Archivo 2

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Escaneo contra reloj

Scahel:

Cargábamos el camión GMC 6x6 con todo lo necesario para el escaneo al centro comercial del Boulevard Wilshire, Alexa desayunaba dentro del vehículo en el puesto del copiloto, mientras Elliot, Patrick, Scott, Brian y Ray, introducían la artillería pesada dentro del camión, junto a las cámaras, y los equipos de audio, sensores de movimiento y un sinfín de aparatos necesarios para no cometer error alguno y que el general Lawrence tuviese motivos para freírnos los huevos en aceite hirviendo a todos.

—Muévanse, niñas, que ya está amaneciendo y el tiempo es oro —espeté con mi típica jocosidad, sin pretender sonar realmente altanero como lo solía hacer Lawrence hasta en sus días buenos, los cuales por supuesto eran cada año bisiesto.

Me encontraba recostado de la parte interior de la puerta del piloto, observando hacia el edificio, volviendo a ver mi reloj de pulso, percatándome de que eran las cinco en punto de la mañana.

"Pues lo lamento mucho, Doc... Pero no puedo esperar más por ti", —pensé, quitándome el fusil de encima, colocándolo sobre el asiento para que Alexa lo apartara a un lado y así poder darme acceso para entrar, subiendo los escalones del vehículo, cerrando la puerta con fuerza, golpeando el techo.

—Nos vamos de excursión, niños "Boys Scout", recojan sus galletas y no saquen la cabeza por la ventanilla, den el ejemplo a los más pequeños. —A lo que Patrick alegó en un tono serio pero a la vez divertido.

—Allí te hablan, Brian. —Todos rieron, menos el aludido, el cual los mandó a todos a comerse un enorme pedazo de excremento de caballo, lo que por supuesto los hizo reír aún más al lograr molestar al novato y el más joven de mi escuadrón, mientras yo echaba para atrás el vehículo y así poder salir del terreno arenoso donde aparcábamos los autos.

Volví a observar una vez más hacia el edificio por medio del espejo retrovisor de la puerta, pero la nube de polvo no me daba muy buena visibilidad, frenando el vehículo para quitar la reversa y poner a andar el camión de frente, justo cuando un grito a la lejanía, me hizo esperar unos segundos, siendo Elliot quien alegara con cierta somnolencia en su voz.

—El Doc está aquí, sargento. —Coloqué el freno de mano para abrir la puerta, justo cuando Alexa arrojaba el envase plástico donde bebía café por la ventanilla, subiendo uno de los pies sobre el tablero del camión, sonriendo por demás divertida.

Bajé y observé como Christian se acercaba hacia nosotros con su mejor atuendo rebelde, unos jean negros y roídos en las rodillas, una camiseta negra y una chamarra de cuero, de esas que se abotonaban por uno de los costados y unas botas pandilleras de motorizado de los '80.

—Le dije a las quinientas horas, Doc. Ya de por sí vamos atrasados. —Señalé mi reloj frente a su rostro con el ceño fruncido.

—Sí, lo siento, sargento... no tuve una buena noche... me alegra que se hayan retrasado un poco. —Pretendió alejarse de mí para montarse en la parte de atrás con los muchachos, justo cuando volteé para ver a mi hermana, la cual nos contemplaba por sobre sus gafas de sol, acomodándose la gorra.

—¿A dónde vas, Doc? —Le tomé del cuello de la chaqueta, empujándolo hacia la parte delantera del auto, logrando que este golpeara su espalda en el marco de la puerta del camión, posando una mano sobre el vehículo y la otra sosteniendo la puerta, intentando acorralarle—. Las mujeres y los niños van delante, Doc. —Traté de sonar seductor y algo entretenido, pero como siempre aquello hizo cabrear a Christian, el cual frunció el ceño, mirándome de mala gana.

—Mmm... pues gracias por lo de niño y la verdad no sabía que usted, sargento, tuviese esos anhelos internos de ser mujer. —Fruncí el ceño, acercándome aún más a él, escuchando las carcajadas de los muchachos junto a las de Alexa, observando cómo Christian volteó a verla—. ¡Aaahh!... ¿Lo decía por Alexa?... Lo siento, no la vi... pensé que era una especie de sentimiento interno que quería manifestarme como el doctor del lugar, en verdad lo lamento.

EL REFUGIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora