Capítulo 11- El Final de la Mazmorra II

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Había soñado con la oscuridad en muchas ocasiones, sabia lo profunda y vacía que se sentía, pero aquel sentimiento se minimizó como un grano de arena cuando mis ojos conectaron con los de la bestia, él era la representación de la Tiniebla.

Los pies de la bestia estaban bañados del carmesí de la sangre de Jack, la cual se camuflaba entre el rojo de su color de piel, sin embargo, no pasaba desapercibido en el pasto, rocas y superficies aledañas. La bestia miro hacia el suelo, el molidillo de huesos y carne estaba bajo sus pies, dio un paso adelante y nos miró, sus cuencas oscuras que tenía por ojos denotaban un profundo sadismo.

La bestia levanto levemente su brazo y desde el centro de su mano emano un pequeño rayo negro, que chispeo en un milisegundo y se transformó en un rayo alargado, el rayo destruía el suelo y creaba ráfagas de aire, que movían el extraño pelaje que le cubría el cuello y pecho.

- ¡Janet cuidado! – Grite mientras empujaba con fuerza a Janet, quien estaba al lado mío, haciéndola caer unos metros en el suelo justo antes de que el rayo oscuro de la bestia pase por donde ella estaba parada. El rayo oscuro viajo a gran velocidad desde su palma y termino por impactar la pared rocosa.

Me volví para ver la zona de impacto y noté como quedaba un enorme cráter ardiente, eso es poder puro.

Volví mi vista a Janet, quien seguía con un rostro de miedo, estaba paralizada en el suelo, ver a la misma bestia le hizo recordar todo que vivió en el pasado, cuando Erick murió por la misma bestia.

Mire a Paul, su brazo tiritaba de miedo, apenas podía mantener su escudo.

- ¡Despierta Paul! ¿Qué debemos hacer? - Grité intentando reanimar a Janet.

- ¿No escuchaste la historia que te conté Darel? Éramos más de 15 cuando peleamos contra esta bestia y nos masacro ¿Qué vamos a hacer nosotros 4? ¡Mira lo que le hizo a Jack! - Gritó desesperado Paul.

-No hay forma de pelear con él, solo queda escapar. - Esas débiles palabras cargadas de terror y miedo emanaban de la boca de Janet.

- ¡Tu, bestia inmunda, mataste a Jack! - Grito Daniel, liberándose del miedo, su amigo acababa de morir frente a sus ojos.

Una gran llamarada emergió en todo su cuerpo, la rabia invadía su rostro, una lagrima se evaporo al mismo tiempo que escurrió su mejilla, su amigo aventurero Jack yacía muerto, su cuerpo ya no era distinguible gracias a la bestia.

Jack canalizó en sus manos lanza de fuego y las disparó hacia la bestia. La bestia respondió tomando las lanzas de fuego con sus manos y absorbiéndolas, de pronto invoco dos lanzas de llamas negras y las disparo donde Daniel, quien potencio con magia su cuerpo y las evadió. El fuego negro carbonizo todo a su alrededor dejando una estela de cenizas en el camino.

Si bien Daniel siempre presentaba problemas de actitud, su valentía era envidiable, aunque puede que confunda la valentía con la ira, el no escaparía de una batalla.

Daniel saco un frasco de su bolso y rápidamente bebió el contenido, su magia se restauró y comenzó a atacar. 

Dos grandes bolas de fuego surgieron de sus manos, las cuales disparo en dirección de la bestia, mientras tanto saco sus dagas y las imbuyó en fuego y se abalanzó donde la bestia. Ambas esferas de fuego chocaron con la bestia, pero esta volvió a consumir la magia, Daniel apareció a su costado con gran velocidad, y ataco con sus dagas, la bestia se limitó a esquivar y ocasionalmente responder con sus garras, las chispas por la fricción de las dagas y las garras iluminaban el lugar, que parecía haber perdido su poderosa luz dorada luego del violento asesinato de Jack. Una lluvia de cortes llameantes en diferentes ángulos impacto a la bestia, quien hábilmente esquivaba con precisión milimétrica, su velocidad era tal que pareciera que sabía cuál era el patrón de ataque proveniente.

La Última FortalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora