¿Qué Ganas? ▬▬ l.s ✓

EXTRA ¹

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PERO NO SÉ QUÉ GANAS

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Harry caminaba con dulzura, sonriendo en grande y sintiendo su corazón latir con tremenda fuerza. Aquel día llevaba un suéter color mostaza y se sentía tan afortunado.

Harry nunca había tenido tantos sentimientos mezclados por una sola persona, pero cuando se trataba de Louis, dentro de él todo se volvía inexplicable. No sabía si temer o amar aquello que se daba paso. Pero si sabía algo, era que quería a Louis, más de lo que le gustaría admitir.

Su cuerpo dio un leve salto cuando sintió las manos de alguien tomar su cintura, pero se relajó al sentir el perfume de Louis. El mayor lo jaló hacia él, apoyando su barbilla sobre el hombro del chico que amaba, soltando un sonido de satisfacción cuando el menor se giró entre suaves empujes entre sus dos cuerpos, para luego aferrarse al cuello del más alto, mientras sonreía. Ni siquiera le importaban las miradas sobre ellos; era como si cada vez que su piel tenía siquiera un leve contacto con la del otro, se creara un mundo, uno donde solo ellos estaban presentes y nunca podría entrar alguien más.

Harry era feliz, más de lo que podía demostrar, porque tenía a Louis y Louis lo tenía a él.

—Hola, bebé —rio Louis con suavidad, haciendo que una corriente eléctrica de satisfacción y amor puro recorriera todo su cuerpo—. Ese hermoso suéter te da un detalle encantador, bebé.

—Oh, vamos, Lou, la belleza es mía y no de tu adorable suéter.

Ambos rieron y se separaron, pero antes de que rompieran el contacto por completo, Louis tomó un mechón del rizado cabello de Harry y lo dejó detrás de su oreja, para luego acariciar la mejilla izquierda con la misma mano que había acomodado el mechón. Harry sintió el tacto cálido y reconfortante, justo como un abrazo de mamá luego de un largo día de trabajo.

Louis se acercó con suavidad, y por reflejo, los ojos de Harry se cerraron. Luego de quizás dos segundos, que parecieron una eternidad para ambos, sus labios se unieron en un suave e inocente movimiento. Antes de que terminara el beso, ambos rieron, como si lo que acababan de hacer fuera una pequeña travesura que nunca nadie debía enterarse, pero estaban a mitad del pasillo, entre murmullos y miradas.

—Y dígame, señorito Styles, ¿sería tan amable de acompañar a este tonto de interminables suéteres a por una soda Coca-Cola y papas con queso y tocino un poco bastante grasosas?

—Mmm... —acarició su mentón mientras miraba al techo de la institución—. Sí, soy tan amable de acompañar al tonto guapo.

—¿Una cita? —Louis extendió su mano hacia Harry.

El rizado sonrió en grande, haciendo que sus ojos se hicieran una línea y que sus mejillas levemente se sonrojaran.

Louis sonrió y soltó un suspiro enamorado. A Louis le gustaba Harry, quizás con la misma intensidad que a Harry le gustaba Louis. Ciertamente, nunca podría decirlo con lucidez, porque el amor que Harry y Louis tenían era como el efecto del alcohol: te podía marear en segundos, para luego simplemente hacerte ver la realidad de tu vida o imaginarte una. Para ambos, eso era lo que sentían.

—Una cita —Harry tomó la mano y entrelazó sus dedos, mientras sonreía.

Y Harry rogó en silencio que esto nunca se acabara.

Y Louis rogó en silencio siempre poder querer a Harry.