𝐎𝐁𝐈𝐊𝐀𝐊𝐀 𝐅𝐀𝐍𝐅𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 | Un pequeño viaje para sanar los corazones heridos de Obito y Kakashi.
⋆ Esta obra no es mía, solo la traduje. Pertenece a AnOrdinaryButtercup de AO3. Más detalles al inicio del libro.
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Nota de la autora:
Esta historia se centrará principalmente en el punto de vista de Obito. Espero que lo disfruten ;)
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Pasó cuatro meses en pura oscuridad.
Sentado allí en un banco duro, con los tobillos y los brazos atados con cuerdas apretadas y un sello que le impedía usar su Sharingan –de ver en absoluto–, creía que esa sería su eternidad.
Todo lo que le quedaba eran sus propios pensamientos de arrepentimiento y las palabras humillantes de Black Zetsu resonando en su cerebro una y otra vez.
El roce de la ropa y, a veces, la leve tos de los Shinobis que vigilaban eran los únicos ruidos de fondo, pero ya no los captaba después de dos semanas en la nada.
Uchiha Obito nunca dejó de lamentar que no se sacrificó cuando tuvo la oportunidad. Que salvó tanto a Kakashi como a sí mismo con su Kamui en la batalla final y eligió caminar por el camino de la prueba y la tribulación. A menudo pensó que no lo lograría, que no podría soportar este nuevo infierno que abrazó con esa elección. Sin embargo, hubo un pequeño destello de luz. De esperanza.
Las visitas regulares de Kakashi lograron iluminar la oscuridad, mostrándole que no estaba olvidado ni solo.
Cada vez que hablaban, era con cuidado pero aún asi casualmente, como si el agente ANBU que seguía al Sexto como una sombra no estuviera cerca. Sin embargo, para Obito fue el mejor momento de la semana.
Los temas de los que hablaban eran triviales, pero agradables. Podía olvidarse del dolor en su corazón. Sin embargo, Obito siempre temió el momento en que Kakashi se iría, porque entonces las sombras oscuras regresarían y le arrancarían el corazón de la pequeña luz cálida que acababa de recibir.
Kakashi siempre decía que lo sacaría como lo hizo con Sasuke. Insistió en que no podía prometerle nada a Obito, pero siguió repitiéndolo y Obito siguió respondiendo con un cínico resoplido. No tenía sentido hacer esfuerzos tan grandes por alguien como él, que debería haber sido ejecutado hace mucho tiempo. Nada bueno saldría de él siendo libre una vez más.
