El caballero de las Flores y el príncipe solitario.

Baile.

-Espera, no te vayas.- Respondió el príncipe aún con miedo de abrumar a la chica misteriosa.

Willow ante esa instrucción se quedó quieta como si de una orden se tratase.

Hunter está acercándose a la chica, tiene curiosidad por conocer a la chica.

La gente está impresionada, ¿Cómo fue posible que una chica con máscara haya llamado la atención del príncipe? Si muchas de las damiselas tuvieron que ir con él directamente.
Las personas comenzaba a sospechar de aquella chica, muchos llegaron a pensar de que tal vez, ella era una bruja, que no descubre su identidad por temor a que le hagan un juicio y la quemen viva.
Y una de las damiselas no se quedó callada y fue a impedir esto.

-¿Cómo ella fue capaz de llamar la atención del príncipe? ¡SEGURAMENTE ESA PERSONA ES UNA BRUJA¡- Gritó una damisela que estaba en medio de la gente.

La gente comenzó a susurrar cosas, algunos pensaron que esa damisela tenia razón, porque la chica de aquella máscara podría estar ocultando algo o ocultándose de la ley.

Willow, ya no sólo tenía miedo de que Odalia se haya enterado de cómo la guardia de su hija, quien además de no estar ahí para protegerla, está ligando al príncipe de las islas hirvientes, ahora la quemarían viva frente a todo el reino, ¿Que va a pasar si eso sucede?, ¿Quien cuidaría a su padre? ¿Que va a explicar en el juicio?

Más y más preguntas resurgen en la mente de la pelinegra, pero eso se fue de lado porque el príncipe estaba buscando de donde provenía esa voz.

Al ver de quien se trataba, el príncipe no dudó ni un segundo en sacarla de aquí.
-¡S-SUELTENME¡ ¡ESTO ES UNA HUMILLACIÓN DE TU PARTE HUNTER¡, ¡PERO TE VAS A ARREPENTIR DE ESTO¡- Fue lo último que Boscha pudo decir antes de que los guardias se la llevaron de ahí y la dejaron afuera del castillo sin posibilidad de entrar.

Una vez pasado ese momento tan incómodo, la gente comenzó a charlar, otros estaban devorando la comida y bebida que los meseros podían llevar.
Aunque aún así la gente estaba expectante de lo que el príncipe de las Islas hirvirentes haría.

-Lamento el inconveniente, es solo, que tu presencia es un poco... Misteriosa, P-pero no estoy diciendo que seas una mala persona nono, es solo, que es un poco raro el que lleves ese antifaz- El pelirubio dice antes de cerrar la boca para no decir alguna imprudencia.

Willow vio esto como algo gracioso, ya que nunca pensó que alguna vez hablaría con el príncipe de las Islas. Y peor ahora, que ella no está vestida como una guardia.
-Muchas g-gracias, príncipe.- La pelinegra agradece, pero ella también está en la misma posición del Hunter.
Willow no sabe porqué le pasa esto, si ella ha sabido controlarse ante sus superiores.

Tal vez fue porque nadie le había hablado de esa forma, o es el hecho de que esta frente al príncipe de las Islas Hirvientes.

-Y dime, ¿Cuál es su nombre?- El tono que usó el príncipe era tan cálido que hasta él podría jurar que ninguna chica había tomado ese tono, hasta ahora.

-"¿M-mi nombre? ¿Quiere que le diga mi nombre?, no puedo darle mi nombre, estaría muerta si lo hago."-Fue lo que pensó Willow en el momento en el que le preguntaron por su nombre.
Para este momento Willow estaba pensando en algún nombre, pero no tenía ninguno, y ella se está comenzando a desesperar.

Hunter cree que cometió una
imprudencia, porque puede escuchar leves quejidos de pánico y de desesperación.
Pero para sorpresa de la pareja, llega alguien que fue la salvación de Willow y la vergüenza absoluta de Hunter, así es, es la guardia Noceda.

-Hunter, ¡Hunter¡ Tengo hambre, ¡¿Cuando me darás mi bandeja  de comida?¡ - Preguntó la guardia Noceda, porque tenía mucho tiempo sin volver a probar algún bocadillo y cuando eso sucede Luz puede volverse un poco... Imprudente.
El pelirubio estaba sonrojado, pero está vez era de molestia por haber llegado en un momento tan malo.