Prólogo

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Le dolía a horrores, su cabeza daba vueltas y sentía que el aire le faltaba, no entendía que pasaba, ¿Por qué sucedía eso?, el bebé que descansaba en sus brazos se despertó y empezó a llorar de forma fuerte llamando la atención de la gente del pueblo

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Le dolía a horrores, su cabeza daba vueltas y sentía que el aire le faltaba, no entendía que pasaba, ¿Por qué sucedía eso?, el bebé que descansaba en sus brazos se despertó y empezó a llorar de forma fuerte llamando la atención de la gente del pueblo.

---: Camilo, estas pálido

Uno de los aldeanos se acercó a él de forma preocupada.

Camilo: Tengo que irme

Al ver a la madre de la criatura que cargaba en sus brazos, Camilo se acercó a ella y le entrego al bebé para luego retirarse al no poder soportar el dolor y calor de su cuerpo.

Camilo: ¿Qué mierda me sucede?

Ese día era su cumpleaños número dieciocho y desde que el sol había aparecido su día no podía ser menos desagradable, para empezar, su abuela, tía, tío y madre lo miraban como si fuera un animal salvaje en época de apareamiento. Bueno, no tanto así, pero podía jurar que lo veían con temor y preocupación, al menos su madre, tía y abuela,  pero si se sintió de esa forma cuando su tío le dijo que se mantuviera lejos de las mujeres que no eran de su familia.

Camilo: Vaya mierda

Un olor dulce llegó a sus fosas nasales al pasar por un lado de un grupo de chicas, sintió como su boca se hacía agua y casi salta hacia ellas si no fuera por que la voz de su prima Luisa le trajo de vuelta a la realidad.

Camilo: Qué?
Luisa: Camilo, perdón la abuela quiere que te lleve inmediatamente

Y sin pedir permiso lo cargo como si de un saco de papas se tratara, no se quejo, estaba demasiado cansado para eso, pero una imagen a lo lejos hizo que empezará a moverse de forma brusca tratando de soltarse de aquel agarre.

Luisa: Camilo quieto por favor

Luisa no deseaba apretar con tanta fuerza a su primo menor por temor a romper alguna parte de su cuerpo pero no tuvo de otra cuando Camilo casi se libera de su agarre.

Luisa: Cálmate

Un gruñido fue todo lo que obtuvo, Camilo seguía y seguía tratando de librarse de aquel agarre para correr hacia la pareja que veía a lo lejos y separarlos, no soportaba ver como otros hombres la cortejaban.

Pero de un momento a otro volvió a la normalidad cuándo dejo de verlos, un dolor de cabeza le recibió.

Camilo: Auch
Luisa: Perdón, creo que te apreté muy fuerte
Camilo: Tranquila Luisa, no es eso

El cambia formas llevo una de sus manos a su cabeza, deseando llegar lo más rápido posible a casita para poder comer una de las arepas de su tía Julieta y curarse, lamentablemente no pudo hacer eso, ya que apenas llegaron fue llevado a la sala, lugar donde se encontraba su hermana mayor junto con su madre, su tía Julieta, su tío Bruno, y su abuela, confundido tomo asiento.

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