𝙇𝙚 𝙘𝙖𝙢é𝙡𝙞𝙖

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—No, esta no.

—Agh, ¿y esa?

—No, tampoco —susurró Seungcheol, arrastrando su dedo por la pantalla de su celular, buscando algo más.

Soonyoung debía entender al chico, habían estado poco más de dos horas sentados en el gran sofá de la sala en la casa del alfa mayor, buscando algo que impresionara a Jeonghan. ¿Y por qué? Bueno, el pelinegro se sentía culpable por como había hablado con el omega por llamada el día de ayer. Y sí, todo mundo podría pensar que no era nada pero Choi Seungcheol se arrepentía en demasía por aquello.

—¡Llevamos horas buscando algo que te guste! ¡Hyung, esa está bien!

—¡No es cierto, las rosas son tan comunes y aburridas!

—¿Y por qué estás pensando tanto en eso? Como si en verdad valiera la pena —bufó sonoramente Soonyoung, harto del comportamiento del mayor.

Seungcheol le dirigió una mirada asesina. No iba a permitir que Soonyoung dijera aquello de alguien como Jeonghan. Suspiró, recordando cada detalle del omega: su rostro celestial que era complementado por su dulce voz, aquellos lindos ojos llenos de un brillo especial, su largo y sedoso cabello, todo en el omega era sublime. Yoon Jeonghan era perfecto en todo sentido posible.

El alfa apartó su celular, prestando plena atención a su amigo sentado a su lado— ¿Qué te trae tan de malas, Kwon? ¿De nuevo el chico irritante del café que me hablaste hace dos semanas?

—Es un idiota, ¡lo juro! Ayer subió al estudio para reclamar lo mismo de siempre y voy a citarlo, me gritó un "Idiota, baja el volumen de tu estúpida música" y luego se largó a su cafetería, es un omega detestable —refunfuñó el rubio, restregando sus manos contra su rostro. Irritado, recordó como aquel chico de regordetas mejillas interrumpió su práctica.

—Quizás debas entender que no todo mundo tiene la misma extraña obsesión tuya con la música y el baile, Soon —replicó Seungcheol, golpeando la nuca del alfa con sus nudillos y entendiendo en parte al sujeto del que hablaba su amigo.

—¿Estás de su lado? ¡Qué asco de mejor amigo eres!

—Hey, cálmate. No es mi culpa que seas tan molesto, Soon. El chico tiene razón y tú lo sabes —se burló el pelinegro, riendo por lo bajo debido a la mueca de desagrado que le dirigía.

—No me interesa, lo seguiré molestando hasta que decida cambiar su cafetería a otro lado o se rinda —declaró finalmente el rubio. Seungcheol prefirió cambiar de conversación, sabiendo que cuando a Soonyoung se le metía una idea en la cabeza, sería imposible hacerlo entrar en razón.

El mayor se dirigió a la cocina y se sirvió un vaso de jugo, seguido por el alfa rubio, quien se recargó sobre la barra.

—¿Irás mañana a la universidad? —inquirió el mayor, moviéndose libremente por la cocina en busca de un snack.

—Mhm, debo ir. La profesora Park y sus inútiles proyectos en equipo me volverán loco algún día —resopló Soonyoung, recordando a sus inservibles compañeros de clase, quienes parecía darles igual el trabajo.

—Bien, entonces nos vemos ahí —el menor de ambos asintió, guardando su celular y caminando hacia la entrada principal. Seungcheol lo observó agitar su mano en un afán de despedirse y terminó de beber de su vaso.

El alfa siguió rebuscando regalos a través del internet. Si pudiera, le daría el mundo a Jeonghan. Deseaba regalarle algo sumamente maravilloso e inimaginable, pero sabía que de regalarle algo ostentoso podría asustarlo. Después de pensarlo por mucho tiempo más, encontró el regalo perfecto: algo significativo.

—Deberías buscar que significan, SeungCheol.

—... ¿Sabes qué significan todas las flores acá?

—Sí... Por supuesto, algo así debe saberse.

El pelinegro caminaba tranquilamente a su salón, pensando en la corta conversación que había tenido Seungcheol con él la tarde anterior

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El pelinegro caminaba tranquilamente a su salón, pensando en la corta conversación que había tenido Seungcheol con él la tarde anterior. ¿Le había sucedido algo? No lograba comprender del todo al alfa, al fin y al cabo comenzaba a conocerlo. No esperaba encontrar aquello sobre la mesa en su asiento.

¿Flores? ¿Quién le había regalado flores a él?

Jeonghan suspiró el leve aroma del ramo de camelias rosas, deleitándose con la frescura y color que poseían. No era del tipo de flores con las que trabajaba, lo cual lo hizo sonreír quizás un poco.

—¡Yaaah! Hannie hyung ¿Qué es esto? ¿Un admirador secreto? —preguntó sorprendido, alzando las cejas y pinchando su torso juguetonamente mientras observaba las flores en las manos de Jeonghan.

—Yo... No sé. Estaban en mi lugar, pero quizás se equivocaron, ¿cierto? No deben ser para mí, probablemente —rió nerviosamente, sintiendo su corazón latir con intensidad.

A pesar de trabajar entre pétalos, follajes y gipsófilas, jamás en su vida había recibido un regalo así de alguien más. Aún cuando trabajaba con flores la gran parte de su tiempo, le parecía un detalle tan íntimo el regalarlas.

—¿Cómo van a equivocarse? —Seungkwan rebuscó cerca del moño que sujetaba el papel decorativo alrededor de las flores, encontrando una nota— Léela, estoy seguro que son para ti.

El omega pelinegro sujetó el pequeño sobre en sus manos y la abrió cuidadosamente, asombrado por el contenido.

Para YJH. Luces hermoso hoy y siempre.

Las mejillas de Jeonghan se colorearon de un notable rosado, el calor llegó hasta la punta de sus orejas. Seungkwan podía observar los destellos en sus ojos, la ilusión y el amor, en verdad Seungcheol lo había pensado bastante bien.

Jeonghan recordó el significado después de pensar en todos sus libros de floriografía, la camelia rosada simboliza el deseo de tener más cercana a la persona a quien se le regala. Un sonido ahogado salió de su boca mientras reflexionaba. ¿Quién le había regalado esas flores? ¿Sabían siquiera lo que significaban?

Jeonghan se encontraba anonadado mientras un alfa lo veía desde el marco de la puerta del salón, temiendo que el pelilargo lo descubriera. Seungkwan le dió la espalda a su amigo, logrando ver a Seungcheol. Juntó su dedo índice y pulgar, asintiendo varias veces en forma de aprobación. El alfa le devolvió un pulgar arriba, dándole un vistazo rápido a Jeonghan antes de caminar de vuelta a su facultad. Hablando del alfa, un mensaje suyo se guardaba entre las notificaciones del celular del omega de cabello cobrizo, pero aquello no era sumamente importante.

Gracias Seungkwan, te debo una.

¿Y por qué Seungkwan sabía que esas flores eran para Jeonghan? Bueno, aquello era un secreto que Seungkwan se llevaría a la tumba. Tal vez le indicó al alfa el asiento de Jeonghan cuando lo encontró a mitad de su salón, solo tal vez.

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⏰ Última actualización: Jan 25 ⏰

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𝗖𝘂𝘁𝗲 𝗙𝗹𝗼𝗿𝗶𝘀𝘁 | 𝑱𝑪 #𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora