iban a tener una criatura que crecía en el vientre de su madre, para saber exactamente qué iba a ser, decidieron ir donde un brujo para que este pueda proporcionarles su sexo.

Al llegar donde el, este les dijo que nacería una hermosa niña, quien concebiria al heredero al trono.

Los padres felices por la noticia se fueron del lugar sin esperar o dar las gracias a este hombre.

Los reyes al conocer que tendrían a su futura hija, decidieron hacer planes futuros, uno de estos fue quien sería el que se casaría con ella, es decir, el próximo rey.

Claro que todo esto cambio cuando la reina dio a luz a un niño.

Corriendo se encontraba un castaño, tendría que llegar a tiempo para ser recibido por la princesa del reino.

Hoy sería su primer día como un guardia del palacio donde vivía esta con los reyes, después de mucho tiempo, entrenamiento y sufrimiento, se encontraba listo para proteger a la familia real.

Desde niño había soñado con ser un guardia, ser una de las personas que protegen con su vida a las personas que se aseguran que todos sean felices y tengan lo suficiente para vivir, tal vez no sean el reino más rico, pero eran felices y pacíficos.

Aunque esto cambiaría con la futura boda de la princesa con el príncipe del reino vecino, el cual era conocido por ser uno de los ricos, pero también hambrientos de poder y de guerrá.

En fin, ese no era su problema, seguro los reyes elegirán lo mejor que le convenga a su nación y la princesa tendrá que aguantarse por su matrimonio; de lo único que el tendría que asegurarse  es de proteger a la familia real.

Volviendo al presente, ya formado en su fila, estando lo más cerca de la puerta del palacio pero sin estar exactamente en esta, esperaba la llegada de la princesa, quien venía de una cita con su novio.

Y empezó a escuchar el sonido del carruaje acercándose, los caballos jalando de la carroza donde adentro se encontraba la futura reina de la nación.

Esta sería la primera vez que la vería en persona, solo conocía su aspecto por fotos que rondaban por el pueblo, al parecer, solo cierto grupo de personas podrían verla en persona, y hoy pertenecería a ese grupo.

Y cuando la puerta del carruaje se abrió, no pudo evitar contener el aire.

Saliendo de manera esplendorosa, una hermosa joven empezó a caminar por el pasillo que estaba rodeado de guardias, vigilando que llegue sana y salva a su hogar.

La joven de no más de 20 años camina de forma lenta y elegante, mostrando su grado de etiqueta que tiene, su cabello que esta recogido en dos coletas bajas, cada una encima de un hombro, cabello de tamaño mediano y con pequeñas ondas, llevaba puesto un vestido simple para la época, acentuando su cintura con un corset, la falda que tenía más de 5 capas de tela de seda y de vuelo, le llegaba encima de sus tobillos, con un corte recto en la parte del pecho para dar con las mangas bombachas que llegaban un poco más arriba de los codos, todo el vestido tenía un color lila pastel, convidado con diferentes tonos del violeta, y la falda con patrones dorados, esto combinado con tacones no tan altos de color lila y un bonito paraguas de tono violeta que cubría la mitad de su rostro impidiendo así ver sus ojos.

Seguía caminado sin levantar un poco su paraguas, cada vez más acercándose al guardia de cabello castaño que sentía  como su corazón latía cada vez más fuerte en su pecho sin razón aparente.

Hasta que por fin llegó, cuando pasó justo al frente de él, el castaño intento ver lo más posible su rostro, cosa que no pudo y volteo la mirada.

Claro que la regreso cuando sintió que la joven se detenía en su lugar, mirando a la princesa, vio como lentamente esta levantaba el paraguas, para la final mostrar su rostro ante el.

El castaño se quedó helado en su sitio cuando vio los ojos de la princesa, esta siguió su paso normal tapándose el rostro hasta entrar al palacio y perderse entre las puertas de este.

Mientas que todos los demás guardias se dispersaron para ir a su posición en donde harían su guardia, el oji-miel se quedó en su sitio quieto; los ojos que había debajo se ese paraguas lo habían congelado.

Como no, cuando debajo de ese aparato, se encontraban unos ojos filosos de un intenso color lila, no eran redondos como el resto de chicas que había conocido, no, estos eran afilados, fríos, era como si estuvieran calculandote, explorando en el fondo de tu alma; cualquier persona que lo haya visto tendria miedo, no se acercarían a la  persona a la que proviene esos ojos, sin importar si está es la princesa. Pero para Aquino no, esos ojos de intenso color lila, escondían un secreto que se moría por averiguarlo.

Y tal vez eso lo llevaría a meterse en un gran problema.

No soy 'ella'!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora