Vint-i-dos

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Pasaron varias semanas, Gustabo evito por completo el tema de Hope, no le convenía tener problemas con Pogo. Su tiempo libre lo invertia en torturar al Gambino.

El subsuelo estaba especialmente preparado y construido para que los sonidos no se filtraran a las plantas superiores, más sin embargo, muy pocas veces los trabajadores del piso común logran escuchar un muy débil sonido de los gritos de Carlo, cosa que les aterraba, pues no sabían que era lo que Gustabo le hacía, y sinceramente no querían saberlo.

Ese día Volkov apareció en las instalaciones, normalmente no iba a Humane, pero Horacio hizo la reunión ahí para asegurarse de que estúpidamente Los Gambino no se infiltraran para rescatar a su jefe. Al llegar fue a la cafetería, pues había llegado temprano, para su fortuna se encontró a Gustabo comiendo unas galletas con algunas migajas en sus mejillas y labios.

—Buenas tardes Gustabo -se sienta frente a él- semanas sin verte.

—Hola Vik -come otra galleta- si, he estado ocupado con Gambino.

—¿Que a pasado con eso?

—Para eso es la reunión -le sonríe-.

—¿No te a dado problemas?

—Para nada -le muestra los nudillos los cuales tenía rojos y con pequeños moretones- esto se quita rápido.

En los labios de Viktor se formó una pequeña sonrisa y leve sonrojo, le encantaría ver los vídeos de la tortura que le habrá hecho al Gambino, quizás no existía tal cosa, pero lo que quería era verlo en acción de esa forma sádica, tan solo de pensar en ello hacia que su miembro quisiera explotar. Cubrió su boca con su mano hecha puño, estaba nervioso, no quería verse así frente a él, lo creería un pervertido, un ex comisario recto no podía ser visto de ese modo, Gustabo le tenía respeto y no quería perder aquello, no quería que lo viera con asco.

—¿Quieres una galleta? -le pregunta Gustabo con una sonrisa-.

—N~no, acabo de comer y estoy muy lleno.

—Más para mí -come otra galleta-.

—Tienes varias migajas -traga un poco de saliva y le quita las migajas con su mano, su corazón se detuvo al tocarle un poco los labios, así que la aleja-.

—Gracias, no hacía falta.

Después de eso la reunión dió comienzo, en todo ese tiempo Volkov tuvo que ocultar el problema que tenía, hizo su mayor esfuerzo pero aún así de vez en cuando miraba a Gustabo de reojo, tan bello. Horacio noto aquello, pero disimulo aquel odio en sus ojos, no quería ser tan obvio como el ruso de dos metros, era curioso como todos ahí eran agentes especiales y nadie se había dado cuenta del pequeño detalle entre las piernas de este, resoplo, tendría que entrenar a sus agentes con más severidad.

Cuando la reunión termino, Volkov fue el primero en irse para ocultarse en el baño y poder bajar su problemilla, al cabo de unos minutos salió del cubículo y vio a Horacio sentado en los lavabos mirándolo con seriedad, tragó saliva ¿Lo había descubierto?

—Viktor, pensaba que yo me veía ridículo cuando era un alumno y te seguía como perrito faldero admirandote, pero... sinceramente y viéndote, tú te vez más ridículo en la posición que estás -sonrie con malicia y baja de los lavabos de un saltito-.

—No se de qué habla Horacio -pasa a su lado y se lava las manos intentando verse normal-.

—Claro que lo sabes ¿Creés que soy idiota? ¿Que quieres de Gustabo? -su mirada se oscurece- dime la verdad.

—Debes estar confundido, mi relación con Gustabo es meramente profesional.

—Eso lo se, porque Gustabo jamás aceptaría a alguien como tú de forma romántica, mucho menos para follar, alejate de él, por tú bien.

Lo mira frunciendo el seño —¿Me estas amenazand...?

Viktor al estar a lado de la pared, el de cresta aprovecho dando un media vuelta y dando una patada que estampo al ruso contra la pared, el menor no apartó el pie del cuello contrario, este intento retirarlo pero Horacio solo hacia más presión para evitarlo.

—Es una advertencia Volkov, te vas a alejar de Gustabo, o créeme, te arrepentirás de tan solo haber respirado el mismo aire de la habitación en la que este ¿Haz entendido?

—Si, m~me a quedado bastante claro.

—Perfecto.

Horacio retiro el pie del cuello del mayor y se retiró del baño como si no hubiera pasado absolutamente nada. Volkov mira la cámara, normalmente en ningún lugar deberían haber cámaras en el baño, era por tema de la perversión, pero las que tenían aquí solo apuntaban a los lavamanos, muy poco del espejo y un poco del piso. La luz rojo no se veía, el de ojos bicolor había apagado la cámara para que nadie viera esa escena, apretó los puños ¿Enserio Horacio le había prohibido acercarse a Gustado? ¿Quien se creía? Si Gustabo lo quería lejos se lo diría directamente ¿No?

Tomo aire y salió de los baños, para su fortuna vio a Gustabo ingresar a una habitación, fue tras él entrando a un cuarto que parecía ser una pequeña enfermería, lo vio agarrando algunas jeringas y unos frascos.

—Gustabo...

Lo mira de reojo —¡Oh! Viktor, pensé que ya te habías ido -toma unas vendas-.

—No, aquí sigo -desvía la mirada- tuve una conversación con Horacio, sobre tí.

—¿A si? -camina hacia el Gambino herido e inconsciente en una camilla- dime qué era sobre algo bueno -le venda las heridas-.

—En realidad, estaba un poco posesivo, parece que quiere que me aleje de tí.

Ríe levemente —¿Porque será? No eres un problema.

Eso le partió el alma, no iba a decirlo en voz alta pero le había dolido que para el pelirojo no era nada.

—L~lo se, por eso me pareció buena idea decírtelo, pero para evitar problemas estos días estaré de servicio, cualquier cosa sabes dónde encontrarme.

Se fue de ahí triste y con pocas esperanzas de llegar a tener algo con el García, este solo nego con la cabeza y ató las extremidades de Carlo en la camilla: pies, manos y cuello; todo para que no se moviera para lo próximo que haría. En el momento que el italiano fue despertando, agarro las jeringas e introdujo el líquido de los frascos en ellos.

—Buenos días Gambino, esto no te va a doler.

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¿Horacio se enterará de que Volkov le dijo de la charla a Gustabo?

Y si se entera o ya lo sabe ¿Que hará?

¿Volkov logrará algo con Gustabo?

A Tu Lado [Gustacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora