CAP 19: El retorno de Tsukasa

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—¡Hermano!—gritó entre llantos Mirai al ver a su hermano curado mientras el acariciaba sus cabellos con ternura en su mirar.

Nyoko conmovida por el enternecedor encuentro de su niña Mirai con su hermano, no pudo evitar soltar algunas lágrimas de alegría, compartiendo el sentimiento de su niña.

Hisui, Taji y Kane quisieron acercarse, pero Nyoko les detuvo para que Mirai compartiera un momento a solas con su hermano.

—¿Cual es la situación?—preguntó Tsukasa al divisar a Senku, sorprendiendo a algunos expectadores por ser lo primero que preguntase.

—Vamos a invadir la Luna—soltó sin rodeos Senku, sorprendiendo a los demás por lo descabellado que sonaba y una ligera conmoción se reflejó en el rostro de Tsukasa.








(***)








La noche había llegado, Nyoko se encuentraba sentada sola en la desértica arena de la playa viendo las marcas en sus brazos que se había hecho con pintura como recordatorio de lo importante que sería esta misión.

Rozando sus dedos por las marcas, sentía una nueva emoción; el temor que sentia antes al ver sus marcas, ahora era reemplazado por paz, ya que ahora esas marcas representaban un símbolo de esperanza.

De pronto, sintió las cálidas manos de uno de sus niños que le abrazaban por la espalda, por la agitación de su respiración, intuyó que habían corrido hasta ella. Sonrió al ver que se trataba de Mirai, dando un beso en su mejilla, percatándose unos segundos después de la presencia de Tsukasa, apreciando que estaba con una mirada apacible hacia ella.

Fue entonces que él decidió hablar:

—Mirai me contó que tú fuiste que cuidó de ella—Nyoko asintió y con sus manos le transmitió a Mirai para que se lo dijera a su hermano.

—Nyoko dice que fue un gusto cuidar de mi como a una hija más y espera que no te moleste que me siga tratando así.

—Me agrada la idea—sonrió antes de sentarse junto a Nyoko mientras que Mirai se despedía de ambos, para alcanzar a Suika que se encuentraba a unos metros de ellos para jugar un rato más.

Tras la repentina partida de Mirai, Nyoko sintió nervios al estar sola con Tsukasa; está era la primera vez que ambos interactúaban y lo más probable es que él no supiera la lengua de señas al igual que Mirai la primera vez que se integró como su hija, la comunicación entre ambos iba a ser muy limitada, por lo que le tomó de sorpresa que Tsukasa empezara a hablar cuando ella giró a verle.

—Mirai y yo solo nos teníamos a nosotros dos, perdimos a nuestros padres cuando ella aún era muy pequeña y al cabo de unos años, se enfermó—hace una pausa para mirar unos segundos las olas del mar y luego volver a ver a Nyoko—, quiero darte las gracias por el amor y cariño que le diste en mi ausencia.

Nyoko sonrió enternecido por las palabras de Tsukasa, extendiendo sus brazos como una invitación. Tsukasa dudó un momento en si corresponder o no, decidiendo al final aceptar, sintiendo la calidez que transmitía Nyoko.

«Es agradable»pensó Tsukasa sin soltarse del abrazo, apoyando su frente en el hombro de Nyoko, mientras ella daba pequeñas Carias reconfortantes en su espalda.

A pesar de que ésta era su primera interacción después del enfrentamiento, Tsukasa sentía que podía confiar plenamente en ella, al igual que Mirai, recordando su sonrisa mientras le contaba sobre Nyoko.

Pasado unos segundos, ambos se separan del abrazo y Tsukasa muy decidido, agarra con suma delicadeza las manos de Nyoko, dijo:

—Enseñame la lengua de señas—soltó decidido manteniendo ambos la mirada entre ellos
Nyoko sonrió y asintiendo con la cabeza, empezaron con su primera lección esa misma noche.


Esto es irracional: Amor incondicionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora