𝙿𝚘𝚛𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚒𝚗𝚐𝚞𝚗𝚘 𝚕𝚘 𝚟𝚎

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Como cualquier día digno de admirar, ambos amigos disfrutaban viendo una película como era costumbre desde hace ya varios años

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Como cualquier día digno de admirar, ambos amigos disfrutaban viendo una película como era costumbre desde hace ya varios años.

Hoy, como cada dos sábados, había tocado hacer esta actividad en la casa del pecoso.

Ya se hacían disfrutando de una película de terror, con palomitas y bebidas admirando cada escena digna de la cobardía.

Al ver una toma donde la protagonista salía desprevenidamente a pantalla grande, aquel pecoso no pudo evitar soltar un gran grito agitando bruscamente sus manos y soltando su bebida por todos lados.

Vaya desastre había causado.

Rápidamente el alto puso en pausa las imágenes y prendió la luz de la habitación. Pudo apreciar como la bebida estaba derramada por todo el polero del pecoso y sábanas del mismo.

Tenían que limpiarlo.

El menor se sacó su poleron quedando un poco expuesto al clima frío. Se apresuró por unas toallas para secar y limpiar lo húmedo del suelo.

Al contrario, Hyunjin estaba sacando las blancas sábanas de algodón y seda de su lugar para luego meterlas a lavar y quitarle lo pegajoso de el azúcar contenido de la gaseosa.

Pero, al quitar los cojines de un extremo de esta, pudo apreciar un pequeño cuaderno tamaño frances adornado en la tapa de un lindo color amarillo brillante junto con un par de stikers. Era lindo.

Sentía sus manos picar gracias a la curiosidad de aventurarse a los escritos en aquellas hojas. Podía ser un diario, ¿no?

Respetaba mucho la confianza de su menor, pero de igual manera, no pudo evitar abrirlo a la primera página lentamente.

Al tener la portada a la mira, se llegaba a apreciar una pequeña nota decorada a conciencia y delicadamente. Era bellísima la pasión que le habían puesto a aquellos trozos de papel.

Hurgó un poco las siguientes hojas y se encontró con varias frases escritas con una caligrafía casí perfecta. Era asombroso la forma en la que eran redactadas.

"Amarte no es placer, amarte es un privilegio del cual pocos disfrutan, realmente me alegra ser de esos pocos, pero... si tu no disfrutas de ese placer, ¿enserió merezco yo disfrutarlo?"

Estaba un poco atónito con lo que lograba encontrar en aquel diario, tantas palabras lindas escritas con un sentimiento tan puro, tan detallado, tan mágico, tan Felix.

Pasaba cada hoja con cautela y delicadeza, temiendo a que alguna se pudiera romper y dañar. Eso no se lo perdonaría.

Pasó casí más de diez escritos, pero se detuvo cuando vio al pecoso entrar por la puerta café oscuro que daba directo a él.

Ya tenía unos trapos en sus manos y se notaba con frío al ver sus dientes temblar. Pero ninguno se intereso por ello al agarrarse entre sí con "las manos en la masa".

— ¿Qué haces con eso? — Preguntó algo angustiado por lo que pudiera alcanzado a leer.

— Bueno, estaba recogiendo las sabanas manchadas, y esto apareció. Oye, de verdad escribes muy lindo. Ame todo lo que alcancé a leer.— Se escuchaba despreocupado y clamado, al fin y al cabo, ¿qué de malo tenía leer aquello?

— ¿Cuánto exactamente leíste?

— No mucho, mínimo ocho frases. Perdón por agarrarlo, sé que es algo que no debí hacer, sé que está mal de mi parte. Te lo juro que no lo volveré a hacer si es algo que te molesta.

Ya estaba arrepentido, sabía que no debía traicionar aquella confianza desde el inicio, pero al fin y al cabo, ¿no dicen que es mejor pedir perdón que pedir permiso?

— No te preocupes, son cosas sin importancia, estaba por tirarlas, ya sabes, pensamientos estúpidos que solo escribía.

Se trató de notar despreocupado, como si realmente esto no le afectara como ya lo estaba haciendo. Vaya momento, ¿no?

— ¿Pensamientos estúpidos? Por dios, Felix, amé cada parte que leí, te lo juro que no vi nada como pensamientos estúpido, y si los hay, enséñame alguno. Te prometo que nada de lo que escribas será estúpido.

Se escuchaba sincero, eso calmaba al menor. Saber que contaba con el apoyo de Hyunjin por las notas para aquel chico que no correspondía sus sentimientos. No lo juzgo por no ser dirigidos hacia una chica, solo los apoyo sin más.

Otra de las razones por las cual lo amaba.

— Y dime, ¿para quien son estas cositas? Dueño han de tener, si no, no pondrías tanto detalle en todas.

Se escuchaba curioso, ansioso de contestar aquella incógnita que ya rondaba su mente. Lastima que no sería contestada en un buen tiempo.

— Nop, sin dueño existente, solo son cosas que llegan a mi mente cuando me pongo a fantasear. Sin dedicatoria.

Sentenció decidido al no querer decir más, dando a entender el tema por concluido.

— Sí tu lo dices, te creeré. Ahora cambiando un poco de tema, ¿podrías enseñarme cuando escribas más de esto? Te soy sincero cuando digo que amo todo lo que has escrito. Es tan bello...

De verdad quería seguir compartiendo pensamientos con aquellas hojas de papel con tina en su superficie. Lo hacían sentir bien.


— No entiendo el porqué de mostrartelos, pero lo haré encantada, lo juro.

Al fin y al cabo, no había salido tan mal por ninguna parte. Ahora podían compartirse sus más eternos sentir por medio de notas, lotes que nisiquiera sabían de quien para quien era dirigidas. Pero de igual manera, cada una era más linda que la anterior. Tan significativo al pensarse. Tan tranquilo al narrarse. Y, tan perfecto son justificante.

Ese trato había quedado tan malditamete bien, como si el destino los tuviera en las mira y apoyaba a aquel romance homosexual.

Tan lindo y romántico.

Tan lindo y romántico

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Jixia 🐥 💌

ℕ𝕠𝕥𝕒𝕤 [Hʏᴜɴʟɪx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora