Vuelta a empezar

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Me desperté en una habitación blanca, adornada con alguna flor que otra y con aspecto familiar.
Mi habitación de cuando era niña.
De pronto recordé lo que había pasado.
-¡Legolas!
Salí corriendo de mi habitación vestida sólo con un camisón blanco recorrí todos los pasillos hasta que lo vi.
Vestía con una túnica de dormir blanca que le llegaba a las rodillas.
-¡Legolas!
El elfo me vio se dio la vuelta y corrió hacia mi
-¡Lia, amor estás bien!
Me estrechó entre sus brazos y después me besó apasionadamente hasta que nos quedamos sin aire y tuvimos que parar para poder respirar.
-Legolas pensaba que te iba ha perder
-No pienses en eso y piensa lo felices que seremos, los tres juntos
-Los tres
Yo sonreí mientras Legolas apoyaba su mano en mi vientre.
De pronto oímos unas voces.
-¿Cómo se lo diremos? Les hacía tanta ilusión
-No lo sé, sólo se que les destrozaremos el corazón, a si que hay que decírselo con tacto
-Y ¿cómo se dice con tacto a unos jóvenes enamorados que su hijo ha muerto antes de nacer y por culpa de su prima? Di tu que eres tan lista
Los ojos se me inundaron de lágrimas y salí corriendo hacia la habitación
-Lia
Legolas corrió detrás mío, entró en el cuarto y me abrazó fuerte
-Lia, amor, no te sientas culpable, sólo hiciste lo que creías mejor- vi como unas lágrimas recorrían sus mejillas- en todo caso... el único culpable... soy yo en estos momentos me gustaría que no me hubieses salvado
-No digas eso en broma, prefiero algo que no he tenido a mi lado se disipe a perder algo a lo que amo, no vuelvas a decir eso
-Lo siento amor se me ha ido el santo al cielo, no he podido evitarlo es que te veo destrozada y eso me hunde
-Tranquilo estoy bien
Me saqué las lágrimas y le besé, caímos a la mullida cama seguimos basándonos hasta bajar a mi cuello de pronto alguien abrió el picaporte de la puerta, Legolas calló y se escondió debajo de la cama y yo me hice la dormida.
-Hay hijita mía cuando despertaras
Era mi madre
-Deja que descanse, mañana o luego volveremos
-Le voy a dejar algo de comida para que pueda comer si se despierta
Mis padres salieron, yo habrí los ojos y Legolas salió de debajo de la cama
-Nos hacemos los estado en coma y así tenemos un día para nosotros dos, pero fuera de aquí para que no nos pillen
-Lo que quieras amor, pero primero
-Comamos esto
Terminé la frase y empezamos a comer.

Salimos del castillo por mi ventana ya vestidos con ropa más cómoda y armados hasta los dientes.
-Bien dime...
-Vamos a lo profundo del bosque
-Vale
Llegamos allí había una cascada y un lago muy hermoso.
Deje mi ropa y mis armas en un lado y me metí al lago.
-Legolas ven
El elfo me imitó y llegó hasta mi nadando.
Pasamos por la cascada y detrás había un lugar hermoso lleno de flores un colchón, unas ropas, una y un paquete.
-Feliz aniversario amor
-¡Legolas pero cuando...
-Me desperté hace tres días
-Y...
-No lo sé, sólo tuve una corazonada
-Eres el novio más dulce del mundo voy a ponerme el vestido
-Vale
Era un vestido blanco que llegaba hasta las rodillas, unas sandalias del mismo color (de tiras) que llegaban a las pantorrillas y una corona hecha con rosas rojas silvestres (como en nuestro primer aniversario).
El iba con una camisa blanca, unos pantalones verdes y unas botas marrones (todo de verano).
-Oiiiii eres un amor
Dije a la vez que le besaba tiernamente.
-Champán
Legolas abrió una botella, la sirvió en dos copas y se sentó en el colchón lleno de pétalos de rosa.
-Yo también tengo otro regalo- me terminé la copa- acercarte
Se tumbo encima mío y comenzó a desvestirme poco a poco, después yo le quite la camisa, quedándose a la vista sus perfectos pectorales.

La tarde se hacía presente
-Deberíamos volver
-Tienes razón princesa
Salimos y nos cambiamos después volvimos ha entrar por la ventana, para llegar a mi cuarto.
-Tenemos algo de tiempo hasta la hora de la cena
-Legolas
-Que yo sólo lo propongo
-Que suerte de que me has pillado con buen humor
El me besó y todo comenzo, era como el día perfecto sin interrumpir nadie cuando estamos en ese momento tan mágico.
Pero como todo no puede ser de color rosa tuvo que pasar lo peor que te pude pasar.
-¡Adaaaaaaaa!
Mi padre entró por la puerta y los dos nos topamos como pudimos.
Que mal lo pude pasar.

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