Sollozos 01

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Al escuchar los sollozos de los niños palpitando en sus oídos, no necesito nada más, desenvaino la navaja del cinturón de su atacante, ni siquiera hubo tiempo para que el otro lo detuviera.

Impulsada por el débil viento el joven junior de 14 años, como si fuera una danza de manos de algún artesano. Un corte limpio paso por sus cabellos y rasgó su cinta de la frente en el proceso, todo para proteger a unos niños que acaba de conocer.

Su contrincante se quedó perplejo ante tal acto fugaz, dónde había juzgado con una sola mirada el cuerpo de ese joven, dónde creyó ver miedo solo pudo sentir determinación. Esos ojos tan jóvenes se oscurecieron como la noche, dió miedo. Ese retraso en su persona, ayudó a que el junior lo terminará noqueando y por medio de un talismán bloqueo al otro contrincante para darse el tiempo de separar a los niños del hombre que los estaba lastimando.

Los ojos de los niños eran huevos deformes provocando aun más rabia en el joven discípulo. Sacó de su bolsa una soga, arrastró los cuerpos inconscientes de los hombres y los ataba a un árbol.

- Si vuelven a tocarlos...-su voz fría en un susurro aterrador, se dio la vuelta.

Los niños que estaban en shock viendo tanto al joven de blanco, el cabello desparramado en el suelo; como si dependieran de esas lágrimas gruesas soltaron gritos desesperados nombrando a algún dios.

Una vez que estuvo a la altura de los niños estos se aferraron a sus túnicas así que tuvo que cargarlos.

-¡Ah!, ¡no lloren! Se que están asustados pero paren de llorar.- repetía en un intento de calmarlos, mostrándoles la mejor sonrisa que le salía. Después de tranquilizar su respiración, sabía que no podía retrasar lo imposible... Lanzó una señal de ayuda a sus compañeros, que debían de tardar a lo mucho 20 minutos en llegar al lugar.

Así no solo tenía 20 minutos para prepararse mentalmente si no también calmar a los niños.

-Tranquilos, esos malos hombres no los volverán a molestar- decía con un tono calmado, habían pasado cinco minutos así; que pensaba que en cualquier momento él también se echaría a llorar.

Hasta que sintió algo frío y suave en su cuello provocando un pequeño temblor desde su columna, era la manita del niño que no podía calmarse en absoluto a contrario de su hermana menor que ya estaba más tranquila. Al darse cuenta del temblor del mayor retiró su mano rápido...

-Perdóname, si yo me hubiera quedado junto a ti...No~, no, hubieras...- empezó tranquilo pero se descontroló en un fuerte sollozo.

-Hey, no te preocupes demasiado. Si, si debiste quedarte conmigo pero yo tengo la obligación de protegerlos, ¿Recuerdas?- sonrió, abrazando al pequeño.

-¡Lo siento, Jiyi-gege!- empezó a sollozar de nuevo la niña .-Con lo mucho que te gustaba tu peinado- Se frotó los ojos, sin poder terminar lo que decía.

La sonrisa de Jingyi en este punto era una mueca pero se recompuso de inmediato y dejó a los niños en el césped.

A los ojos cristalinos de los niños esa fue la sonrisa más bella y sincera que nunca habían visto, provocando sensación de picazón en el estómago, el junior al ver les las caras con tierra y lágrimas, rompió la parte (más suave) de su túnica, para limpiarles despacio a cada uno.

-¿Por qué están llorando por simple cabello? No tengo algo roto...-su tono sonó como si se estuviera burlando y soltó unas risitas al ver las muecas de los pequeños..

-¡no te rías, Jiyi-gege! A ti te gustaba tu cabello.-gritó la niña, enojada y triste por cómo el adolescente se reía de algo que hace menos de una hora estaba alardeando. Golpeó su frente con el dedo provocando que la niña se quejara.

-Ya dejen eso, deberíamos estar felices de no haber resultado heridos ahora llegaran mis compañeros y no quiero que los vean llorar, ¿entendido niños?-. Se paró y se levantó a inspeccionar mejor el estado de los niños.

Si no piensa en su totalidad la realidad, puede enfrentar esto, claro que lo comía por dentro del miedo, necesita estar neutral (debe mantener la calma). No puede perderse en estos momentos; no frente a los niños. Solo necesita la ayuda de sus compañeros, y seguro que Sizhui estará preocupado.

Además debía de contarle lo sucedido con su logro personal el día de su cumpleaños. No todos los días podía decir que logro hacer su ataque especial que aprendió del clan Yunmeng, mucho menos presumir de manera sutil los detalles que lo llevaron a la situación actual.

-¡Ustedes! Ya dejen de llorar si no, ya no me podrán decir gege.-Amenazó entre carcajadas y se cruzó de brazos, moviéndose de derecha a izquierda juguetonamente.

Los niños se miraban entre ellos mientras lo observaban, enfocándose en la nuca de este; lo que quedaba de su larga cabellera ahora era comparada a sus pequeñas coletas, ¿como ese hermoso cabello terminó en el césped?.

Jingyi sentía las miradas de los niños en su nuca, así que empezó a hacer piruetas, asombrados por las grandes hazañas que realizaba su gege terminaron peleando con el niño por quien era "el mejor en hacer piruetas dobles", mientras la niña simplemente les aplaude.

Habían pasado alrededor de 15 minutos, del cielo bajaron unos jóvenes con túnicas blancas (facilmemte podian ser confundidos con ángeles) que al ver a los probables atacantes atados a un árbol, y la adorable (acostumbrada vista) entre su compañero y niños, se acercaron al ver que su compañero no dejaba de jugar.

-Jin...- se detuvieron al notar "algo" diferente en la parte de su cabeza.

-¡Chicos, que bien que llegaron! Esos malditos atacaron a los niños y todavía están desmayados...- empezó a explicar sin tomar en cuenta que lo miraban como si tuviera un cuerno en la cabeza.

-¿Jingyi?-sonó una voz casi temblorosa, justo en la parte de atrás de los recién llegados.

-¡Sizhui!- se abrió paso entre sus compañeros- ¿ves a esos tipos? Yo los atrape, me hubieras visto por fin pude aplicar una de mis piruetas- decía orgulloso, evitando por completo las miradas de sus compañeros.

-¡Jingyi!- la atmósfera se volvió pesada entre los adolescentes, sobresaltado al pobre joven que hace un momento se movía tan alegre.- ¡¿Qué le pasó a tu cabello?!. -Una vez la pregunta principal fue lanzada, dio paso al cubo de preguntas del mismo tipo.

Forzando una sonrisa, llevando su mano a su nuca tratando de protegerse de las miradas.
- Ah~ bueno, sobre eso...-fue interrumpido por las voces de los pequeños.

-¡Jiyi-gege no tiene la culpa!- tenía tono seguro pero las lágrimas jugaban en su contra del pobre infante.

-Nosotros somos los responsables que Jiyi-gege se haya cortado el pelo, por favor no lo castiguen- gritaban los niños, poniéndose al frente de Jingyi.

-Oigan ust..- Jingyi trató de retroceder a los niños siendo inutil por el abrupto grito al cielo de ambos niños hacia los adolescentes.

-¡Nosotros tomaremos el castigo por él!- inclinándose torpemente, los adolescentes se miraban y volvían a ver a los niños inclinándose mientras seguían llorando.

Jingyi no se movió, se quedó quieto y callado, totalmente impactado por las palabras de estos niñatos.

Nadie se atrevió a hablar primero, ni siquiera el 'calmado' de Sizhui, no mostraba ninguna expresión exacta, era una combinación entre tristeza y rabia, pero nadie podía describir su expresión con seguridad... Bueno talvez Hanguang-Jun Pero no es como si alguien le pudiera preguntar.

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Corte precipitado - Lan JingyiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora