Preparo mi mochila para empezar los queridísimos entrenamientos, mi madre ya le había informado a la recepcionista del centro Serena Brown que volvía a entrenar junto a mi equipo, dirigido por Asher Davies, que estaba ya un poco viejo.
- Me voy, mamá. ¿Me llevo la llave de casa? - le pregunto mientras abro la puerta para irme.
- Sí hija, no la pierdas esta vez – me dice burlona.
Sí, perdí la llave de mi casa, bueno, más bien me la robaron mientras estaba embobada mirando a un chico guapísimo. Muy típico de mí.
Cierro la puerta de casa y veo el coche aparcado de Diana, y en el asiento de atrás veo a Emma Palacios, mi otra amiga.
- ¿Creías que ibas a ir andando hasta llegar a ese sitio? - me dice riendo Diana.
- Podría haber echado una carrerilla hasta llegar allí, no está tan lejos – Ruedo los ojos - ¿Qué haces aquí Emma?
- No me avisaste que volvías a nadar – se hace la sorprendida – Me parece muy fuerte de tu parte – me dice con sarcasmo.
- No estabas cuando Diana y yo estuvimos hablando de ello, además, estás en otro instituto y apenas nos hablas capulla – me rio.
- Que sepáis que me seguís importando nenas y esa no es excusa para que no me dijeras eso – me dice Emma.
- Te montas o qué, Graves – habla Diana de repente.
- Obviamente – me subo en el sitio del copiloto y esta va directamente hacia el edifico donde se encuentra la natación.
Mientras, suena la canción Dolerme de Rosalía.
- Oye, Emma, ¿cómo te va con Dalía? - le pregunto
- Es una hija de puta – suelta
- ¿Cómo? - rio
- Que me puso los cuernos con la perra de la discoteca. No sé qué coño le ve a esa tía - me quedo en shock.
- Tampoco me daba buena impresión esa tal Dalía - habla Diana.
Cómo no, Diana viendo el futuro, como siempre
- Pero vaya Emma que tú no te escapas. Me refiero a que tu cuando vas a las discotecas te morreas con quien pase a tu lado – le encaro a Emma.
- A ver, no te lo niego, pero eso es solo una noche y de ahí no pasa – se empieza a reír. Emma siempre llama la atención a cualquier sitio que vaya, y si hablamos de discotecas más todavía. Tiene un maletín lleno de maquillaje con todo tipo de pinturas y brochas. Lo que más le encanta es hacerse un eyeliner larguísimo y algunas veces lleno de colores. Creo recordar que la vez que fui a su casa tenía como dos armarios de ropa para ella sola, la mayoría de ropa eran vestidos con tremendos escotes, aprovechando que tiene unos pechos preciosos.
- Ya hemos llegado, guapi – me dice Diana lanzándome un beso.
Me bajo del coche y levanto la mano para despedirme de ellas.
- Vayas a venir con novio después del entrenamiento, pibón - habla Emma y me guiña un ojo.
- No digas tonterías, anda - rio a carcajadas. El bañador que me he puesto está bastante bonito, pero no lo veo tan sexy como para que alguien se fije en mí y encima con el gorro que me pongo, que parezco literalmente una berenjena.
Me dirijo hacia la puerta del edificio y me dispongo a entrar en él. A un lado veo a Serena, la recepcionista que por cierto es un amor de persona.
- ¡Hola, Serena! - le saludo con alegría, ya que llevaba mucho tiempo sin verla.
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Dos Almas Hundidas (Coming Soon)
RomanceVera Graves, una chica como otra cualquiera pero con una incertidumbre y un pánico que le va a costar superar: el agua. Logra convencerse a sí misma y decide retomar los entrenamientos de natación. Allí se encuentra con Alan Beckett, su nuevo monito...