El espejo estaba lleno de vapor, de agua; en él se podía ver mi reflejo borroso saliendo de la ducha, Boogie Wonderland estaba sonando en mi playlist de Spotify de por lo menos 614 canciones – hay mucha variedad de ritmos y géneros por si pensabas que todas las canciones que tengo son siempre del mismo estilo -, procedo a coger mi toalla rosa sedosa que me compró mi madre de un mercadillo, de hecho, compró varias de ellas ya que le salían más baratas jajaja. Después de ello, cubro mi cuerpo con ella, estaba cansada de escuchar la canción que estaba sonando por lo que decidí pasar a la siguiente ya que había que animar el ambiente, aunque sólo se tratase de una simple ducha. De repente, Still D.R.E. empieza a reproducirse, oh esto sí es lo que necesitaba. Mientras que la música estaba sonando, me dejaba llevar por ella y obviamente me empecé a vestir con la ropa que iba a llevar esta mañana al instituto que, por cierto, llegaba un poquito tarde. Me sequé mi largo pelo negro lleno de enredos porque la verdad es que me da mucha pereza ponerme tantos químicos en el pelo para que se quiten.
Sí, soy muy perezosa
El ambiente fue detenido cuando mi madre entró al cuarto de baño diciéndome que llegaba tarde a coger el autobús, así que rápido cojo mi mochila y el snack para el recreo.
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Sigo esperando en la parada del autobús y no llega, creo que lo he perdido, eso me pasa por entretenerme siempre en ducharme y hacer mis cosas. Suspiro y miro la hora, eran las 7:45 am, obviamente se ha ido. De pronto, veo unas luces nítidas acercándose hacia la parada – era el autobús-. Por lo que veo, el chofer había venido más tarde por unas cosas que tenía que solucionar con otros autobuses de pueblos cercanos, pero eso es lo que menos me importa ahora mismo. Subo al bus y me siento en la segunda planta por lo que me cuesta coger sitio algunas veces puesto que esta llenísimo de gente.
Llegamos al instituto, por fin. En cuanto bajo del autobús me encuentro a Diana, mi queridísima amiga del alma.
- Estoy cansadísima - dice Diana en cuanto me ve. Le doy una cara de yo también lo estoy.
- ¿Nos vamos para arriba? A ver si hoy abren la puerta pronto porque me estoy muriendo de frio – Ella se ríe - Sí, vamos anda – yo le cojo del brazo como las abuelitas y vamos calle arriba.
- Mira que tenemos suerte que hoy justamente está abierta antes de tiempo – dice Diana y yo suelto una risilla.
Entramos al instituto y van pasando las horas más largas de mi vida.
Me están matando
Llega la hora de irse, al fin. A la salida del instituto me reencuentro con Diana.
- ¿Al final que vas a hacer, tía? - me pregunta, yo ya me imaginaba a lo que se estaba refiriendo.
- No lo sé, desde que pasó lo del campeonato no sé si volver o no. - le digo dudando. Hace ya 4 meses desde que pasó lo de aquel día, me entró una sensación rarísima en mi cuerpo al entrar en contacto con el agua, cosa que nunca me había sucedido nunca. Me encantaba nadar, pero mis padres, como eran muy estrictos, me obligaban a participar en todos los campeonatos que organizaba mi equipo de natación por lo que al final me cansé un poco de ello. Desde aquel día sentí que ya no me pertenecía nadar, tenía pánico. Pensaba que lo mejor sería no ir jamás a los entrenamientos, pero no sé cómo seguir llevando esta situación.
- Piénsalo bien, Vera. Desde que cerraron la investigación de lo que pasó no has estado bien – Y es verdad lo que dice, no he estado bien. Y sí, mis padres decidieron hablar con la policía y estos abrieron una investigación sobre lo sucedido ya que se creían que todo estaba planeado para que no compitiese nunca o quizás echaron una sustancia rara o yo qué sé. En fin, paranoias de adultos.
Llega el autobús encaminándose hacia el edificio. Suspiro.
- Te veo mañana - le digo con un tono bajo.
Me subo al autobús y en cuanto llega al pueblo voy directamente a casa y pienso sobre lo que me dijo Diana esta mañana. Creo que volver a empezar de cero nunca viene mal, aunque sé que me va a costar superar lo de aquel día. Siempre me he dicho a mí misma que tengo que hacer lo que más me haga feliz y es que la verdad, la natación es lo que me despeja, lo que me hace pensar y reflexionar – aunque parezca que no -, esa sensación de calor y de libertad que sientes al salir de la piscina es increíble y estoy dispuesta a sentirla de nuevo, aunque no todo va a ser lo mismo que antes.
Cojo el móvil y abro el chat de Diana.
Al final, sí - Vera
¿Sí que? - Diana
Vuelvo a competir -.- - Vera
Esa es la Vera que quería ver desde hace meses – Diana
Eres tonta jajaja – Vera
Apago el teléfono y voy a decirle a mi madre sobre lo que he estado pensando. Ella obviamente me dijo que estaba muy orgullosa de mí y que le alegraba que volviera a natación, cómo no.
Ruedo los ojos. Sé que lo único que le importa a mi madre es que yo sea perfecta, la mejor del equipo y yo me esfuerzo, pero lo único que logra con eso es destrozarme mentalmente así que, a partir de mañana, lo que voy a hacer es centrarme en mí misma y hacer lo que más me gusta que es nadar.
Vuelvo a mi habitación y abro las sábanas tan calentitas que tengo para ponerme a dormir, ya que mañana me espera un día movido así que, a descansar se ha dicho.
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Dos Almas Hundidas (Coming Soon)
RomanceVera Graves, una chica como otra cualquiera pero con una incertidumbre y un pánico que le va a costar superar: el agua. Logra convencerse a sí misma y decide retomar los entrenamientos de natación. Allí se encuentra con Alan Beckett, su nuevo monito...