Ese día Leisha se sentó junto a su diario y empezó a escribir:
Hoy siento la soledad como nunca la había sentido, el frío es desconcertante, el aire puede llegar a asfixiar, ¿cómo es eso posible? No lo sé, así lo siento en cada respiro parece que muero lentamente, desgarrando mi interior, dejándome sin fuerzas, sin esencia y poco a poco voy perdiendo la conciencia. No lo entiendo, cómo pude amarte tanto, tanto que me perdí a mí misma tratando de que estuvieras bien y me esforcé por cambiar aquello que llamaste imperfecciones y que según tú era para mejorar pero en realidad solo me rompiste y yo que acepté todo porque "te amaba", todo porque estuvieras bien y que estuvieras conmigo, ¿Qué clase de amor era ese?
Y... ¡Qué tonta! estaba muy pequeña para entender que tú no eres lo único que existe y que mi vida no se trata de ti, sino de mí; lo siento, por darte demasiado cuando merecias menos...Al terminar de escribir cerró el diario y con él aquella historia tóxica para siempre. Había crecido emocionalmente y al fin podía respirar.