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Yedam dejó a Doyoung en su casa y volvió a la suya, no le importaba si luego recibía quejas de sus amigos por haberse ido antes, necesitaba pensar, y mucho, al respecto.

¿Qué había sido aquello? Escuchar a Doyoung describirlo de esa forma lo hizo alucinar y para qué negar que también le dejó algo de rubor en las mejillas, no estaba seguro de lo que significaba todo eso. Su manía de querer ayudar a Doyoung con lo que necesitaba o el tener que asegurarse de que estuviera bien todo el tiempo solo apareció, le nació luego del primer día que lo conoció en el instituto y ésta necesidad cada vez se había hecho más grande, pero ahora lo sentía diferente. Podría ser que comenzaba a ver a Kim de otra manera.

Yedam no tenía problemas con dudar un poco respecto a sus gustos, tampoco le parecía extraño, sentía que aquello era algo que le podía ocurrir a cualquiera, dudar de tu sexualidad no estaba mal. El problema era que no sabía qué hacer con lo que sentía ¿Tendría que prestarle atención y ver hasta donde llegaba con sus sentimientos? ¿O debería ignorarlo y esperar que pasara como si fuera una fase? Nada les aseguraba al cien por ciento que Doyoung sintiera lo mismo o fuera gay, de por sí el menor ya tenía suficiente con los rumores de que andaban saliendo y agradecía que Doyoung no se sintiera incómodo con eso al nivel de abandonar su amistad. Y en el caso que este le correspondiera y al final todo terminara siendo una confusión de Yedam el que resultaría herido sería Doyoung.

Necesitaba hablar con alguien, con Luke específicamente, pero sabía que este no despertaría hasta el mediodía. Debería tratar de conciliar el sueño hasta poder contarle a su mejor amigo aquel dilema que cargaba.

Despertó alrededor de las diez de la mañana, le envió un mensaje a Luke diciendo que le llamara apenas lo leyera, mientras tanto trató de hacer algunas cosas en su casa para distraerse, como ordenar su cuarto y luego jugar unas partidas en League of Legends, también preparó el almuerzo para cuando sus padres llegaran del trabajo y al terminar la comida se ofreció a lavar. Cuando terminó, por fin eran las dos de la tarde, pero no tenía noticia de su amigo. Decidió llamarlo él. Luego de varios intentos fallidos Luke respondió la llamada aun adormilado.

—¿Sabes que son las dos de la tarde? No puedes dormir tanto– se quejó

—¿Buenos días a ti también? Lo dices porque te fuiste temprano y no bebes.

—Es que pasó algo, necesito ayuda, voy a tu casa ahora.

—Bien, pero...

Yedam colgó la llamada y tomó las llaves de su auto importándole poco si después sus padres le reclamaban por haberlo usado sin permiso, ya había esperado mucho y no iba a tomar el bus hasta la casa de Luke. Al llegar solo bajó y caminó a la entrada para tocar el timbre y ser atendido por su demacrado amigo.

Yedam trató de explicarle, sin ponerse nervioso en el intento, todo lo que le había ocurrido la noche anterior con Doyoung, dejando algo sorprendido a su mejor amigo.

—Sabía que seguro lo seguían molestando, son unos idiotas sin cerebro, convivimos todo el tiempo con gente de otro lado, no entiendo.

—Sí, lo sé, me parece una idiotez lo que hacen, pero ese no es el problema – Luke lo observó confuso – con todas las cosas que me dijo no lo sé, tal vez estoy confundido, pero – Yedam calló unos segundos, dudando.

—¿Pero ¿qué? No entiendo a qué te refieres.

—Creo que me gusta Doyoung, Luke – sintió la confusión de su amigo con tan solo verlo, sí, era igual de raro para ambos.

—¿Cómo, dices que eres gay? – su voz era tranquila, como si solo pidiera más información al respecto.

—No lo sé, nunca había sentido atracción por otro chico antes, es la primera vez.

Crush Culture | °Dodam°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora