CAPITULO 22

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Nuestra luna de miel fue lo mejor que viví en toda mi vida y esos días estuvimos hablando de muchísimos temas en especial uno muy importante, el tema de los hijos porque yo quería tener tener uno de él, con sus hermosos ojos o esa bella sonrisa. Pero por desgracia yo soy una mujer grande, entonces el último día que estábamos en nuestra luna de miel, Jorge me sorprendió con la pregunta que me hizo mientras desayunábamos en la cama.
Jorge:" Mí amor, te gustaría tener un hijo que sea nuestro?"
Yo lo miré asombrada y luego le dije:" Si mí vida pero a mí edad es imposible"
Jorge:" Nada es imposible si se cuenta con recursos económicos. Mirá yo tengo un amigo que es un reconocido ginecólogo en Estados Unidos y él nos puede guiar para contratar una persona para que nos alquile su vientre, que te parece?" Dijo muy entusiasmado ya que deseaba enormemente tener un hijo conmigo como fuera.
Yo:" Por supuesto mí amor que también lo deseo"

Jorge llamó a su amigo y éste le dijo que si, que vayamos a su clínica que él se encargará de todo. Jorge me lo dijo completamente feliz y dichoso.
Fuimos a EEUU y nos reunimos con el doctor, éste me sacó varios óvulos míos para analizarlos y tomar los que sean más fértiles. Jorge tuvo que poner su esperma en un frasco estéril y también lo analizaron.
En el laboratorio pusieron mis óvulos con sus espermas para fecundarlos. Una vez hecho ese procedimiento, se lo colocaron a la señora que albergaria nuestro bebé que habíamos contratado.

Regresamos a Bogotá con éste secreto, acordamos que no diríamos nada, hasta que el médico nos diga que prendió alguno de los óvulos. Fue bastante complicado no decir nada porque ambos estábamos felices pero no queríamos ilusionarlos y al final no resultara.

Continuará

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