Fue mala idea, no, fue una pésima idea ¿Qué había pasado por su cabeza al ceder? ahora se arrepentía.
— ¿oye guapo vienes solo? —
Eso era lo que precisamente quería evitar, el chico que tenía en frente era lindo, sí, pero no quería nada con nadie, estaba más que nervioso y paranoico.
— no, viene conmigo —
Pasa suerte suya a Kaoru se le ocurrió aparecer, lo abrazó posesivamente por el cuello y miró fieramente al chico frente suyo, cosa que sorprendió al peliverde, su mejor amigo solía ser desinteresado con él, pudo oler un poco de alcohol en el aliento del contrario, ahora entendía más la situación, el contrario se fue resignado dejándolos solos.
— ¿te gusta él? ¿te parece lindo? —
— a ver a ver calma calma, yo no me iba a ir a ninguna parte — le sonrió nervioso — además en este lugar no te dejaría ni de bromas — terminó de decir observando el lugar, carreras clandestinas ¡carreras clandestinas! a Kaoru se le ocurrió llevarlo a este tipo de lugares, le daba miedo, Kojiro era lo que solía llamarse un nerd, uno que es el mejor amigo de un rebelde chico punk.
— ay vamos, no exageres, ven que ya empiezan las carreras, aposté que Shadow le ganaba a Reki, así que apúrate — conteniendo un suspiro se dejó llevar, por una vez en su vida, disfrutaría y dejaría de pensar en las consecuencias, pero solo esta vez...
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— ¿Dónde estoy? —
Se levantó de golpe al ver que no estaba en su habitación, los colores rosa y negro lo hicieron caer en su realidad, estaba en el cuarto de Kaoru, se asustó aún más cuando no sintió nada sobre su piel, estaba desnudo y el pelirosa a su lado de igual manera...
— ¿Qué mierda pasó? —
— Anda bebe un poquito hazlo por miii ¿si? —
Recuerda que Cherry no paraba de ofrecerle un vaso con licor, en su vida había probado siquiera vino, pero prometió que se relajaría por un día, entonces cedió, primero un vaso, luego otro y otro, los orbes dorados lo miraban con un brillo especial, una sonrisa gatuna yacía en su rostro, sí, ese era su plan desde el principio, embriagar a su nerd y virgen amigo, el único que no se daba cuenta las grandes ganas que le tenía era él mismo, pero eso cambió hoy.
Se notaba que el peliverde estaba algo picado, era su oportunidad, lo sacó del dichoso lugar para llevarlo a su casa, sus padres no estaban, todo perfecto.
— ¿Kaoru que es...tas haciendo? — preguntó el chico medio ido, su mente se desconectó por completo cuando sintió unos labios sobre los suyos, ¡oh! su primer beso, no sabía ni besar, pero eso no fue problema para el chico pálido que gustoso lo guio.
Poco a poco se fueron desnudando, con Cherry al mando por supuesto, eran dos jóvenes con las hormonas a tope con excitación rebosando de cada poro, no fue sorpresa para el de melena rosada ver el tamaño del pene de Kojiro, era perfecto, lo quería dentro.
— Kojiro, mételo de una vez ¿si?— ¿Qué si estaba preparado? claro, se puso en cuatro mostrándose ante el chico que utilizó la poca conciencia que tenía para ponerse un condón que encontró en la mesita de noche, entonces solo la metió, no pensó ni razonó, entró de una sola estocada.
— ¡mhg! — gimió el más bajo por la brutalidad, pero a quien engaña, le gustó — más, dame más Koji~ —
Joe no perdió tiempo y se movió como si de un animal se tratase, Kaoru gemía a toda voz, con la lengua afuera y con los ojos llorosos, mierda ¡porque no hizo esto antes! el ensimismado chico no sabía que sentir, pero definitivamente le encantaba lo que estaba escuchando, los gemidos casi gritos del pelirosa, además de ver sus manos al rededor de esa cintura tan fina, ahora solo quería que sus manos estuvieran allí, solo él escuchar esos sonidos tan obscenos, lo quería solo para él.
Pasaron horas de sesiones de sexo, las sábanas estaban hechas un desastre al igual que ellos mismo, llenos de marcas y chupones por todas partes, condones por aquí y por allá, fue una noche que ninguno olvidaría en mucho tiempo.
Kojiro quería que la Tierra lo tragase ahí y ahora se tapaba lo más que podía, estaba más que avergonzado, Dios, en su vida volvía aceptar un vaso con licor, no después de tremendo rollo.
— Kojiro... más~ — soltó el pelirosa entre sueños.
Sí que la Tierra lo trague pero ya.
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