IX

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No entiendo como es que terminé tendido sobre la cama de la persona por la que estoy cayendo. Él se encontraba encima de mí y sus manos debajo de mi camiseta sosteniendo mi cintura. Era una locura.

El rubio no paraba de hacerme cosquillas y por ende mis carcajadas tampoco, aquel cosquilleo se mezclaba con la electricidad que recorría todo mi cuerpo por su toque. También la imagen que tenía delante de mí no ayudaba del todo, su cabello con leves ondas caía por su frente haciéndolo ver más hermoso, su mirada junto su radiante sonrisa me envolvían, mientras más pasaba el tiempo mis ganas de unir mis labios contra los suyos aumentaban.

—Jake, basta—Hablé entre risas y removiéndome.

—¡Admite que estuvieron deliciosas!—Reí aún más fuerte, no podía hacer eso.

—¡Fueron horribles! Jamás volveré a confiar en tus dotes culinarios.

Paró de hacerme cosquillas para tomarse el tiempo de mirarme con indignación y cuando menos me lo esperé volvió a hacerlo con mucho más ímpetu. Sus dedos viajaban por mi cintura y estómago, y un cosquilleo diferente se manifestó en mi interior, no lo podía evitar, aquel hormigueo en esa parte erizaba mi piel. El calor no tardaba en llegar a mi rostro, debería hacer que pare ya mismo.

—¡Jake! Debes parar, no puedo respirar—Hablé entrecortado, reírme involuntariamente me agitaba de gran manera. Al decir esas palabras disminuyó el ritmo de sus manos y se asustó, seguramente recordando mis irregulares respiraciones que le había tocado presenciar así que continué hablando—No de esa manera, tonto. Soy muy sensible a las cosquillas.

—Bien, bien, pero admite que fueron deliciosas—Realizó un puchero pensando que de esa forma me convencerá y la verdad es que si lo hizo, no podía negar nada a esa linda carita...

Agh, me gustaron un poco...—Arrugué mi nariz y dejé salir aire por esta para luego sonreír en su dirección y mostrarle que realmente no estaba enojado. Jake mordió su labio y ladeó un poco su cabeza para mirarme por un largo tiempo para que después soltara algo que me dejó descolocado.

—Me encanta tu sonrisa—Citó observando aquella parte de mi rostro. Yo lo único que pude hacer fue tragar en seco y sentir mi garganta como si estuviera ardiendo. ¿Cómo es que podía decir cosas como esas sin inmutarse para nada?

—¿Qué dices? No es muy bonita.

—¿Te estás oyendo? Acabo de decir que me gusta tu sonrisa y eso significa que es bonita.

Traté de apartarme despacio sin parecer enojado, porque realmente no lo estaba, solo... no lo creía y me sentía patético por estar actuando de esta manera. No pude salir de mi lugar porque los delgados brazos del rubio me acorralaron ya que se mantenía aún encima de mí.

»Alguien debía decírtelo, me di cuenta que no muchas veces sonríes como lo hiciste hoy y yo, yo no entiendo porque no lo haces, eres la persona con la sonrisa más bonita que jamás haya visto... Por favor, no dejes que las estúpidas inseguridades te manejen como se les dé la gana y si para eliminarlas de tu vida debo decirte que tu sonrisa es hermosa, lo haré hasta que deje de respirar, Heese.

Sus palabras me conmovieron como no tienen una idea. ¿Realmente haría eso por mí? Mis emociones se alteraron en un santiamén y no sabía qué responder, a lo único que llegaban era a ponerme a llorar. Una pequeña lágrima resbaló sobre mi mejilla y sonreí hacia el chico que tenía toda su atención en mí.

—Gracias...—Por este tipo de cosas es que no podía evitar enamorarme más de esta hermosa persona. No tenía palabras con que responderle, en situaciones como esta siempre me quedaba en blanco. Lo único que creía que debía hacer fue tomar su mano y lo llevarlo a mi pecho, no me importaba si escuchaba cuán rápido latía mi corazón por él, en realidad eso es lo que quería, que sintiera lo agradecido y lo bien que me hicieron escuchar esas palabras. Que por fin sintiera mis sentimientos.

El tiempo se ralentizó cuando nuestras miradas se conectaron, yo podía sentir todo el cariño que transmitíamos con esa acción, no habían más palabras que decir solo nuestros corazones latiendo tan fuerte como para que ambos lo escucháramos. No me arrepentía de enamorarme de Jake pues después de este momento no creo que todo vuelva a ser lo mismo que antes, algo ha cambiado entre nosotros de eso no hay duda. Si algún día me animo a declarar mis sentimientos al rubio y no me corresponde no ocurrirá nada malo porque sé que Jake me quiere tanto como yo y no estaría dispuesto a alejarme de él, no cuando sé que merece estar en mi vida.

—Chicos, la cena está list—La puerta de la habitación se abrió dejando ver a la baja mujer quien ahora se tapaba los ojos con horror—¡A la próxima coloquen seguro a la puerta, carajo!

Jake y yo nos observamos confundidos hasta que caímos en cuenta que nos encontrábamos en una posición muy comprometedora. Nos separamos lo más rápido posible con una vergüenza notable, ya que nuestros rostros se tornaron en un color rojizo que no creía posible, parecía que se camuflaba con mi cabello.

—¡Mamá! ¿Por qué no tocaste?

—En mi casa no, jovencito. Al menos no cuando yo esté aquí presente.

—Señora Shim, no estábamos haciendo nada. Es solo que su hijo no paraba de molestar con las cosquillas—Aunque no era del todo cierto, si era una gran parte de lo realmente había ocurrido.

Ja, ustedes piensan que yo nací ayer—Se retiró del lugar pero no sin antes susurrar algo que si llegamos escuchar—Cada día más hormonales...

wonder |  ༚ Heejake ༚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora