Parte 1

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Este fanfic está dedicado a mis amigos PañaPaña, Glargina y Hudako quienes no dejaban de decirme que todo lo que escribo sobre Saibuki es demasiado suave/fluff y que debería de hacer algo más puercote.

Disfruten su cochinada, marranos.  

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Fanfic inspirado en la canción "Cometas por el cielo" de La Oreja de Van Gogh. 

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Las cortinas cerradas hacen que el pequeño departamento de Saitama luzca mucho más oscuro de lo normal, cosa ideal para cuando no sólo se quiere tener tranquilidad, sino también privacidad.

El cuerpo de Fubuki no está demasiado cerca del de él, tampoco lejos, el espacio entre ellos sentados en el suelo y recargados sobre el futón es tentador y cauteloso y esa diferencia de distancia desaparece con lentitud conforme el rostro de Fubuki frente a él se acerca. Se acerca despacio, constante, casi imperceptible, pero su cálida respiración la delata. Saitama puede sentirla en la punta de su nariz. Sus ojos se cierran, los de ella primero, sus pestañas son largas y sus labios son rojos y brillantes. Ambos estaban sentados lado a lado pero de pronto ambos están frente a frente. Cuando Saitama se da cuenta, puede sentir a presión de Fubuki en su propia boca, en sus labios, sus manos tomando las suyas, subiendo sus brazos y enredándose en su cuello.

El calor sube de forma exponencial, quema su pecho y sus mejillas. Saitama se siente paralizar, pero también corresponder. Sus ojos cafés se cierran con cierta tensión, forzándose a corresponder con torpeza y duda. No sabe hacer esto, se siente como besar a Fubuki por primera vez. La sensación arde y es tan abrumadora que Saitama se pregunta si algún día podría acostumbrarse a seguirle el ritmo.

Pero se siente bien.

Saitama mueve ligeramente sus labios y Fubuki no pierde la oportunidad de profundizar el beso, ella abre más su boca, su cuerpo se acerca más al de él, empujando, jalando, presionando, aprisionando con intención sus brazos sobre su cuello y, poco a poco, intentando trepar a su regazo.

Por otro lado, Saitama siente que su cuerpo comienza a arder por completo, sus manos sudan y quieren moverse. De forma dubitativa, él posa sus manos en la cintura de Fubuki pero con un toque tan ligero que apenas podría considerarse una caricia. No quiere hacer presión, no está seguro si es lo correcto. Pero Fubuki es todo lo contrario, ella arrastra sus manos hacia las mejillas de Saitama, sin romper el beso, y acaricia, toca, mueve sus labios, mueve su cabeza y mueve sus piernas sobre la cintura de él de forma segura y ambiciosa, típico de ella.

Y de pronto, para alguien como Saitama, esto se vuelve demasiado en muchos sentidos. Arde tanto que da miedo, duele, las emociones fuertes nunca han sido lo suyo y probablemente nunca lo serán, mucho menos con una fuerza así como la suya.

Él puede escuchar sus latidos en sus oídos, su corazón podría salirse de su pecho en cualquier instante. Así que sus fuertes manos se mueven con rapidez sobre la espalda de Fubuki y ella intenta acercarse aún más, pero Saitama la detiene por los hombros y la empuja hacia atrás y ahí la sostiene, cortando el beso al instante y dejando a Fubuki con un rostro casi tan atónito como el de él.

Fubuki parpadea varias veces, mirándolo con ojos llenos de sorpresa e incógnitas. Su labial se ha corrido y su rostro está muy rojo. Saitama traga saliva e intenta tranquilizar su propio pulso, tomar aire y volver a hablar.

Ella quiere decir algo pero Saitama le corta justo a tiempo.

—¡F-Fubuki! —Casi grita él, incapaz de volver a mirarla a los ojos.

Cometas por el cielo (Saibuki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora