Han pasado tres años desde que Hawk Moth derrotó a Ladybug y Chat Noir en batalla, ahora ambos héroes han desaparecido y en este tiempo nadie ha oído de ellos. Corre el rumor de que huyeron acobardados, otros dicen que siguen ahí defendiendo la ciud...
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Aterricé en el suelo de mi habitación, la adrenalina corría por mis venas junto a mi sangre e hiperventilaba tratando de recuperar la respiración. Mi habitación parecía estar normal, pero al parecer el estruendo había despertado a mis padres, la luz del pasillo se encendió un minuto después, mientras trataba de recobrar la respiración. Una cosa era invocar armas, pero crear los portales gastaba energía física.
- Joder.- Maldije por lo bajo y salí pitando directa a mi cama, escondiéndome bajo las sabanas como si hubiese estado dormida todo este tiempo y que los ruidos eran de algo que se hubiese caído. Cerré los ojos e interiormente recé para que no me pillaran.
La puerta de mi habitación se abrió, y las suaves pisadas de quien parecía ser mi madre se hicieron oír, yo seguí con mi pequeño teatrillo, controlando mi respiración para que fuera lenta y pausada, y tratando de evitar que los párpados se me moviesen mucho. Acarició suavemente mi pelo y volvió a su habitación murmurando que seguramente el ruido debió habérselo imaginado.
En cuanto cerró la puerta, volví a respirar con normalidad. Suspiré aliviada, y Jaazu apareció frente a mi vista.
- Buena esa, casi te pilla.- Dijo mofándose.
- Y que lo digas, pequeño chucho.- Le admití, luego me llevé la mano a la frente pensativa, mirando a las estrellas de mi techo. Él se llevó la mano al pecho haciéndose el indignado, el sabe que se lo digo de broma- ¿Tienes alguna idea de quienes podrían haber sido esas personas?- Inquirí preocupada, lo que menos quería ahora eran problemas, pero al parecer era un imán de tamaño estratosférico de ellos.
- Ni la más mínima, aunque el chico que había en el tejado...- Y tras eso se puso a murmurar por lo bajo, mientras daba vueltas pensativo. Recordé la sombra que me observaba desde el tejado y los ojos verdes fluorescentes que se veían a través de ella.
- ¿Era un chico? Olvida eso, es irrelevante. ¿De que conoces a ese tipo?- Le miré sospechosa.
- No lo conozco, o al menos, no exactamente al chico.- Jaazu estaba siendo reservado y misterioso, es la primera vez que actúa así, creo que eso significaba que no quería hablar mas del tema.
- Dejaré el tema por ahora, pero que sepas que esto no va a quedarse aquí.- Le señalé acusadoramente con el dedo y me dirigí al armario para ponerme mi pijama. Una camiseta ancha de manga corta, unos shorts desteñidos y un moño malhecho con las zapatillas de andar por casa.
Miré la hora en el reloj de mi mesita de noche. Eran las doce de la noche, y me sorprendí de cuánto tiempo había estado fuera, pero me encogí de hombros quitándole importancia. No tenía hambre tampoco, después de todo lo sucedido, mi estomago estaba cerrado.
Tras todo lo que había pasado en estas última horas, dormir no era uno de mis planes. Así que me senté en mi escritorio y abrí el buscador del ordenador. Jaazu vino volando y se sentó en mi cabeza. Moví mis dedos escribiendo con las teclas, inundando con su sonido el silencio de la habitación.
