●Cap.16●

391 35 28
                                    

■N■

El radiante sol brillaba con fuerza, y claro pasaba ya de medio día. Ambos chicos se encontraban verdaderamente aburridos, puesto que se quedaron sin actividades que realizar.

Se supone que ese día llegarían sus padres, sin embargo, aún no habían llamado a ningún celular para poder comprobar que ya estaban por regresar a aquella casa de vacaciones, así que se mantenían ocupados en pensar que hacer para matar el tiempo y esperar más cómodamente el regreso de sus padres, pero al no tener ideas se aburrían.

En eso, el de cabello rojizo recordó la propuesta que le hizo su novio hace algunos días atrás. Una sonrisa pícara se hizo presente en su rostro al hacerse una idea para que realice el menor. Aunque primero tendía que confirmar que lo que el contrario le propuso anteriormente aún era válido.

-Naranjita~-Llamó al menor sacándolo de sus pensamientos y haciéndolo girar para poder verlo, ya que se encontraba sentado en el sofá mirando hacia el techo, pero estando sentado de forma rara, siendo que se estaba apoyando con su espalda y sus piernas estaban recargadas en el respaldo del sofá.

-¿Dime?-Respondió prestando total atención.

-¿Sigue siendo válido lo de hacer lo que yo quiera contigo~?-Preguntó con su típico tono coqueto y algo pervertido.

El de ojos color verde grisáceo se sonrojó levemente por lo que dijo su novio y con qué tono lo dijo. Aún así, el menor sabía que seguía siendo válido, después de todo si que se le habían quedado unas pequeñas ganas a su novio, pues había repetido la escena de cuando sus partes íntimas se rozaron e incluso se frotaron por encima de las prendas de ambos una y otra vez en su cabeza. Lo cual hizo que su imaginación trabajara más de lo que suele hacerlo y creara una escena donde él y su pareja tenían relaciones de nuevo, y tuvo que encerrarse en el baño para que la tentación no le ganara.

También habría que mencionar que tuvo ciertos pensamientos en desvanecer esa erección él solo y estuvo apunto de hacerlo, pero se contuvo completamente e ignoró ese no tan molesto problema, el cual, terminó desapareciendo por sí solo al no darle atención durante aproximadamente diez minutos.

-Sí, sigue siendo válida.-Respondió con nerviosismo hacia su contrario.-Pero ese tono me da un no se qué. ¿Qué tienes en mente para hacer? Nuestros padres podrían llamar en cualquier momento y tal vez llamen antes de entrar a la casa, y créeme que de eso mi madre es muy capaz.-Tenía razón, tal vez no conozca mucho que digamos a su padrastro, pero sí que conocía perfectamente a su madre, y la mencionada ya había ejercido lo anteriormente dicho hace algunos años atrás, haciendo que desconfíe un poco de ella en ciertos temas.

-Está bien, no es nada de lo que te imaginas... Bueno, tal vez~-Y de nuevo sacó esa sonrisita pícara. A decir verdad estaba algo emocionado por así decirlo. Aunque también había que tener en claro que es un completo pervertido y ni él mismo cree que lo que haría hacer al de ojos verdes no pase a mayores, pero "veremos que pasa~" era lo que pensaba, siempre aspirando al futuro, claro que sí.

-¿Qué tienes en mente?-Preguntó a su contrario. Seguido se incorporó sentándose con la espalda recta en el sofá, encimando sus piernas en las de su novio intentando calmar un poco los latidos de su corazón debido al nerviosismo.

-Tú... ¿Sabes cuál es la expresión "ahegao"~?

En eso la cara del menor se enriqueció en color carmín. Éste tenía la peculiaridad de que su rostro podía calentarse completamente haciendo que éste se torne de color rojo casi por completo.

•Hermanastros•: Reescrita, editada y terminándose. [Spartor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora