PoliShots BNHA

ⓜⓞⓜⓞ ⓨ ⓙⓘⓡⓞ

Título: "Limoncitos"

Advertencia: Contendió +18.
Girl x Girl x Girl.
Sin definición de edad.
Lenguaje un poco vulgar.

Aclaración: Limoncitos es una forma un poco vulgar de referirse a los senos pequeños.

Zamira llevaba saliendo con ambas chicas un largo tiempo, tanto que conocía casi a la perfección las personalidades de ambas. Por eso al encontrarse a Jiro frente al espejo mirándose con desaprobación, supo que tenía que actuar al momento, pues su novia pelinegra no sabría como abordar la situación.

- ¿Qué pasa? - preguntó una vez que entro a la habitación, ganándose una exclamación de sorpresa de la chica frente al espejo. Quién notó que Yaoyorozu se encontraba también con ellas, observando callada desde el marco de la puerta.

- A-ah y-yo - tartamudeó sin encontrar las palabras correctas para expresarle a sus parejas lo que sentía - ¡¿L-les gustan mis pechos?! - soltó sin pensar, causando un sonrojo en las otras dos chicas, además de un pinchazo en el estómago bajo de Zamira.

- Claro que nos gustan tus pechos, son preciosos, ¿a qué viene eso? - le contesto de inmediato la chica de cabellos blancos.

- Es solo que... amm bueno en el trabajo dijeron... - intentó decir la chica de cabello cortos, pero el nerviosismo no la dejaba.

- ¿Qué dijeron en el trabajo cariño? - pregunta la chica que no había hablado hasta el momento mientras se acercaba a las otras dos.

- Escuche a un chico decir... que no entendía como un par de limoncitos como los míos me sirvieron para enganchar a dos chicas tan lindas como ustedes - soltó al fin apenada y triste.

Las otras dos se encontraban sorprendidas, pero sobre todo furiosas con el idiota que había hecho sentir mal a su bonita novia. Momo la abrazó por la espalda, mientras que Zamira la abrazaba de lado. Ambas tratando de consolar a la pelimorada con abrazos y palabras dulces, hasta que a la chica orbes verdes se le ocurrió una idea que tal vez a las tres les pondría de mejor humor y haría que olvidaran las palabras del idiota ese.

Acercó su boca al oído de Kyoka, asegurándose que su otra novia también pudiera escucharla - Ese idiota habla porque no sabe lo mojada que me dejan eso "limoncitos" - dijo haciendo comillas en la última palabra. Causando un sonrojo descomunal en las otras dos y tal vez una pequeña incomodidad en sus entrepiernas.

Tomo de la mano chica a la que abrazaba y la guío hasta el borde de sus pantalones y decido tentarla un poco más - ¿Quieres comprobarlo Kyo-chan? - soltó coqueta. La nombrada asintió con vergüenza, mientras sentía como la tercera la acercaba más. Momo la tomó de la cintura y comienza a repartir besos por su cuello, siguiéndole el juego a la albina.

En la habitación se podían escuchar solamente los sonidos húmedos que hacia la lengua de Zamira al juguetear con clítoris de Kyoka, y los gemidos y jadeos de esta. Se sentia en el cielo, tenía a la albina entre sus piernas y a la pelinegra estimulando sus pezones desde atrás.

- Za-Zami - gimió tratando de advertirle que su orgasmo se encontraba cerca.

- ¿Si, Kyo-chan? - canturreó la pecosa, dándole atención ahora con sus dedos a la aludida - ¿Estas cerca lindura?

- ¡S-si! - gimoteó.

- Entonces no lo retengas más cariño - le dijo la chica que se encontraba a su espalda comenzando a estimular sus pezones de forma apresurada.

Esto fue lo único que necesito la pelimorada para soltar un gemido alto y agudo, llamando a sus novias en este. Mientras veía como la cara de la ojiverde se llenaba de sus fluidos y está no hacía más que aumentar sus movimientos, causando que sus ojos rodaran hasta el inicio de su cráneo.

Intentando regular su respiración, Kyoka se acuesta en la cama observando como las otras dos chicas comienzan a besarse. La de la coleta comienza a ayudar a Zamira con los fluidos en su cara, pasando la lengua por estos.

La albina observa de reojo como la chica más delgada las observa y decide tentarla un poco más - ¿Te gusta el show Kyo-chan? - sin esperar respuesta comienza a abrir las piernas de la Yaoyorozu. Quien entendió lo que su novia quería hacer, por lo que solo se recostó volteando a ver a la pelimorada - ¿Vas a tocarte mientras Momo y yo tijereamos, lindura?

Lo único que pensó Jiro al momento es que esa sería una larga noche.

- ¿Entiendes ahora lo hermosa que eres y lo mucho que nos gustan tus "limoncitos"? - preguntó la albina mientras ella y la otra se dedicaban a hacerle cariños a Kyoka.

- S-si - contestó mientras escondía su sonrojo en la curvatura del cuello de la pelinegra, causando una leve risa a sus novias por la ternura que sintieron al verla.

Espero les guste la historia.

No levantó pedidos.
Pero si tienen alguna sugerencia, déjenla en comentarios. Aunque no prometo nada.  Tengan un lindo día.