XIV

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Me sentía como si estuviera a punto de morir y lo decía literalmente.

Mi cabeza bombeaba demasiado y la falta de aire empeoraba todo, no sabía que hacer, mamá no se encontraba en casa como para pedirle algo de ayuda. Mis únicas opciones eran mis amigos y Jake, pero no quería molestarlos ya que eran casi las cuatro de la madrugada.

Comenzó con un simple resfriado, pero como lo iba a suponer esta puta enfermedad lo empeoró todo. Mi respiración era irregular y cada vez me sentía más mareado.

No lo dudé y marqué el número de alguien que sabía que podía hacer algo en esta situación.

¿Amor?—Contestó con su voz adormilada—Heeseung, contesta—Ordenó al no escuchar mi voz.

—Te necesito...—Salió como un suspiro, mis cuerdas vocales ya no daban para más, era tan difícil hablar con la falta de aire.

¿Qué sucede?—Preguntó desesperado y de fondo escuchaba el sonido de como tomaba las llaves. Quería responder pero mi voz salía casi como jadeos inaudibles.—Amor, ya estoy en camino...

Una lágrima resbaló sobre mi mejilla, ya no podía soportar el dolor y esa era la única forma en la que podía reaccionar, no podía gritar, ni quejarme. Mis pulmones ardían, ardían demasiado.

Antes de poder cerrar mis ojos logré escuchar como es que alguien abría la puerta, Jake sabía dónde exactamente guardaba las llaves de repuesto. Entró rápidamente a mi habitación y al verme se acercó tanto para tomar mi rostro con sus dos manos, posando una sobre mi frente y cuello.

—Mierda, mierda, mierda. Estás ardiendo en fiebre—No pude contestar pues mis ojos se cerraban cada vez más aún si intentaba mantenerlos abiertos.

・❥・

Mis ojos se sintieron muy pesados al intentar abrirlos. Rápidamente también sentí un olor desagradable muy reconocible;  desinfectante y medicamentos. Fruncí mi nariz y al hacerlo pude notar que llevaba puesto una cánula binasal.

—Veo que por fin despertaste, Lee.

Esa voz la reconocí al instante, la enfermera Jeong.

—¿Qué me sucedió?—Pregunté y mi voz salió algo rasposa.

—Al parecer estás entrando en la segunda etapa de la enfermedad, la cantidad de aire que exhalas es del setenta y cinco por ciento, y temo que se seguirá agravando con el paso del tiempo.

—Pero pensé que los medicamentos estaban dando resultados—Quería llorar pero ni siquiera tenía fuerzas para hacer eso. Me había estado ilusionando tanto con eso, por poco tiempo sentí que así lo fue, mi cuerpo lo sentía, mi humor lo reflejaba, entonces ¿Qué estaba mal?

—Lee, no estás siguiendo tu tratamiento como se debe, la oxigenación es muy importante en tu rutina y los medicamentos también ¿has reducido la dosis?

—¿Qué? No la he reducido, solo no estaba a mi alcance y sobre el oxígeno, sabe que no tengo el dinero suficiente para poder administrarme esa cosa.

¿Todo en esta vida se trataba de dinero?

La respuesta clara es sí.

—Hey, tranquilízate, aún estás recuperándote—Mi mueca de disgusto no pasaba desapercibida. Me enfermaba más de lo que ya estaba estar en este maldito lugar, cada vez se volvía más frecuente que mi presencia estuviera aquí—Tus amigos están afuera, ¿quieres que los haga pasar? Están muy preocupados.

Mi mirada decayó aún más, si todavía se podía, mis amigos ¿ahora que excusa podría ponerles? Si ellos ya estaban sospechando con esto lo estarían confirmando y yo no quería que lo supieran, ni quería causarles dolor. Mi labio inferior empezó a temblar y es por eso que junté fuertemente mis labios para evitar sollozar.

—¿Me darán el alta?—La enfermera me miró fijamente tramitando de analizarme y con aquella mirada llena de pena. Era eso lo que quería evitar. Con resignación al fin contestó.

—Tendrás que quedarte un par de días para algunos estudios, pero sí, te darán el alta—Asentí.

—Solo ¿podría no contarles nada a mis amigos?—Pregunté con mis ojos llenos de súplica. Ella soltó un suspiro.

—Lo haré, pero no creo que sean tan tontos para creérselo, menos aquel rubio que te trajo. Él presenció cada cosa, Lee.

Jake...

Él me había visto en un estado tan deplorable y mi rubio no es tonto, estudia medicina. Ya se habrá dado cuenta que cada síntoma que he tenido no son los normales de una simple asma, sin embargo siempre se mantiene al margen para no hacerme aquellas preguntas incómodas.

¿En serio sería capaz de causarle dolor solo por mi egoísmo? ¿Por quererlo conmigo?

—Quiero verlos, por favor...

La señorita Jeong asintió e hizo pasar a mis amigos.

Mi novio fue el primero en acercarse y tomó mi mano que estaba estirada sin fuerza a un lado sobre la camilla. Mantenía una sonrisa triste en su rostro mientras acariciaba y daba pequeños besos sobre mi mano.

—Qué bueno que estés mejor—No pude evitar embozar una sonrisa débil.

—Gracias...—Realmente estaba agradecido, no sé qué me hubiera pasado si él no se hubiese encontrado en ese momento. Ni si quiera quería imaginármelo.

—Estaba tan asustado...—Las lágrimas comenzaron a brotar por sus bellas orbes. Quería limpiar cada una de ellas pero no tenía mucha fuerza como para levantar mi brazo hacia su rostro.

Mis amigos al instante se acercaron y empezaron a dejar besos por toda mi cabeza, Sunghoon y Jay se encontraban a lado diciéndome lo muy preocupados que estaban por mí, mientras que Ni-Ki, Jungwon y Sunoo demostraban su afecto mediante el contacto físico, podía sentir la preocupación de cada uno de ellos aunque no me lo dijeran. Al lado de la enfermera también se encontraba el viejo Minjae con sus brazos cruzados y mirándome con preocupación pero a la vez aliviado. La enfermera Jeong se encontraba en una esquina viéndonos enternecida, sus ojos brillaban y creo que en algún momento se pondría a llorar.

¿En serio tenía a tanta gente que me quería?

Sin embargo la persona que más esperaba no se encontraba aquí. Dolía no ser correspondido y más cuando es tu propia madre, pensé por un momento que estaría aquí, preocupada por mí, dándome mimos o al menos tal como la enfermera, mirándome feliz, feliz porque no me ha ocurrido algo más grave.

wonder |  ༚ Heejake ༚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora