| Hakkai Shiba |

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Esperando que inicie la reunión de la Toman, le estaba contando mis penas a Draken.

—Qué? Como que no.

—Pues tu nombre no es Takashi Mitsuya, no sabes ni cocinar ni bordar, tienes el cabello largo y negro con mechas azules, además de que Mitsuya es su amigo, que tal que también te deja como amiga o ni siquiera como eso— Draken enumeró todo lo que me hacía falta para conquistar a Hakkai.

Diablos señorito, pues que exigente me salió, pero sabes que si se hacer y que Mitsuya no?

—Sorpréndeme ___.

—Se modelar sus vestidos, él no puede porque son suyos, también se hacer hotcakes lícitos, sin ninguna quemadura y hacerme mensa todo el día, con eso y mi encanto lo puedo conquistar— Draken solo se reía de mi estupidez, pero ambos sabíamos que le podía ofrecer algo muy bonito al de ojos azules.

A la distancia observé cómo se acercaban Hakkai y Mitsuya juntos, ambos estaban sosteniendo una conversación entretenida porque estaban riendo.

—Pero es que míralo Kenchin, míralo— lo agite de un lado a otro para que me hiciera caso y los observará, —Es un papucho, su cara parece tallada por los mismos ángeles.

—Lo que veo es que eres una obsesiva y acosadora.

En eso venían a nuestra dirección.

Hola Draken, ___-chan, que bueno que no llegamos tarde.

—Ustedes nunca llegan tarde, Mitsuya— Les dije sonriendo.

De hecho es sorprendente que llegues temprano tu, ___.

—Callate Draken, bien sabes que es por un bien mayor, y también porque me regañan si llego tarde a la reunión— suspiro recordando todos los sermones y preocupaciones de los demás hacia mi persona por mi impuntualidad, en eso sentí la mirada de alguien y al voltear Hakkai me observaba, pero rápidamente apartó la mirada.

Como que se me antoja algo de la tienda, ___ ya que me debes dinero comprame algo, por favor— Draken me veía profundamente, y comprendí telepáticamente lo que tramaba.

Yo también quiero algo, hace calor entonces una paleta de hielo— Mitsuya veía a Draken, después a mí y luego para rematar —Hakkai ve con ___-chan, tu también me debes a mi.

Aproveche el valor que ya había reunido para no quedarme toda tiesa por los nervios y agarre a Hakkai de la mano para jalarlo hasta la tienda, comprar las cosas y de paso aprovechar para hablar con él, cuando voltee hacia atrás Draken y Mitsuya estaban cuchicheando mientras nos observaban.

—Los malditos están apostando algo— susurré para mí misma mientras seguía agarrando a Hakkai, él solo estaba callado y muy nervioso, ni siquiera me volteaba a ver, pero sostenía mi mano con fuerza.

Entonces, ¿Qué quieres tú Hakkai? Yo te lo invitó.

El solo movió su cabeza negando, a este paso jamás me iba a contestar y se iba a perder la oportunidad, pero es tan tierno cuando se pone todo nervioso.

Oye Hakkai, yo no muerdo, puedes entrar en confianza conmigo— me reí y él también se rió un poco, —Ya ves, también puedes reír conmigo, ¿Pero es porque piensas que es mentira o verdad?

—La o-otra vez ví que mordiste a Baji— él no me veía pero por lo menos me respondió.

Ah sí, pero ese no vale, porque está medio mensito y me había quitado mi taiyaki, pero a ti no te morderia, a menos de que me lo pidas— está bien, lo último fue innecesario, los dos estábamos más rojos que un tomate pero él soltó una carcajada y la seguí, no sé si era porque ambos estábamos nerviosos o porque en verdad le daba risa lo que decía.

—___-san, eres muy linda.

—Tu también eres lindo.

—No, espera— llegamos a la tienda y él solo se quedó quieto, —Por favor dime que no lo dije alto.

—Pues si, lo dijiste, y yo también lo pensé y lo dije, ni modo.

Hakkai se veía arrepentido y sentí un vuelco en mi corazón, tristemente comencé a pensar en todo, pero no tengo nada que perder con decírselo.

Hakkai, me gustas y ocupe está oportunidad— lo voltee a ver, y le di la sonrisa más linda que pude poner en ese momento de nervios, dónde pensaba si me había lavado bien los dientes, o si a su vista me veía bien, porque en el vidrio dónde veía mi reflejo estaba muy roja, pero brillando como siempre, —solo quería decírtelo, para que lo sepas, pero si yo a ti no te gusto no importa, solo sigamos siendo amigos y hablame, que no te de pena.

Entramos a la tienda, y compramos las cosas que queríamos, Hakkai me invitó lo mío y lo de Draken. A la salida de la tienda todo era incómodo, pero relajante, pude expresar mis sentimientos guardados desde que nos conocimos, y en las pocas pláticas con las que entablaba con el de cabello azul, dónde esos sentimientos se hacían más grandes.

—Pero, porque te gustó si ni siquiera puedo hablarte bien, sin trabarme o decir algo tonto.

—Bueno, creo que eso es lo que me gusta de ti— alcé los hombres.

Yo a mí también me gustó tu.

Lo observé confundida, no sabía si era yo la que escuchaba mal o él habló así.

—No espera, no era así, ay— su mirada fue de mi a al frente y así repetidas veces hasta que se armó de valor y lo grito — ¡Tu a mí también me gustas, y mucho ___-san!, Pero no sé cómo funciona esto de las relaciones.

—Yo tampoco, eres al primero que me le declaró— me miró sorprendido, parece que se estaba desenvolviendo lentamente.

—Pensé que ya sabías, estaba hablando de eso con Taka-chan el otro día.

—Entonces hablas de mí con él— sonreí, me sentía muy feliz — me siento halagada y observada.

—Bueno si, me da pena, pero él me ayudó a poder hablarte.

—Aaah somos iguales, a mí me ayudó Draken.

Íbamos caminando hacia la dirección de Draken y Mitsuya, dónde también estaban Chifuyu, Baji y Takemichi.

Ni se escuchó Hakkai, puedes repetir eso de nuevo— Baji se reía a carcajadas.

—¿Cómo era compañero?— Chifuyu se unió a las risas y Takemichi le seguía.

—Creo que era, "tu también me gustas mucho ___-san"

Se juntaron los tres mientras nos observaban y se reían de la cara toda roja de Hakkai y comenzaron a cantar.

—♪Son novios, son novios, se besan sus bocas, se pasan el chicle, se tocan sus cosas, son novios, son novios, se casan, lo mantienes, él te engaña♪

—La engaña con Mitsuya— Ese había sido Mikey que escucho todo y grito lo más estúpido que encontró para hacerme enojar.

—Bueno, te encargo esto Hakkai, no te comas mi parte, deja me encargo de estos estúpidos— comencé a tronarme los dedos mientras iba por el que estaba más cerca, —Les voy a meter la más grande madriza que los va a regresar al hospital donde nacieron, desgraciados.

Comencé a perseguirlos sintiendo la atenta mirada y las risas de los tres que se quedaron atrás. Ellos lo estaban felicitando y Draken le dió el dinero a Mitsuya.

Después de todo si apostaron.


Tokyo Revengers | ~one shot~ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora