XIV. Otro dueño

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Mijaíl Romanov

Hacia mucho tiempo que Lara me había confesado que alguien más ocupaba su corazón.
Pero luego de contarme con tanta ira que vió a Lorcan metiéndosela a su ex novia en el despacho de su madre en la casa de Alemania es que lo entendí.
Ella estaba enamorada de su primo.
Lo cual era una locura y a la vez entendible.
Como mujeres de la mafia, ella y su hermana tienen más restringidas las relaciones interpersonales y sobre todo las amorosas con personas fuera de ésta.
Así que por alguna razón no me escandaliza saberlo.
Pudo haber sido hasta el propio Scorpius de quien se hubiese enamorado.
Pero fue Lorcan el afortunado y también el imbecil que le rompió el corazón.
_estás enamorada de él.
_¡¿y que si es así?! Solo quiero arrancármelo del corazón de una buena vez.
_no va a ser tan fácil
_solo tú puedes hacer que lo olvide, por favor... hazme olvidar
Ella se sube a mi regazo y empieza a besarme con urgencia; y aunque la amo y sus besos me sepan a gloria sé que en el fondo ella no quiere hacerlo.
_detente
_por favor
_Lara... no está bien. No estás segura.
_haz que lo esté, vuélveme loca por ti antes de que vaya y cometa una locura.
Ella no pierde el tiempo y empieza a despojarme de la camisa con torpeza.
Y una vez que mi torso está libre me acaricia con suavidad y besa las partes más accesibles a ella.
_Me estás excitando, pequeña rubia
Sus pupilas están dilatadas.
Aunque parece que le provoca morbo necesito asegurarme de que quiere esto.
_Lara, haz que pare ahora que puedo hacerlo...
_es que no quiero que pares
A la mierda con todo.
Ella me está concediendo el poder poseer su cuerpo y voy a hacer que no piense en otro que no sea yo.

Lara Malfoy

_Me estás excitando, pequeña rubia—murmura.
Sus intensos ojos aguamarina ruegan por liberación.
_Lara, haz que pare ahora que puedo hacerlo...
Puedo sentir su erección rozando mi entrepierna.
Mi cuerpo vibra en anticipación.
Es algo que creo no volveré a sentir.
_es que no quiero que pares
Quiero sentirlo más cerca.
Quiero olvidarme de todo en sus brazos.
Lo siento besarme desde el lóbulo de mi oreja hasta el nacimiento de mis pechos y la sensación es increíble.
Da ligeras mordidas mientras me quita la blusa y el sujetador.
Intento cubrirme avergonzada.
_no lo hagas... no sabes lo preciosa que te ves así
Empieza a besar mis pechos y cuando llega mis pezones lo siento succionar con suavidad.
Respiro más agitada. Deseo que siga, pero me asusta el hecho de no saber qué ocurrirá.
Me siento temblar ante sus caricias.
En el momento menos esperado sus cálidas manos se cuelan dentro de mis pantalones y aprietan con suavidad cada tramo de piel que estas abarcan.
Sin embargo cuando siento sus largos dedos hurgar dentro de mis bragas se me escapa un jadeo.
Nunca había sentido tanto calor.
Siento como sus dedos se deslizan con facilidad entre los pliegues de mi feminidad.
_estas tan mojada, preciosa
Jadeo... jadeo... jadeo sin poder articular una sola palabra.
Mi cuerpo vibra con lo que hace y se vuelve como una gelatina hasta que roza algo que envía una corriente de placer que me hace gemir.
Me muerdo los labios avergonzada y una vez más siento como roza aquel punto una y otra vez hasta enloquecerme.
Sus dedos son implacables.
Me escucho gemir como una posesa mientras mi propio cuerpo cede al impulso de moverse a la par de sus dedos.
Rápidamente me toma de los glúteos y nos lleva entre medio de besos hasta su habitación.
Me deposita en la cama con suavidad y vuelve a besarme con tal intensidad que me olvido hasta de respirar bien.
Algo en mi me hace tomar la iniciativa y nos doy vuelta en la cama.
Trato de quitarle los vaqueros pero no puedo.
_espera, te vas a lastimar los dedos.
Toma mis manos con delicadeza y las besa.
Él mismo se quita los pantalones y la ropa interior.
Lo que veo me deja helada.
Su miembro está escandalosamente erecto y a mi parecer no creo que pueda entrar en mi.
_no tengas miedo... prometo que vas a disfrutarlo
_no estoy muy segura...
Sus labios buscan los míos y me besa con la mayor suavidad que hasta me hace olvidar el temor que tengo.
Sus manos una vez más recorren mi torso desnudo pero cuando llega más abajo de mi ombligo se detiene.
_quítate esto _murmura frustrado intentando quitarme los ajustados vaqueros que llevo.
Sus manos comienzan a recorrer despacio mis piernas mientras me despoja de los jodidos pantalones y de las bragas.
Estoy nerviosa...
Sin embargo Mijaíl acaricia mis piernas con suavidad mientras me las separa.
Me siento arder de vergüenza cuando veo su rostro acercarse ahí abajo.
Pero todo eso desaparece por una ola de intenso calor cuando siento su lengua recorrer mi feminidad.
Sus lengüetazos envían chispas de placer a todo mi cuerpo y solo puedo jadear con sorpresa y placer.
Dios mío... ¡¿que es esto?!
Siento su lengua rozar con intensidad ese punto que antes sus dedos lograron arrancarme gemidos.
Y se siente aún más placentero.
Me escucho jadear y gemir con fuerza.
Quiero cerrar las piernas y a la vez que no se detenga.
Me desespero tanto que aprieto las sábanas mientras se me escapa un grito de tanto placer.
_Dios... con solo escucharte vas a hacer que me venga
_¿que?
Él niega con la cabeza y se acerca a mis labios.
Hay un ligero sabor salado.
No me desagrada pero es un poco perturbador probar mi propio sabor.
Cuando sus labios se separan de mí puedo mirarlo a los ojos y ver sus pupilas dilatadas.
Se ve gloriosamente desaliñado.
Sus brazos son como dos columnas que sostienen su pecho enrojecido a pocos centímetros de mi.
Me siento vulnerable.
Se posiciona entre mis piernas mientras me besa con dulzura.
Siento como una de sus manos abre un poco más mis piernas y lo siento cerca.
Caliente contra mi feminidad.
Hay un ligero meneo de sus caderas  y siento su miembro rozar mi feminidad.
Mi cuerpo vibra con anticipación.
Su mano guía el movimiento de su miembro y en un momento siento como algo bulboso se encaja ligeramente en mí.
Ambos jadeamos en anticipación.
Mis manos se aferran a sus fuertes bíceps y es entonces que lo siento.
Tan jodidamente duro como el acero rompiendo la barrera.
La sensación es tan abrumadora que me quita el aire y me hace enterrar las uñas en sus hombros.
Duele...
Malditamente duele.
Mi cuerpo se arquea por la sensación y no es hasta que ha entrado por completo que me doy cuenta de que un par de lágrimas se me han escapado.
Este es el precio de perder mi virginidad...
Los labios de Misha rozan mi oreja izquierda y lo escucho jadear.
_Dios... estás muy estrecha
_Misha...
El levanta el rostro y veo que sus pupilas se ha dilatado aún más.
Tanto que el aguamarina de sus ojos es casi invisible.
Sus manos se mueven hasta mi rostro y quitan las lágrimas que antes había derramado.
_voy a hacerte sentir mejor.
Me besa una vez más y lo siento empezar a moverse.
Al inicio es un poco doloroso e incómodo.
Pero a medida que la fricción se hace constante la sensación cambia.
El arrastre de su miembro es pesado y duro.
Sus dedos se cuelan allá donde nuestros cuerpos se unen y empieza a masajear el punto exacto que me hace perder el control.
Me escucho gemir enloquecida de placer con tanta fuerza que creo que toda Moscú puede oírme.
Me falta el aire.
Sin embargo no quiero que pare.
Mis manos se aferran como si fuesen garras a sus hombros, cuello y espalda.
El movimiento es tan fuerte que simplemente me agarro de donde puedo.
Oigo sus gruñidos, su respiración entrecortada a escasos centímetros de mí. Su fuerza me puede y, a pesar de que sus manos me aprietan las caderas, no me quejo y me abrazo a él con mis piernas hasta que ya no puedo más.
Siento que me voy a desmayar.
_M-Misha... oh Dios
Mi cuerpo se arquea con tanto placer que creo que voy a morir.
Un gemido agónico se escapa de mis labios.
Entonces se inclina sobre mí y, tras una salvaje embestida final, oigo su gruñido de satisfacción.
Instantes después y aún con las respiraciones entrecortadas, me da un beso fuerte y posesivo.
Sin duda aunque mi corazón aún le pertenezca a Lorcan, mi cuerpo ahora tiene otro dueño.
Y en ningún instante, mientras me hacía mujer en brazos de otro he pensado siquiera en él...

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