Parte 2

201 24 8
                                    


Ella se fue sin haber dejado un mensaje o una nota escrita. Tampoco respondió a su celular y Saitama no pudo recordar el número de alguno de los integrantes de su grupo. Al salir de casa, se encuentra con Genos quien lo espera para acompañarlo en su cacería de descuentos.

—¿Fubuki? Ah, sí, la vi salir hoy temprano en la mañana. Fue justo después del amanecer, no creo que me haya visto. —Menciona él.

Saitama resopla con molestia y sigue su camino a comprar provisiones para el desayuno.

Genos lo mira de reojo, atento y serio. Él alza una ceja. —¿...Entonces Fubuki pasó la noche con usted?

—Es... —Saitama recuerda la noche anterior y comienza a sentir la pesadez que trae consigo la culpa de haber hecho llorar a Fubuki. —Sí, pero es complicado. No podía dejar que se fuera a casa sola en su estado, bebió mucho.

—¿Pelearon?

Saitama asiente. —Algo así...

—Si hay algo en lo que pueda ayudarle, sólo tiene que decírmelo y lo apoyaré lo mejor que pueda. —Dice de pronto Genos. Tan complaciente con su maestro como siempre.

Saitama pasea sus ojos entre los productos de la tienda, tomando algunos para su canasto y jugando con otros buscando distraerse. —En realidad, no creo que haga falta.

Es obvio, Genos nunca podría entender su dilema entre emociones y fuerza. Aunque es joven, es un cyborg y es su discípulo. Saitama no puede imaginarse pidiéndole esa clase de consejos a alguien más joven que él, mucho menos a alguien que ni siquiera tiene un cuerpo humano y por supuesto que nunca a alguien que sería capaz de ir a buscar pelea con Fubuki por cualquier mínima razón.

Ambos llegan a la caja y mientras el cajero cuenta su dinero, Saitama enfoca su vista en los paquetes de condones por detrás. Él nunca ha tenido uno y probablemente nunca tendrá que hacerlo.

Eso es bueno, ¿no? Así podrá ahorrarse ese gasto de por vida, ¿verdad?

El camino a casa es mucho más ameno. Saitama deja las cosas en su cocina y las guarda. Genos lo acompaña en el desayuno antes de despedirse para su próxima misión como clase S. Como no tiene nada que hacer y nadie más ideal para acudir, Saitama decide ir a ver a King.

—Viejo, tú... umh... —Saitama no se atreve a preguntar de forma directa, es más incómodo de lo que creyó.

King lo escucha atentamente sin despegar su vista de la pantalla y sus dedos del control.

—¿Tú...?—Saitama traga saliva e ignora el sudor que cae por su frente. —¿...sabes cómo es... acostarte con alguien?

King pone en pausa el juego de inmediato y mira a Saitama con incredulidad. —¿Qué?

Saitama deja el control junto a sus pies y limpia el sudor de sus manos, bajando la vista y tragando en seco. —Ya sabes... Mnh, ¿cómo era? ¿Estar... estar con una mujer y eso...? ¿Lo sabes o no?

Ambos se mantienen en silencio, King comienza a ponerse nervioso. —¿Me lo estás preguntando en serio?

Saitama asiente con firmeza. —Lo que pasa es que creo que Fubuki pod-

—Viejo, ¿por qué tienes que preguntarme esto a mí? —Le cortó King, volviendo a continuar la partida. —Pregúntale a alguien que esté casado, estoy seguro de que debes conocer a alguien.

—Pero tú eres joven también, quiero decir, eres mayor que yo pero... no sé, ¿cómo se supone que sepa cómo se hace?

King traga saliva y su rostro se contrae en incomodidad. Saitama maldice que ni siquiera con este nivel de distracción pueda ser capaz de vencerlo en un simple videojuego.

Cometas por el cielo (Saibuki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora