Corte precipitado - Lan Jingyi

Realmente

En la entrada de la secta los adolescentes vestidos de blanco hablaban bajito mientras esperaban a los dos faltantes del grupo, cuando los vieron llegar, notaron el claro cambio de peinado de Jingyi. Ya estaban acostumbrados a ver este cambio cada año, en esta fecha en específico, pero definitivamente esta vez destacaba las finas facciones del adolescente: alargando su cuello y su mirada tan alegre resaltaba, su figura no quedaba atrás, bastante guapo para su edad (algo que desconocía el cumpleañero). Algunos lo miraban de pies a cabeza sin disimular, lo que provocaba que se sobresaltaran al divisar al que estaba a su lado, quien los miraba en advertencia,aunque se viera con una sonrisa, claramente sin que el otro se diera cuenta, ya que estaba más preocupado por andar tarde.

Sus compañeros estaban formados, cuando dieron las 6 a.m. volaron con sus espadas hasta el pueblo en el que iban a trabajar. Solo eran un grupo de 12 adolescentes con dos maestros casi novatos, realmente la misión no debía de complicarse; siendo una tarea sencilla.

Misión: los junior deben dividirse entre 3 grupos para realizar las tareas, el primer grupo reunirá a los cadáveres y el segundo los atacaran mientras el tercero deberá proteger a los locales, por si uno de estos se escaparan de los otros grupos.

Jingyi se vio un poco decepcionado al ser designado al tercer grupo, mientras Sizhui en el segundo grupo; sabía muy bien que estando Sizhui en ese grupo el tercero no tendría trabajo pero ¿solo era su parte egoísta hablando, ¿no?.

Cuando estaba creando esta cadena de pensamiento, alertando lo, unos niños cruzaron por la parte restringida así que tuvo que ir a detenerlos.

Realmente, ¿Seria un buen cumpleaños?

-¡Hey niños!, ¡no tienen permitido entrar!- gritó mientras agarra a la niña que era jalada por el niño un poco más alto que la niña -¿tal vez adulta joven? No estaba seguro-. ¿Qué estaban haciendo en un lugar así?.

Se agachó a la altura de los niños para revisar si están bien. El niño pellizco la mano de Jingyi y la niña jalo uno de sus mechones de cabello provocando que este apartara. Se liberaron y aprovecharon para correr a una calle que llegaba al bosque, Jingyi al ver que se alegaron por el lado que podía conducir al segundo grupo tuvo que tomar su espada y usarla como una patineta para no llamar la atención de sus superiores (ser regañado en su cumpleaños no le hacía gracia).

—No puede ser que Sizhui me peinara para salir a perseguir a estos diablillos.— maldecía mientras recorría los alrededores del bosque para encontrarlos.

Se detuvo en medio de unos árboles y trató de sentir a los niños, se escucharon suaves murmullos detrás de unas rocas grandes, se acercó lo más despacio para no asustarlos.

—¡Ya se que están allí! Solo quiero llevarlos con sus padres, deben estar preocupados.—

— ¡No! Solo estamos en peligro con gente como tu. —Chillaron a la vez.

En una persecución que duró apenas unos segundos, Jingyi ya tenía en sus manos a los niños. El niño se movía frenéticamente mientras era jalado del cuello, mientras la niña, que encontró su espalda cálida se acomodo retirando a un lado la coleta que le picaba la nariz. Jingyi solo quería volver a su puesto así que cargó al niño (como princesa) y se subió a su espada.

No estamos acostumbrados a tratar siempre con niños, en el caso de Jingyi, casi nunca tenía contacto con niños, no le desagradan ni nada, hasta le agradaría tener hermanitos de la edad de estos diablillos... solo que el contexto de su situación era en su contra.

—¿Me dicen donde está su casa?—pidio directamente a los niños.

—Vivimos en una casa color tierra— respondió la niña, se percibió la decepción en su tono.