Han pasado tres años desde que Hawk Moth derrotó a Ladybug y Chat Noir en batalla, ahora ambos héroes han desaparecido y en este tiempo nadie ha oído de ellos. Corre el rumor de que huyeron acobardados, otros dicen que siguen ahí defendiendo la ciud...
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Hace un mes que llegamos a París, Francia. Y con ello hace un mes que también comencé una nueva etapa de mi vida.
Papá había encontrado trabajo en una inmobiliaria internacional del centro como agente, es el trabajo que tenía antes en Madrid, así que ya contaba con la experiencia laboral requerida para que lo contratasen. Por otro lado, mamá había abierto una cafetería en un local a dos calles de nuestro hogar y la llamó "Alcazaba" ya que ella es originaria de Almería, una provincia no tan conocida de Andalucía, España. El local estaba decorado muy rústicamente, era una cafetería normal a simple vista, pero poco a poco se iba ganando fama entre los ciudadanos que querían disfrutar de un café gracias a la receta secreta de las tartas de queso de mi madre. Estuve ayudando a mamá con las decoraciones, fue bastante entretenido poner mi mente en marcha para saber que y donde poner cada adorno en el lugar.
Yo me gradué del instituto el año pasado, sin embargo, hasta el año que viene no comenzaré la universidad. Los plazos para solicitar plaza cerraron antes de mi llegada. Iba a estudiar la carrera de filología, pero sinceramente, ahora mismo no tengo la cabeza como para pensar que quiero o que dejo de querer. Mateo si que había comenzado el colegio en un centro público a veinte minutos de casa, yo misma le llevé en su primer día en mi motocicleta. Mientras tanto, en este "año sabático", yo trabajo en la cafetería ayudando a mamá.
Me saqué el carnet de la moto con 16 años, mi instituto estaba a 45 minutos en coche de mi casa y había veces en las que no podían llevarme mis padres por trabajo, así que en cuanto cumplí la edad suficiente me saqué el carnet y me pillé una moto de segunda mano a mitad de precio porque tenía unos cuántos destrozos. Afortunadamente, mi abuelo materno era un mecánico retirado, y me enseñó como arreglarla y a darle una capa de pintura negra. Ahora no podía vivir sin ella, no solo como medio de transporte, también me proporcionaba el sentimiento de poder hacer lo que me diese la regalada gana con mi vida sin mas preocupaciones que el viento golpeando mi rostro, y eso...eso valía oro.
Eran las 9 a.m. y la cafetería estaba comenzando a llenarse, hoy me tocaba ir por las mesas anotando pedidos y llevándoselos a mi madre. Le he dicho que busque a alguien que se nos una para trabajar, clientela iba aumentando conforme se acercaba el invierno y con él, el frio. Pero por ahora, nos apañamos como podemos juntas.
- Latte con bagel de queso y salmón para la mesa 3, cariño.- Me avisó dejando en la barra el pedido, lo cogí y me dirigí a la mesa mencionada, dejando al señor su pedido y volviendo a anotar los pedidos de los nuevos comensales que llegaban.
La campanilla de la puerta sonó y entró una pareja de chicos mas o menos de mi edad. Una chica alta y morena con gafas, y un chico algo mas alto también moreno de gafas, empiezo a dudar si son pareja, capaz y son hermanos. Se sentaron en la mesa de la esquina del local, y mientras yo le abría la botella de batido a una pequeña niña que había venido con sus padres.