Trois

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Un chico moreno corría por unos pasillos oscuros en algún lugar perdido de París, solamente iluminados por una pequeña luz, cada cierto tiempo se tenía que colocar las gafas ya que se bajaban mientras corría, sin embargo, no se detuvo. El asunto era de vida o muerte.

Nino atravesó la puerta de la sala de entrenamientos, donde Luka, Alya y Kagami entrenaban sus ataques y golpes con sacos de boxeo o entre ellos. Alya al ver a su novio tan apurado le detuvo para ver que sucedía. El se zafó de su agarre y siguió corriendo, argumentando que tenía que encontrar cuanto antes a Adrien. La castaña cruzó miradas con sus compañeros. preocupada. Algo malo estaba sucediendo.

Tras un par de minutos más de deslices y casi tropiezos por la velocidad llegó a la puerta de la sala de defensa, la cual usaban para hacer la planeación de sus turnos e investigaciones. Nino la abrió de una patada, hiperventilando por la carrera, las gotas de sudor recorriendo sus sienes y su pelo completamente despeinado.

Adrien se giró hacia su amigo, había estado desde que se levantó trazando un plan para hablar con la chica portadora del miraculous del lobo lunar, y sin embargo, aún no tenía del todo claro que hacer. Pero la interrupción del castaño le distrajo de sus cavilaciones, sobresaltándolo y mirándolo acusadoramente, frunciendo ligeramente el ceño al ver el estado del moreno.

- Espero que sea importante.- Amenazó este recogiéndose el pelo en un medio moño tras su cabeza, dejando caer a ambos lados de su rostro dos mechones muy cortos como para agarrarse por el coletero. Nino le miró fijamente un minuto, tratando de organizar las ideas en su cabeza.

- Hawk Moth ha vuelto, está atacando la ciudad, y la portadora del lobo lunar está sola contra él.- Tras las palabras de Nino, Adrien sintió como si le arrebatasen el aire de los pulmones de una patada, mareado y confuso, sobre todo sorprendido. Había sido inesperado, y no tenían tiempo que perder.

- Mierda.- Maldijo el rubio por lo bajo. - Avisa al resto YA, tenemos un código 15, repito, código 15-

- Espera Adrien.- Le detuvo Nino sujetándole del brazo, este le miró alarmado. - Eso no es todo. Al parecer no está solo.- 

Lo único que pudo pensar el rubio en ese momento era: 

¿Qué cojones estaba pasando?



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Miré hacia las dos criaturas frente a mi con una mirada amenazante, cual lobo marcando su territorio, el alfa de la manada. Sentía mi traje como si fuese mi propia piel, amoldándose perfectamente a mi cuerpo, y aún con el hombro fuera de su lugar original, la adrenalina abruma mi sistema y solo puedo pensar en acabar con estas cosas que han hecho peligrar la vida de mi renacuajo.

Mi traje constaba de tres piezas. Un mono enterizo de manga corta y pantalón corto gris muy oscuro, ajustado como una segunda piel a mi, además, en el cuello contaba con un forraje de pelo suave y cálido de un color negro azabache. Una capa que llegaba hasta la mitad de mis rodillas traseras forrada con el mismo pelo del cuello del mono, que tenía como destino tanto proporcionarme calor cuando hacía frio como proporcionarme estabilidad aérea cuando planeo. Por último, unas botas negras que me llegaban hasta mitad del muslo, dejando entre el mono y la bota una ranura de piel de mas o menos diez centímetros de grosor.

Memento mori: ORIGINE || MLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora