Tokyo Revengers | ~one shot~ |

| Manjiro Sano |

—Sabes, los Haitani me pidieron unirme a una nueva pandilla que harán, dicen que me gustará la diversión que tendré con ellos, pero les dije que no, yo estoy contigo— grite ya que estábamos en la moto, directo al templo donde hacemos nuestras reuniones. 

—Haz lo que quieras, no es como si te estuviera aprisionando para que no vayas con ellos— Mikey lo dijo con una voz tan dolida, que al final me arrepentí de solo decirlo sin más —Además conoces desde antes a los Haitani, y Shinichiro ya no está aquí para que tú sigas creyendo que me debes proteger por ser un año mayor. 

—Ciertamente así es, conocí primero a tu hermano y a los Haitani, pero tú acaparaste mi atención, no es porque él me lo haya pedido— Reí entre dientes al recordar cuando nos conocimos y creí que Shin-kun me cambiaba por un enano de mal carácter, pero al final me resultó interesante conocerlo más. —Shin-kun me adoptó como si fuera una más en su familia, era lo que tenía y siempre voy a admirar eso de él y se lo agradeceré por toda mi vida.

Mikey solo suspiro, y yo me apegue más a él, abrazándolo por la cintura para sentir más su calidez, que cada vez era menos, las circunstancias de la vida que le fueron dadas a él nunca fueron las mejores.

—Manjiro te quiero mucho, no como si fueras un hermano y lo sabes.

—Deberías irte con los Haitani, probablemente estés más segura con ellos que conmigo.

—Te encanta destruir el momento, ¿Cierto? Eres un pésimo casi algo.

La moto no iba directo al templo, pero la pregunta hacia dónde íbamos jamás sería contestada, porque lo conozco tan bien que ya sé porque este comportamiento tan repentino. El olor a sal cada vez se hacía más presente en el aire y el sonido del oleaje se hacía más intenso, la melancolía en el aire se podía sentir.

—Creo que va a llover.

—Si, pero aún así quiero esperar el amanecer aquí, contigo.

—Manjiro, faltan horas para el amanecer, además de que te vas a resfriar.

—Piensa más en ti que en mí, ___.

Me miró a los ojos y solo pude esquivar su mirada, siempre me regañaban por lo mismo, jamás pensaba en mi, y todo mi mundo se iba a él, tal vez por eso mi mundo iba a ser cada vez más oscuro, pero qué más da, jamás pensaba en las consecuencias de encariñarme de algo o alguien.

—Tenemos que llegar a la reunión, se verá mal que el comandante no llegue a tiempo.

—Kenchin se puede encargar de eso— Bajamos de la moto, y tomó mi mano para llevarme corriendo a la orilla de la playa, dónde el mar chocaba contra nuestras botas, —Hay que quitarnos las botas, a ver deja te ayudo.

Se arrodilló para quitarme las mías y después él se las quitó para dejarlas en un lugar donde no se mojaran.

—Quiero divertirme contigo, ___.

Mientras jugábamos con el agua, comencé a pensar sobre mis sentimientos hacia su persona, las gotas de agua que caían en mi me hacían sentir más el sentimiento de que probablemente esto no se volvería a repetir. Continuamos jugando con el agua, salpicando, lanzandonos agua, viendo a Mikey hacer muecas porque le cayó agua en la boca y le supo fea. Cuando nos cansamos nos dejamos caer en la arena, tomados de la mano, entrelazando nuestros dedos tan fuerte, que pensé que si alguien nos quisiera separar nos tendrían que cortar las manos para lograrlo.

—Mikey, a veces no se que me hiciste para que yo sienta todo esto por tí— mire fijamente el cielo, mientras sentía su mirada fija en mi perfil, —Creo que eres un hechicero o algo, porque me embrujaste para no querer estar sin ti.

—Eres muy sentimental, ___— Se rió entre dientes y dejó de mirarme para ver el cielo —Creo que por eso me gustas, o porque te sabes defender sola, tal vez las dos.

—Me da pena que me digas que soy sentimental— me reí con él, —También me avergüenza sobrepensar las cosas y llegar a teorías en mi cabeza que no puedo superar.

—Eso no es malo, simplemente así eres tú, y eso es bueno.

—A veces pienso que lo nuestro podría funcionar, pero a veces siento que no es así— Me miró profundamente, —Porque tú podrías dar todo por tus seres queridos, y yo igual, pero tú no dirías nada, simplemente te alejarias, no pides ayuda, ni siquiera expresas tus sentimientos, lo tengo que deducir y no digo que sea malo, supongo que cada quien tiene sus formas de llevar y hacer las cosas, pero me gustaría ayudarte a sobrellevar todo lo que llevas en los hombros, si no piensas en mi como algo más, podría ser solo como amiga, quiero ayudarte.

—No quiero que me ayudes, solo quiero que estés a mi lado, observando— Mikey sonaba neutral, no sé si estaba enfadado, triste u otro sentimiento que fluye en su cabeza —Es lo único que me basta y sobra.

—Es a lo que voy, ¿Pero sabes que? Está bien, solo hazme creer que todo está bien y que todo eso es verdad, porque mientras más te alejas, más nos haces daño a las personas que te queremos.

—Es lo mejor que podemos hacer, fingir que todo está bien— Se levantó dejándome atrás con todos mis sentimientos, y solo lo vi caminar sacudiendo toda la arena así como los sentimientos que pude expresar esa noche.

Camine a su dirección.

—Espero que ya hayas dicho todo lo que debías decirme, porque el sentimentalismo no es lo mío— se subió a la moto, pero antes de eso me miró con toda la arena en la espalda y la sacudió, —Ya está, súbete, te llevaré a tu casa.

—No, yo iré a otro lado, luego nos vemos Mikey— le di la espalda y me fui directo al lugar donde vivía Draken, el siempre me acobija. Comenzó a llover antes de que llegara a la estación del metro, y un pitido de claxon me llamó la atención, la esperanza de que fuera Mikey iba en aumento y al voltear todo se derrumbó, no era él sino Ran Haitani.

—Hola ___, pensé que tendrías tu reunión de juego con la Toman— Dice riendo pero al ver qué no le contesto y en cambio estoy toda mojada y con una mirada triste el aparca la moto y me da su saco, —¿Que paso pequeña ___? 

—Nada que te interese, entrometido— acepte su saco y me limpio los mocos con su manga mientras me ayuda a subir a su moto. —Déjame quedarme contigo y Rindou.

—¿De nuevo el invencible Mikey te rompió el corazón?— me miró fijamente y después se subió para arrancar y acelerar, —¡Te dije que ya lo olvidarás, siempre estás llorando por él!

—Cállate y llévame a tu casa— Me abracé a él y comencé a llorar— Esperaba que él llegara, pero siempre eres tú, parece que me sigues o algo.

—Tengo radar de hermano mayor, no puedes culparme por eso— se rió, y después suspiró rendido— Llegando bañate, cambiate ese uniforme y vemos una película con chocolate caliente, ¿va princesita?

—No me gusta que me llames así, me siento infantil.

—Sigues siendo una niña llorona, ya ni Rin hace tanto berrinche, además dejate consentir que te cuesta.

Me acurruque más a su espalda y dejé que la lluvia intentará lavar mis sentimientos hacia alguien que solo los utiliza por un rato para después tirarlos cuando se le antoja.