Third

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A la mañana siguiente Gulf se sorprendió al igual que su madre al escuchar el timbre a esas horas

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A la mañana siguiente Gulf se sorprendió al igual que su madre al escuchar el timbre a esas horas. El joven fue a abrir para encontrarse con el pálido, con el mismo semblante serio de siempre.

Por unos segundos se perdió en el recuerdo de aquella bella risa que tenía aquel chico.

–¿Quién es, Gulf?– la suave voz de su madre lo trajo a la realidad.

La señora al no recibir una respuesta rápida se decidió por averiguarlo por su cuenta. Su sorpresa fue enorme al ver a un Alfa de aspecto imponente a pesar de su corta edad, además nunca supo que su pequeño tenía más amigos que Mew.

–¿No me lo vas a presentar?– preguntó ofendida.

Gulf se disculpó con la mirada antes de que su madre llevará a su nuevo amigo a la sala para hacer sabe qué cosas. Bright prefirió acelerar el proceso pues paciencia es lo que menos tiene.

-Soy Bright Vachirawit, voy en el mismo salón que Gulf y solo somos amigos.

Hizo énfasis en la palabra amigos para espantar locas teóricas de la mente de su madre la cual lo miro complacida.

–¿Y Mew?

Gulf sintió un balde de agua helada ser volcado sobre él y su lobo bajo las orejas al escuchar ese nombre, no podría retrasar lo inevitable.

-Hablamos después de eso, lo prometo. Ya es tarde.

Salió huyendo de su propia casa con un preocupado Alfa detrás de él, subieron al auto del pálido y este arrancó.

–¿Te sientes bien?

–Si, solo me preocupa su reacción..

Su lobo estaba al pendiente del Omega mientras el conducia, la mirada pacífica en el chico daba a entender que no volvería a ver la expresión triste en aquel rostro y el se encargará de eso.

Cuando aparcaron cerca de la escuela Bright se sintió observado y estaba más que claro que el azabache era el dueño. El pálido con el afán de molestarlo un poco se apresuró en bajar para abrirle la puerta al Omega. Este agradeció con su descomunal sonrisa.

Apenas iban a entrar a su aula un tirón detuvo al castaño.

–Tú y yo vamos a hablar– ordenó el azabache.

Antes de que el pálido fuera a actuar Gulf con la mirada le pidió que esperara.

–No tenemos nada que hablar– dijo entre dientes para tirar de si mismo para safarce del agarre.

–¿Hablabas en serio con que no querias volver a verme?– dijo con falsa sorpresa– bien, yo no te voy a rogar.

Dicho esto se fue perdiéndose de su vista, ¿Qué pasó por la mente de Gulf? fácil, se pregunta qué sucedió con el dulce chico que era su mejor amigo, ahora solo sentía repugnancia de aquel joven que desconocía por completo.

Celo con el enemigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora