Capítulo 2

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Ella ya estaba decidida, hoy por fin se atrevería a darle un rápido beso al niño que le quitaba el aliento y la hacía suspirar a cada minuto.

Chloé y Luka jugaban juntos en el cuarto del nombrado.

Ese día ella había llevado su osito "abracitos". Luka se encontraba jugando con el peluche mientras Chloe lo observaba.

Él levantó la vista, dejando de ver aquel oso para mirarla a Chloé.

—¿Estás bien Chloe?— preguntó preocupado.—

Ella asintió y le sonrió con dulzura.

—¿Segura?— volvió a insistir— Desde que llegaste estuviste suspirando a cada momento.

Las mejillas de Chloé enrojecieron.

—Ahora tu rostro está rojo.

Chloé llevó sus manos a sus mejillas sintiendo el calor, pero eso no importaba ahora, ella estaba lista y dispuesta a darle un beso a Luka.

Quitó sus manos de su rostro y empezó a acercarse a Luka. Lo miró a los ojos uniendo aquella conexión que han tenido desde que se conocieron.

Él la miraba, le encantaba mirar fijamente los ojos de ella, era como si al miralos fijamente los trasportaba hacia lo mas profundo del océano esperando ver alguna maravilla acuática. Dejó de mirar sus ojo para observar sus labios que se entre abrieron levemente. Sus pupilas se dilataron mientras los miraba.

Ya sabía lo que iba a ocurrir, su hermana se lo había advertido, Chloé le iba a dar su primer beso. Pero aunque la quería a ella, y, también queria ese beso, no lo quería aún, no quería.. No estaba listo..

Antes de que Chloé una sus labios, el oso de peluche que tenia entre sus manos lo elevó e interrumpió aquella unión.

Chloé terminó por besar a su oso, se separó rápidamente y miró a Luka con molestia.

—¿Por qué hiciste eso?.

Se puso nervioso, bajó el peluche y la miró a los ojos. Algo que le gustaba de Chloe era su manera de expresar sus emociones con sus ojos.

Ahora ella mostraba mucho enojo, dejó de mirarla, le temía cada vez que veía esa furia.

—Responde —ordenó. — ¿Por qué hiciste eso? ¿por qué interrumpiste nuestro beso?

¿Qué le diría él?

¿Le diría que no estaba listo?

¿Le diría que no queria avergonzarse frente a ella?

—¡Porque eres fea!

Respondió en un grito tan fuerte que hizo que Chloe despertara...

{• • •}

Al abrir sus ojos se encontró con el techo de su habitación, se incorporó en su cama, pero al hacerlo un peso en su cintura hizo que se vuelva a acostar.

Giró a su izquierda para encontrar con unos ojos de color esmeralda que la miraban con intensidad.

—Buenos días. — saludó Adrien.

Chloé suspiró irritada.

—¿De nuevo acá, Adrien?— preguntó.

—Si amanecí bien, gracias por preocuparte querida y bella Chloé.

La rubia rodó los ojos.

—¿Desde cuando estás aquí?

—Llegué al medio día y ya son las dos de la tarde, así que llegué hace dos horas.

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