Levántate ⁰²

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A estas horas del día, se encontraba no sólo tratando de resolver lo de los niños, si no que también estaba preocupado por la misión que dejó a medias y sin avisar a nadie ... definitivamente iba a tener muchos problemas. Mientras pensaba en como seguir, podía apreciar como el sol quería ocultarse tras todos los árboles. Se levantó, mirando a los niños estaban más tranquilos, no quería interrumpir el momento de los hermanos pero...

—Necesitamos volver al pueblo...no estamos lejos, los llevaré en mi espalda, ¿de acuerdo?—

—jiji-gege, quiero ir a casa— la niña se aferraba a su hermano, pero miraba atenta al joven de blanco.

—Les prometo sacarlos de aquí, primero...—no pudo terminar al recibir una patada en su rodilla. —¡oye!— se quejó mirando mal al niño a su lado.

—Tú no necesitas pasarte como nuestro hermano— dijo enfadado el niño.

—Entiendo que estés cansado pero no es bueno tratar así a tus mayores...— le tocó quejarse al adolescente, tratando de no empeorar la situación, sin éxito.

Soltando un chasquido entre sus dientes, tomo a su hermana de la mano y se pararon, alejándose unos pasos sin dejar de mirar al de blanco.

—¡Ey! ¿Que creen que están haciendo? El pueblo es al otro lado— los alcanzó y sujeto el brazo del niño.

—¡Claro que no! Yo sé a dond- ¡Ay!— soltó la mano de su hermana por el dolor que está le hacía al morder su brazo, levemente descubierto.

No sabían en qué momento pero el joven cultivador tenía en sus hombros al niño mientras que la niña trataba de subir para seguir mordiendo a su hermano menor.

Ya casi no había luz del sol sobre ellos así que los nervios de Jingyi estaban a flor de piel, tratando de calmar a los hermanos que se peleaban y se lanzaban leves insultos.

El insulto más recurrente de estos hermanos era "tonto". En otras sircuntancias se metería a comentar también pero no quería que siguieran metiendo escándalo, seguían en el bosque después de todo.

Puso su palma en la cabeza de la niña que seguía moviendo sus brazos para alcanzar a su hermano.

—¡ey!— levanto la voz, los niños se asustaron, pudo sentirlo, se quedaron quietos de golpe, soltando aire, removió el cabello de la niña y con su mano que sujetaba al niño en su cuello, dio palmaditas en la espalda
—Aun estamos en peligro, porque aún estamos en el bosque,no se separen de mi; quiero mantenerlos a salvo...no quiero que salgan heridos ¿Si?—

Los niños intercambiaron miradas sorprendidas, Jingyi se puso a la altura de la niña acercándola para abrazarla, junto con el niño, permitiéndose respirar y recuperar valor.

Nunca admitirá en voz alta que tiene miedo; todo podría salir muy mal, pero tenía que mantenerse firme para los pequeños.

Y no se permitiría volver a la secta si algo les pasaba a los niños.

—Lamento no haberlos podido ayudar a llegar a donde querían, pero entiendan que es muy peligroso— dijo apartando los un poco para ver sus caritas tristes.

—esque...—empezo el niño, siempre tratando de ser el que guía.

—nosotros solo queremos reunirnos con nuestro hermano mayor...el cementerio está a pocos pasos— soltó la niña, sujetando el hombro de su hermano. —Jiji-gege solo pedimos que nos lleves allí, no podemos explicarte pero ...¡necesitamos ver una última vez a nuestro hermano!— dijo exaltada por primera vez en el tiempo que llevaba con los infantes.

—¡No le pidas ayuda! Podemos llegar solos, ya lo hacíamos antes— recibió el apretón en el hombro de parte de su hermana, callandose y desviar la mirada.

Corte precipitado - Lan JingyiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora