"La manzana nunca cae lejos del árbol."
El día de hoy me había despertado con una citación por parte de mi amado padre, hacía unas cuantas semanas que no tenía contacto con él de manera física solo intercambio de mensajes o llamadas y debía admitir que lo extrañaba era la única persona que sabía entenderme bueno ahora tenía a Dennis pero era diferente.
Me encontraba frente al espejo acomodando los últimos botones de mi abrigo ya que el día de hoy estaba algo frío y Dennis había estado preocupado por que según él iba a enfermar por lo que decidí complacerlo.
Mi móvil sonó haciendo que mi atención fuera hacia este, note que era mi padre y rápidamente respondí el llamado, era extraño que el llamase ya habiendo acordado vernos en algún sitio.
- Padre ¿Ha sucedido algo?
- Abre la puerta, estoy esperando afuera Kimberly.
Y con esas palabras el corto la llamada me tomó unos cuantos segundos saber que iba a conocer a Dennis y Dios esto podía salir muy mal, no sabía si Dennis se había marchado, sabía que hoy se iba a ver con unos amigos o amigo Alec creo que era el nombre que había mencionado.
Baje con rapidez las escaleras tratando de no caer y de evitar un desastre pero había llegado tarde, cuando llegue a la sala Dennis estaba abriendo la puerta dejando ver a mi padre lo cual me hizo morder mi labio y podía ver la cara de Dennis con una sonrisa creo que no estaba enterado de lo que podía suceder o de quien tenía frente a él.
- Kimberly. - Su voz era sería y fría como siempre, miró a Dennis por unos cuantos segundos cuando cerró la puerta, antes de posar sus ojos verdes en mi.
- Padre - Me acerque a él y rápidamente sus brazos rodeando mi cuerpo y sus labios cálidos tocaron mi frente.
- ¿Hay algo que desees decirme? O más bien, ¿No me vas a presentar al joven?
- Si... Dennis, él es mi padre Adam. Padre el es Dennis.
- Un gusto señor, es un placer conocer al padre de Kim. - Dennis extendió su mano hacia mi padre pero está decidido a pasar de él.
- Si, el placer es tuyo.
Me trague una de mis risa y mire a Dennis con diversión, ambos sabíamos por qué. El día que nos habíamos conocido yo había mencionado aquellas mismas palabras. Ví como el ojiazul bajaba su mano y se alejaba lo suficiente para tomar su mochila.
- Nos vemos más tarde preciosa ¿Si? Te quiero. - Sus labios tocaron mi mejilla lo cual agradecí no necesitaba más demostraciones frente a mi padre. - Nuevamente un gusto conocerlo señor. - Dicho eso salió por la puerta dejándome sola con Adam.
- Andando, vamos a llegar tarde y sabes que odio la impuntualidad. Aparte tengo a Marisa esperando en el auto.
Acomode mi bolso y ambos salimos de mi casa, no quería decir mucho sabía que íbamos a tener una conversación que no me apetecía ya había sido difícil hablarlo conmigo misma por lo que no iba hacer más fácil especialmente con el.
Mi padre abrió la puerta de atrás y subí antes que él lo hiciera viendo a Marisa lo cual me hizo rodar los ojos, solo esperaba que se aburriera pronto de ella porque estaba siendo una gran molestia.
- Kim preciosa, tiempo sin verte. Estás cada vez más bella ¿Cómo has estado?
- Kimberly. Y bien.
En el camino nadie más dijo nada por suerte, no me apetecía hablar con Marisa y escuchar su odiosa voz pero si había estado intercambiando mensajes con Dennis quien me enviaba una foto graciosa de el comiendo quién sabía que pero me había hecho reír lo cual captó la atención de mi padre quien me miraba con seriedad, conocía sus gestos él no necesitaba hablar para dar órdenes por lo que guarde el móvil rápidamente.
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¿Me darías un ultimo beso?
RomansaDice la leyenda que todos tenemos un hilo rojo del destino. Que nos conecta con nuestra persona especial y si están destinados a estar juntos la vida los hará coincidir una y otra vez, hasta que funcione. El hilo rojo puede estirarse, contraerse, te...