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– De acuerdo, estas son las cartas – anunció Mina dejando un pequeño mazo en medio de la mesita de centro.

Las cuatro mujeres se encontraban en la habitación de las MiChaeng, sentadas al rededor de la mesita dispuestas a jugar a aquello que las menores desconocían.

– No miren las cartas con esas caras – se burló Chaeyoung – Le pedí a Mina que quitara todas las sexuales.

– Eso hará de este juego aburrido – murmuró la japonesa.

– ¿Qué se supone que debemos hacer? ¿Piedra, papel o tijera? – preguntó Jeongyeon.

– No, en realidad – apuntó Chaeyoung – El juego va enfocado a amigos y/o parejas, de dos o más jugadores, en caso de que sean amigos, por lo que nos puede tocar una persona random de para cumplir el reto de la carta elegida.

– Esperen un momento – Nayeon entrecerró los ojos – ¿Qué pasa si me sale Mina? Es mi hermana.

– Oh, por supuesto que no haremos nada de norteñas, Nayeon – la nipona hizo una mueca de asco – En caso de que nosotras tengamos que hacer un reto la una con la otra, Chaeyoung y Jeongyeon deberán hacer piedra papel o tijera, la que pierda debe cumplir el reto.

– ¿No te pone celosa que me toque besar a Chaeyoung?

– Nah, sé que estás lo bastante enamorada de Jeongyeon como para pensar en que me traicionarías de esa forma – apuntó – Además, Chaeyoung tiene mejores gustos.

– Tomaré eso como una ofensa – masculló la mayor.

– ¿Y a ti, Jeong? – Chaeyoung miró a la peliazul – ¿Te causarían celos que bese a Nayeon?

Jeongyeon se quedó en silencio y miró a Nayeon de reojo. ¿Le molestaría realmente? Desde que se casaron, nunca vió a su mayor compartir un beso con otra persona por lo que nunca ha experimentado el sentimiento como tal, aunque si le generaba desagrado cuando otras chicas se le acercaban para coquetearle. Eso hizo que se pusiera en un dilema y se preguntaba, ¿qué es lo que Nayeon sentía cuando la veía con Sana?

– N-No – respondió finalmente – No me pondría celosa – asintió con la cabeza, aunque titubeante.

– Entonces todo está bien – sonrió Mina – Cariño, ¿le explicas el juego?

– Muy bien, el juego consiste en este tablero – comentó la chica abriendo un pequeño tablero sobre la mesita, dejando las cartas y dos dados sobre él – Cada una debe tirar los dados, cada casilla roja pertenece a un juego y cada casilla negra significa que están salvadas.

Nayeon y Jeongyeon miraron el tablero, este tenía varias casillas de los colores mencionados dispersas, por lo que se podía notar que iba a ser cosa de suerte caer en las casillas negras.

– ¿Cómo se elige quiénes harán los retos si jugamos una por una? – curioseó Jeongyeon.

– Es fácil, la primera que caiga en una casilla roja deberá esperar a la segunda persona que caiga en una de ellas y así sucesivamente – apuntó Mina – Es sencillo.

– Hagámoslo entonces – Nayeon juntó sus manos – Partiré yo.

– Ese es el espíritu, hermana – aplaudió Mina.

Nayeon tomó ambos dados y los movió en su mano antes de lanzarlos al tablero. Todas miraron expectantes hasta que ambos cubitos blancos cayeron y sumados daban el número 8. La mayor tomó uno de los peones y se movió nerviosa por las casillas, respirando con alivio cuando cayó en una casilla negra.

– Suerte de principiante – rodó los ojos Mina tomando los dados – Mi turno – tiró las dos figuritas que dieron el número 4.

Se movió entre las casillas y sonrió picaramente cuando cayó en una de color roja.

– Uy, ya empezamos – rió tomando una carta para leerla – Besar cuello, ¿quién va ahora?

– Yo – apuntó Jeongyeon tomando los dados.

Nayeon miró a su esposa con recelo y o servimos expectante los dados cayendo, revelando el número 2. La castaña tomó su peón y su rostro enrojeció cuando cayó en la casilla negra.

– ¡No jodas! – espetó Mina riendo – ¿Estás lista, Jeongyeon-ah?

– Carajo, me siento pasiva por como me miras – murmuró la menor con las mejillas levemente sonrojadas.

– ¿Eres la activa? – Chaeyoung agrandó los ojos – Woah, pensé que Nayeon lo era.

Nayeon se quedó en silencio y desvió la mirada un tanto apenada, y a la vez, dolida. El hecho de Jeongyeon haya dicho aquello le daba a entender que la coreana mantenía una vida sexual activa con Sana y que encima, era ella que daba. Por su parte, Jeongyeon miró a Nayeon y mordió su labio, en su relación con la japonesa era ella la activa y entonces se preguntó... En el dado caso que ella y Nayeon tuvieran una relación real, ¿quién de ambas sería la activa? No es algo muy importante para ella de todas maneras, se podría decir que en el caso hipotético de estar enamorada de Nayeon, podría aceptar ser la pasiva por mera curiosidad, ya que jamás lo ha sido, ella jamás ha tenido una experiencia sexual en donde sea ella quien reciba y...

Negó con la cabeza, ¿por qué carajos estaba pensando esas cosas con Nayeon y no con Sana? ¿Por qué con Nayeon podría llegar a ser pasiva y con Sana ni si quiera lo imagina? Estaba volviéndose loca.

– Muy bien – Mina se puso de pie y se posicionó detrás de la peliazul, moviendo su cabello hacia un lado para dejar su cuello descubierto – ¿5 segundos está bien?

Las demás asintieron y entonces Jeongyeon cerró los ojos con fuerza cuando sintió los labios de Mina besar la sensible piel de su cuello. No se sintió del todo mal, pero tampoco es que lo disfrutó, simplemente sintió un pequeño escalofríos junto a cosquillas. La japonesa mayor se separó y volvió a su lugar satisfecha.

– Sigamos – sonrió como si nada.

Fue el turno de tomar los dados y dieron con el numero 10. Tomó su peón y se movió entre las casillas hasta caer en una de color negro, giró los ojos frustrada. Ella quería hacer el reto. La siguiente fue Nayeon y esta vez, su peon se detuvo en una casilla roja. Se puso nerviosa de inmediato.

– Uy, hermana, hoy dejarás de ser virgen – molestó Mina empujando a su mayor quien protestó en voz baja.

Nayeon suspiró y tomó una carta, ampliando los ojos al leer el reto que le tocaría.

– Besar boca – leyó – Mínimo 15 segundos, máximo 30 segundos.8

Mina tomó los dados y también cayó en una casilla roja, ambas hermanas se miraron e hicieron una mueca de asco.

– Ni creas que voy a besarte – objetó Nayeon empujando a la mayor quien ya iba a lanzarse sobre ella – ¿Tiramos de nuevo?

– Nop, Chae ya explicó las reglas – comentó Jeongyeon – Ella y yo debemos jugar piedra papel o tijera para ver quién cumple el reto.

– Oh... Cierto – tragó saliva, no es que no quisiera besar a Jeongyeon, pero en este momento rezaba para que Chaeyoung ganara.

Pero el universo no estaba de su lado.

– ¡Piedra, papel o tijera! – exclamaron ambas chicas y los ojos de la peliazul se expandieron al ver su dedos haciendo tijera mientras que Cheyoung mantenía su mano extendida en papel.

– ¡Vivan las esposas! – chillaron las MiChaeng con alegría, tomando sus celulares para grabar.

Nayeon y Jeongyeon se sonrojaron en seguida y se miraron por unos momentos.

– ¡Que sean 30 segundos!

– ¡Y con lengua!

Nayeon tomó valor y tomó el cuello de Jeongyeon para aproximar sus rostros, sus respiraciones chocaron y ambas se sintieron débiles ante los ojos de la otra. Nayeon no podía creer que esto estaba pasando y Jeongyeon... Jeongyeon no podía entender por qué estaba tan nerviosa, ¿qué era eso que sentía en sus estómago? Y lo más desconcertante, ¿por qué de repente tenía tantas ganas de ser besada por Nayeon?

– Si quieres no hacemos esto – le susurró Nayeon de manera bajita para que solo ella pudiera escucharla – No es necesario que...

– Bésame – interrumpió – Quiero que me beses, Nayeon.











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FAKE WIFE | 2YEON (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora