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CONSEJO 1:
NO LOS AYUDES CON UNA BROMA, ESO REQUIERE PASAR TIEMPO CON ELLOS.
Severus se preguntaba el por qué había accedido a ayudar a aquel cuarteto de idiotas.
Para empezar el plan era un asco, desde el principio supo que aquella jugarreta iba a fracasar épicamente, partiendo por el hecho de que se requería mucha paciencia para que funcionara y eso los Merodeadores no tenían en absoluto.
Maldijo a Remus Lupin y su cara de cachorro herido.
Cuando Remus se acercó a él la semana pasada pidiendo un inofensivo consejo para una poción, Severus no le vio nada de malo, le instruyó lo mejor que pudo y se aseguró de recomendarles algunos títulos en caso de que lo necesitara. Volvió a buscarle dos días después con una duda mucho más compleja que la primera y el Slytherin sabía que aquello no se trataba de algún trabajo que les hubieran asignado, nuevamente le dijo lo que necesitaba e incluso un poco más, hasta se lo anotó en un pergamino con demasiados detalles cómo para que no volviera a buscarle. Ni 24 horas pasaron cuando Remus le pidió que le ayudara a realizar la poción.
Se negó, porque sabía lo que había tras ello, entonces Remus ventiló su labio inferior en un pequeño y tierno puchero, sus ojos avellanas se agrandaron ligeramente y un brillo travieso estaba aprisionado en ellos. Severus suspiró y le siguió hasta el aula donde el caldero reposaba.
En la habitación rápidamente pudo distinguir las tres singulares cabelleras del resto de merodeadores, se inclinaban sobre el caldero con interés y preocupación en partes iguales.
Apenas entró fue recibido por un abrazo que logró levantarlo del piso por parte Sirius Black.
— ¡Sabía que vendrías! — gritó en su oído.
— Ya suéltame chucho.
Severus golpeó un poco al indecente de Black para que este lo bajara, una vez lo hizo agradeció estar a salvo de los brazos de aquel indiscreto, sin embargo, no pudo salvarse del beso que fue depositado en su mejilla, enrojeció a los segundos. Detestaba al estúpido de Black.
— Ahora me gustaría una explicación para esto. — ordenó — Y saquen sus feas caras de sobre el caldero, es peligroso.
Lo último lo dijo señalando a Potter y Pettigrew que aún estaban sobre el caldero a una distancia nada segura, le obedecieron casi de inmediato sintiéndose un poco ofendidos por las palabras que el Slytherin había usado, aun así, ninguno se atrevió a realizar algún comentario al respecto.
— Es para un proyecto de clase, Sev. — se apresuró a responder Peter.
Era increíble lo idiota que podían ser este cuarteto, adorables pero idiotas después de todo.
— Si recuerdan que compartimos clase de pociones, ¿verdad?
Los cuatro se encogieron un poco en su lugar, y casi como si estuvieran conectados por una misma neurona, le sonrieron con vergüenza mal disimulada. Severus realmente se planteó en dejar al cuarteto abandonado en aquel salón, en serio lo hizo, pero el pensar en que los Merodeadores estarían en enfermería por una explosión de caldero lo hizo detenerse, y no porque se preocupara por ellos, sino porque los cuatro exigirían su presencia en la enfermería al menos una vez al día y Severus no quería lidiar con Merodeadores heridos y aburridos.
Finalmente suspiró, asimilando que tendrá que participar en este plan con ellos, se deshizo de su túnica escolar y del suéter rojo que Lily le había hecho para la navidad del año pasado, doblándolos perfectamente para dejarlos a un lado y no arruinarlos con lo que sea que los Gryffindor estuviesen preparando. Severus desabrocho los botones de las mangas de su camisa y las arremangó justo antes de soltar un poco su apretada corbata.
Los cuatro Gryffindor le observaron atentamente mientras caminaba hasta estar frente a la mesa en donde preparaban la poción, sobre ella había un montón de ingredientes mal cortados y repartidos desordenadamente, aparte de eso una pila de libros se encontraba en una esquina, mientras que algunos otros se encontraban directamente abiertos y manchados.
—Sabemos que es un desastre Sev, así que ahórrate el largo regaño que saldrá de tus bonitos labios. —James apoyo la barbilla en su delgado hombro, sin embargo, el resto de su cuerpo se encontraba a una buena distancia del de Severus, aunque el Slytherin podía sentir el calor que emanaba el Gryffindor.
—Les juro que ustedes harán que me salgan canas verdes.
Remus ahogo su risa en la palma de su mano, Sirius eufórico como siempre rio en una estruendosa carcajada y Peter, bueno, el rubio solo le sonreía encantadoramente desde el otro extremo de la mesa que era donde estaba apoyado. La mano de James se movió hasta su cadera, Severus tuvo la tentación de golpearlo para que la quitara, para su lamento justo cuando iba a hacerlo el caldero comenzó a burbujear de manera sospechosa y Severus no tuvo más remedió que dirigir toda su concentración al desastre de poción que esos cuatro habían creado.
Estúpidos, adorables, incompetentes y atractivos Gryffindor, como los detestaba.
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Capítulos cortos.
Solo situaciones en las que Severus se da cuenta de lo debil que es ante los Gryffindor.
-snakevod
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Consejos para No Enamorarse de un Gryffindor (o varios)
FanfictionSeverus tiene un gran problema con los Gryffindor, así que crea una lista de consejos para que ha nadie más le pase lo que a él.