𝙇𝙖 𝙫𝙞𝙤𝙡𝙚𝙩𝙩𝙚

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La violeta

—¿Seungcheol?

—¡Han, hola! –El alfa sonrió ladinamente, causando miles de emociones en Jeonghan.

—¿Qué...? ¿Qué haces aquí? –Rió, aún confundido.

—Ah... Es la fiesta de cumpleaños de mi madre.

El omega se sorprendió en demasía y comenzó a toser por la impresión.

—Jeonghan, ¿estás bien? –El alfa se acercó al florista, preocupado.

—Sí, sí, no te preocupes –Jeonghan se recompuso unos segundos después y se dispuso a confirmar lo antes dicho por el alfa– ¿Choi Heejin es tu madre?

—Por supuesto, el físico se hereda en la familia Choi, tenemos grandes genes, ¿qué no se nota?

Jeonghan cambió su expresión a una seria y respondió su pregunta.

—Lamento informárselo, Choi Seungcheol. Puede que sea adoptado, porque su madre es una diosa comparada con usted –Rió sonoramente, cubriendo sus labios con la mano y observando el rostro dramáticamente molesto del alfa. Seungcheol amaría vivir toda su existencia escuchando esa dulce melodía.

—¿Disculpa? ¿No observas al apuesto chico que tienes al frente? –Seungcheol exageró un ego inexistente para hacer reír a Jeonghan, lográndolo.

—¡Yah! Perdón, alfa de clase alta, dueño de los suspiros de cada humano existente, perfecto y sin defecto alguno –El omega colocó su mano sobre su boca, sin creer que le había seguido el juego a Seungcheol, riendo aún.

—Hey... No te escondas –Seungcheol sujetó su mano y la apartó de su rostro, el omega se sonrojó al instante– Mucho mejor –El alfa sonrió complacido al ver el bonito rostro de Jeonghan.

Que preciosa sonrisa tenía el alfa.

Un personal de staff caminó por el pasillo, irrumpiendo el momento para ambos, tomando distancia al instante.

—Oh... Gracias –Jeonghan habló, llamándo la atención del alfa, que se veía distraído pensando en otras cosas mientras observaba aún el tulipán blanco en su mano– Creo que ya debería irme.

Seungcheol salió de su trance.

—Lo siento, sí. Déjame ayudarte, Jeonghan.

—Claro, gracias.

El alfa colocó el tulipán blanco sobre el montículo en la mesa y cargó las flores con sumo cuidado y facilidad, siguiendo los pasos del omega y caminando detrás de él.

Escuchó una puerta abrirse y dió unos pasos más hasta dejar las flores en la barra central.

—Seungcheol... te ensuciaste con el agua de las flores –Se acercó con un pañuelo y limpió un poco el traje del alfa, preocupado.

—Ah, no importa, está bien –El alfa comenzó a sentirse nervioso y ansioso por el repentino acercamiento, y como pudo ocultó el sonrojo causado por Jeonghan.

Estaba honestamente conmovido con el chico de cabello largo, el omega bonito.

El omega alzó su rostro para encontrarse con la atenta mirada del alfa sobre él, sintiendo un escalofrío recorrer toda su espina dorsal. Observaba muchas emociones a través de los ojos de Seungcheol, pero creía imposible creerle a su instinto en esta situación, aún cuando normalmente no fallaba.

—Lo siento, Seungcheol...

—Hey, no pasa nada, Han –El alfa sonrió relajadamente con los labios presionados, creando esos hoyuelos que a Jeonghan le gustaban.

𝗖𝘂𝘁𝗲 𝗙𝗹𝗼𝗿𝗶𝘀𝘁 | 𝑱𝑪 #𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora