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capitulo 39

Con sus pies corriendo por el suelo de tierra, Izuku saltó en el aire y golpeó a Gigantomachia con todas sus fuerzas. One For All corría por sus venas, y la electricidad verde crepitaba a su alrededor. 

Gigantomachia, sin embargo, ni siquiera se inmutó. La piel del gigante era tan dura como el acero, como la obsidiana. El hombre no iba a ser vencido fácilmente; incluso con una fuerza como One For All de su lado, Izuku no estaba progresando con el gigante. Gigantomachia era una fortaleza. 

Maldiciendo en silencio por lo bajo, Izuku rápidamente maniobró fuera del camino de los dedos de Gigantomachia. El gigante lo iba a sacudir como si fuera una hormiga. Izuku, sin embargo, no podía permitir que eso sucediera. Si Gigantomachia lograba golpearlo, Izuku estaría acabado. 

Incluso solo uno de los dedos de Gigantomachia tenía un poder inimaginable. El gigante realmente era un bruto. Bueno, en realidad era un poco blando, ¡pero luchó como un bruto!

Con los ojos entrecerrados por la frustración, Izuku saltó alrededor de Gigantomachia como un conejo. Cada vez que Izuku bajaba al suelo, Gigantomachia lo atacaba. Izuku no podía descansar, ni siquiera por un minuto. Si Izuku quisiera atacar al gigante nuevamente, necesitaría crear más distancia entre ellos. 

Sin embargo, justo cuando Izuku estaba saltando en el aire, su cuerpo brillaba con un verde tenue de One For All, Gigantomachia estaba golpeando su mano hacia él y la presión del aire estaba arrojando a Izuku. Con un fuerte grito saliendo de sus labios, Izuku se estrelló contra un arbusto de moras. Podía sentir las bayas maduras explotando contra su piel, volviendo su carne morada y negra, e Izuku suspiraba ruidosamente. 

Izuku estaba cubierto de suciedad y mugre de pies a cabeza, y el jugo de mora se sentía pegajoso contra su piel. Con un fuerte gruñido, Izuku salió del arbusto, haciendo una mueca cuando los palos del arbusto rasparon su piel. 

Se sentía como basura. 

Afortunadamente, sin embargo, el resto de la Liga mantenía ocupada a Gigantomachia. El gigante estaba demasiado ocupado lidiando con el fuego de Dabi y los clones de Twice para ir tras él mientras se recuperaba. 

Levantándose, Izuku comenzó a frotarse la cara con cansancio. Izuku y el resto de la Liga han estado luchando contra Gigantomachia durante dos semanas sin descanso. Los siete tomarían diferentes turnos cuando pelearan contra el gigante, pero todos se sentían cansados. 

"Parece que te has metido en una situación difícil ". 

Sin un momento de vacilación, Izuku giró la cabeza y miró a Shigaraki. El hombre parecía tan cansado como él, pero una pequeña sonrisa bailaba en su rostro. Con un resoplido derramándose de sus labios, Izuku levantó la mano y se frotó el jugo de mora que manchaba su piel. “Sí, me he metido en una situación difícil . ¿Me puedes ayudar?"

"Por supuesto, Izuku". Shigaraki sonrió, sus ojos brillaban divertidos. 

Luego, el villano se acercó a Izuku y comenzó a frotar el jugo de mora en su piel, esparciéndolo. 

Con los labios fruncidos, Izuku miró a Shigaraki suavemente. “Creo que lo estás empeorando, Murachan. Estás esparciendo el lío”.

"¿Vaya? ¿Lo estoy? Shigaraki murmuró, con los ojos muy abiertos e inocentes , e Izuku se estaba riendo. 

Sin embargo, una sonrisa se extendió por el rostro de Shigaraki, y el villano se inclinó más cerca de Izuku. Con su lengua asomando más allá de sus labios, Shigaraki lamió la piel de Izuku, probando el jugo de mora.