Capítulo 10

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El pitido incesante de mi despertador me hizo pegar un salto en la cama. Rodé los ojos poniéndolos en blanco, tomé la almohada y enterré la cabeza en ella maldiciendo por lo bajo.

—Buenos días.

Y allí estaba Maddy recostada en el marco de la puerta de mi habitación, traía puesta una camisa blanca de rayas que le llegaba justo unos centímetros por encima de las rodillas. Traía el pelo suelto y se le veía más animada de lo habitual.

—Te he traído café —ofreció extendiendo una taza de café con leche en mi dirección.

Aparté las colchas de encima de mí he hice un esfuerzo por acomodarme en la cama aunque aún me dolieran cada uno de los huesos de mi cuerpo.

—Con cuidado —Maddy se acercó a mí poniendo la taza de café sobre la mesilla de noche para ayudarme —. El médico ha dicho que debes guardar reposo.

—Ya lo sé —afirmé contusionando mi cuello en un gesto de molestia —. Es solo que sabes que se me hace difícil estar quieta por mucho tiempo.

Tomé la taza de café entre mis manos y bebí un sorbo, estaba caliente pero no lo suficiente para quemarme, Maddy sabía exactamente como me gustaba el café, había puesto más café que leche y azúcar como para repugnar hasta a las hormigas.

—Esta muy bueno.

—Gracias —repuso Maddy con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Se puede saber que te tiene tan animada hoy?

—Nada en particular —sentenció dándose volteretas  en el moño—. A propósito tu madre ha llamado, le dije que la llamarías en cuanto despertaras.

—¿Le dijiste algo sobre el accidente?

—Pensé que sería mejor si se lo contaras tú.

—Sí, es lo mejor.

Por un momento pensé en mamá y en como se pondría al saber que había tenido un accidente y ni si quiera había sido capaz de llamarla a ella o a papá para contarles. No me iba a escapar de la bronca ni aunque saliera corriendo.

—Grace, cariño, no me has contado mucho de tu nuevo jefe. Solo me has dicho y cito textualmente —enfatizó Maddy alzando los dedos anulares—. Es como tener una hernia en el culo.

Ese comentario me sacó una carcajada, la cara de Maddy repitiendo esa frase era todo un poema, es cierto que no le había hablado de Lion, tampoco era un tema muy agradable sobre el que quisiera ahondar y además si le fuese a contar en verdad no sabría ni por donde empezar.

—¿Y tu para que quieres saber sobre mi jefe?

—Bueno —Madd se sentó sobre el borde de la cama acercándose a mí—. Para empezar me gustaría saber por qué esta mañana ha venido un repartidor y ha traído un paquete para ti de parte del señor Lion Halminton. ¿Es ese tu jefe no?

—Pues si es mi jefe —estaba algo confundida—. Pero no entiendo, ¿un paquete para mi? ¿Qué trae?

—Pues no lo sé, no lo he abierto, lo he dejado en la sala.

Me levanté de la cama teniendo cuidado con mis adoloridos huesos y me puse mis pantuflas rosadas de conejo para dirigirme hacia donde estaba el paquete. Maddy me persiguió por todo el cuarto hasta que llegamos a la meseta de la sala en donde se encontraba. Era una caja pequeña envuelta en un papel gris y tenía una pequeña nota escrita a mano que decía:

"Acepta esto como parte de mis disculpas "

Abrí el envoltorio y desarmé toda la pequeña caja bajo los ojos de Maddy que me miraban muerta de la curiosidad. Cuando abrí la caja ví que era un movil nuevo con todos sus accesorios.

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⏰ Última actualización: May 19, 2023 ⏰

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