Para Kojiro, lo que pasaba actualmente no tenía sentido ¿Cuándo su esposo empezó a ser tan distante con él? según pensaba, estaban bien, digo son novios desde la preparatoria, su amor había florecido de manera natural, él lo amaba demasiado y al parecer Kaoru también, luego se casaron y vivían juntos, era como un sueño perfecto.
Sin embargo hoy en día quizá las cosas no iban bien, solía recoger al pelirosa de su estudio a cierta hora, cenaban juntos, reían y disfrutaban la compañía ajena, ahora comía solo, Kaoru solía llegar a casa pasada la media noche y él lo entendió, sabía como era el trabajo de su marido, lo dejó pasar, luego un nuevo perfume se impregnaba en la sus ropas, Kaoru solía tener gustos específicos y el nuevo aroma no podía ser suyo ni de él, también lo dejó pasar pero un molesto presentimiento se instaló en su pecho, se convencía de no generar desconfianza, Kaoru lo amaba, no tenía que dudar, lo dejó pasar. Un día estaba por lavar la ropa, se había tomado el día libre para ordenar su casa ya que Cherry pasaba menos tiempo en ella, mientras desdoblaba las yukatas del pelirosa, en una de ellas, pudo ver un corto cabello de color azul, le parecía curioso ¿Cómo un diminuto cabello llegó a la ropa de Kaoru? un cliente tal vez.
Hoy era su tercer aniversario de bodas y despertó solo, no se desanimó y empezó su día de la mejor manera, se sorprendió al ver a Carla encima de la encimera de la cocina, entonces Kaoru si regresó a casa, revisó a groso modo la cocina y vio que el vino comprado en Italia, ese que iba a usar hoy en la noche, no estaba... No le tomó importancia y continuó con su día, preparaba el bento para llevar al estudio de su pareja, iría y le daría una sorpresa subió a su moto y se dirigió allí. Al llegar había un lujoso carro fuera, un cliente, debe estar ocupado, pensó, le escribió preguntándole si estaba ocupado, no recibió respuesta, entonces llamó pero tampoco respondió, pero escuchó el sonido del celular de Kaoru dentro, eso era raro... Entonces decidió entrar.
— Kaoru, est-... — el bento que tenía en sus manos cayó haciendo ruido en el lugar, las dos personas dentro voltearon hacía él, viéndose descubiertos el primero en acercarse fue por supuesto Kaoru, quien llevaba ropa que no era suya, una camisa y unos pantalones de chandal, con el cabello recogido y con visibles marcas en el cuello.
— K-Kojiro ¿Q-Qué haces aquí? — el más bajo no sabía que hacer.
El peliverde no podía apartar su mirada vino de la fuerte y carmesí de Ainosuke, esos ojos color sangre eran de una sola persona ¿Qué estaba pasando?
— ¿Kaoru... que es eso? — señaló los chupetones, el nombrado los cubrió instintivamente, estaba nervioso, demasiado y Kojiro lo sabía porque lo conocía... o eso pensaba él.
— no es nada yo... estem... — el pánico podía verse en su mirada — Ada- digo A-Ainosuke s-solo pasaba y- —
— es mejor decirle la verdad — fui interrumpido por las palabras del peliazul — Kaoru y yo somos amantes — terminó diciendo abrazando por detrás al susodicho que estaba en shock por la reciente revelación.
— ¿hace cuanto? ¿Como, cuando? ¿Hice algo mal? ¿Ya no me amabas? ¿no fue suficiente...? ¡¿No fue suficiente lo que hice por ti, todo el amor que te di?! ¡¿no fue suficiente acaso?! ¡no me jodas Kaoru! —
Kojiro salió del estudio con el corazón roto y sin mirar atrás, se sentía traicionado ¿nunca fue amando? ¿Qué le hizo falta a Kaoru?
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— ¿Por qué dijiste eso? — el pelirosa se zafó bruscamente de los brazos ajenos.
— era la verdad, además por algo hemos estado así un año —
¿Había pasado un año? no se dio cuenta cuando las salidas de fin de semana se convirtieron en la de todas las noches, primero roces y luego encuentros carnales, hacían el amor... no, tenían sexo, porque nose sentía nada por Ainosuke ¿verdad? Pero cuando lo vio de nuevo, aquella atracción que tuvo con él renació en su pecho, en su corazón y simplemente pasó, pero ahora al ver la cara de Joe no supo como reaccionar.
— n-no yo debo... —
Salió corriendo de su estudio, subió a su moto y condujo a... su hogar. Llegó y entró, el lugar estaba medio vacío, las fotos de ambos estaban en el suelo, rotas y quebradas, en su habitación las cosas de Kojiro no estaban, en el closet mucho menos, se había ido...
Las calles de Japón estaban abarrotadas como siempre, eran las 7 pm en punto, muchos salían del trabajo para ir a sus hogares y más cuando era en invierno.
— ah, perdón no fue mi intención —
Kaoru iba caminando de manera apresurada a su estudio, ya que ahora ese era su hogar.
— no te preocupes yo- — cuando levantó la mirada se encontró con esos orbes color vino que nunca pensó volver a ver, se quedó inmóvil agachado en el suelo, olvidando por un momento sus hojas de caligrafía, al parecer su cabello estaba un poco más largo que la última vez, se veía más aún guapo de lo que fue cuando estuvo con él, estos también le devolvieron la mirada, no hubo reacción alguna a comparación a la suya.
— Ko- — no pudo continuar ya que una voz le interrumpió.
— ¡Kojiro! —
Un chico castaño se acercó a ellos, era más bajo que los dos, solo un poco, tenía ojos azules y piel clara, traía ropa abrigadora y un abrigó que reconoció... porque alguna vez el también lo usó, el peliverde le dio su atención y le sonrió.
— ¡Haru! ah... toma, fue un gusto volver a verte Kaoru, espero que tu relación Ainosuke haya funcionado, cuídate, hasta luego — tomó las hojas de manera automática pero no respondió, lo vio alejarse con ese muchacho, se sonreían y tomaron de la mano, el parecía estar feliz, mucho más que con él... Se lo merecía después de todo, se repuso caminando nuevamente, no tenía prisa pues, se había quedado solo a fin de cuentas y nadie lo esperaba en casa.
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¡Temas del día... Viernes! le di un contexto diferente a "cabello" espero que les haya gustado espero mañana estar publicando la última parte ¡Chau!
