𝗢𝗩𝗘𝗥 𝗣𝗥𝗢𝗧𝗘𝗖𝗧𝗘𝗗 || 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐝 𝐓𝐡𝐞𝐟𝐭 𝐀𝐮𝐭𝐨 𝐕

IX. THIS IS PARADISE

• • •
☞︎ parte uno: CAPÍTULO NUEVE☜︎
This is paradise

—¡Puta madre! ¿¡Que acaba de suceder!?—, Taylor estaba jodidamente asustada, estuvo a punto de morir y todo sucedió tan rápido que apenas notó que sus pantalones estaban rotos y llenos de sangre por las raspaduras que se había provocado.

—¡Taylor, respira, tranquila! — Madeline intentaba calmar la respiración de la menor que ahora iba en la parte trasera mientras ella iba de copiloto. —Taylor, veme a los ojos, estás en un lugar seguro, todo está bien, el sol nos guía, las estrellas resplandecen... —dijo Madeline mientras Taylor se tranquilizaba poco a poco.

—No sé que acaba de suceder, pero de algo estoy seguro, alguien está detrás de los viejos... Otra vez. — Habló Franklin mirando a las chicas antes de volver a mirar la carretera.

—¿Si? ¡No me digas!— respondió Taylor con sarcasmos mientras cerraba los ojos y guardaba aire en sus mejillas.

—Tenemos que tranquilizarnos los tres, no puedo calmarlos a todos mientras intento no entrar en pánico. — exclamó Mad antes de hundirse en el asiento.

La peli azul tenía razón, si ellos tres se descontrolaban definitivamente no llegarían a ningún lado, lo importante era que nadie resultó herido, hasta ahora. Madeline tenía la boca seca y el corazón le palpitaba rápidamente pensado en si su protector se encontraba bien. Dios, era buenísimo usando armas pero los superaban en número, incluso habiendo visto sus habilidades, no podía evitar sentir preocupación.

Por otra lado, Taylor rezaba en voz baja porque Michale estuviera bien. Quería, deseaba, necesitaba que él estuviera bien. Desde que había llegado con él, jamás negó que la hacía sentir segura porque a pesar de sus rabietas de niña mimada, siempre intentaba que estuviera a salvo.

Claro que, también lo hacía porque su vida y la de su familia estaban de por medio.

—Dios, te suplico que si salvas a Michael, en cuanto regrese a Italia haré mi primera comunión — vaya que eso era compromiso, Taylor jamás aceptó nada de la religión fuera de su bautizo involuntario cuando apenas era una bebé.

Al escucharla y verla tan preocupada por el viejo, Madeline no pudo voltear a verla de manera burlona. Ya hablaría con ella más tarde.

—¿A donde vamos, Frank? —preguntó Mad al ver que Franklin se desviaba casi llegando a la ciudad para dar vista a un vecindario con casas enormes y de apariencia cara.

—¡Finalmente, un lugar digno en donde vivir! —Habló Taylor.

Madeline la veía con los ojos entre cerrados, intentando no golpearla. ¿Un lugar digno en donde vivir? La niña mimada vivía en una mansión, mientras que ella pasaba todos los jodidos días en un mugroso remolque que con sólo verlo podía dar tétanos.

—Oh no princesa, es solo un atajo. — Regresó Frank a la realidad a las dos chicas.

Madeline y Taylor intercambiaron miradas y optaron por no cuestionar más al moreno al volante, ahora con los tipos malos síguiendolas en la ciudad en la que supuestamente nadie sabía que se encontraban, era peligroso pedir regresar con los gangsters.

No habían pasado más de 30 minutos cuando Franklin aparco en la parte trasera de un club nocturno, el letrero luminoso color neón les daba la bienvenida al Vanilla Unicorn.

—Esto debe ser una broma — soltó Taylor explorando el lugar con la mirada.

—Ojalá lo fuera, siganme — habló el chico moreno mientras entraba por una puerta trasera.